El último episodio ocurrió el pasado 7 de noviembre en la localidad de Chavajeval, del municipio El Bosque, en Chiapas. La comunidad indígena tzotzil se encontraba en asamblea, dos semanas atrás habían sufrido una emboscada en la que asesinaron a dos personas y no hubo una investigación para aclarar el caso. De pronto, en medio de la asamblea, se escucharon varios disparos y todos temieron lo peor.
Fue una estampida, un éxodo desordenado hacia la montaña para ponerse a cubierto. Hombres, mujeres, niños, ancianos, alrededor de dos mil habitantes dejaron sus casas y el pueblo se convirtió en una aldea fantasma.
Al conocerse la noticia en la región, los primeros en llegar a Chavajeval fueron los sacerdotes Manuel Pérez y Helder López. El paisaje era desolador, casas desiertas, alguna familia escondida, animales muertos, una anciana de 101 años perdida. Víctimas del terror, algunos se ocultaron y llevaban varios días sin comer.
En un comunicado firmado por ‘organizaciones y colectivos de la sociedad civil’, fechado el 17 de noviembre, aseguran que “entre las 1764 personas en desplazamiento forzado se encuentran Bases de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”. Denuncian la escalada de violencia generalizada provocada en la región de los Altos de Chiapas: “Ante la indiferencia e incapacidad de todos los niveles de gobierno, se agudiza la situación y se permite el accionar armado de grupos de corte paramilitar. El desarrollo de la violencia se vincula a intereses partidarios en connivencia con el Estado, sin obviar que en la zona existe presencia del crimen organizado.”
“Hasta ahorita no hay claridad, dicen que ya están investigando pero todavía no hay nada. La comunidad andaba investigando sobre la muerte de estas dos personas y surgieron disparos por varias partes. Ahí fue donde toda la comunidad se dispersó y se fue por miedo. No saben quién les dispara, por eso salen por miedo”, dijo el padre Helder López a Animal Político, un medio independiente que le dio cobertura al éxodo.
Asustados, sin entender español, los indios de origen tzotzil se refugian en el monte, sin comida ni abrigo ni medicinas. Entre ellos se encuentran mujeres embarazadas, algunas ya parieron en esas condiciones. Los organismos de derechos humanos reclaman el estado de emergencia.
El éxodo de poblaciones completas en Chiapas es un fenómeno que viene dándose desde hace dos años cuando empeoró el acoso de paramilitares que avanzan sobre un un territorio cafetalero. Las localidades más afectadas por esta violencia son Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.