De manera intespestiva, la multinacional de origen chino, COFCO, quien hizo una inversión millonaria comprando la planta de Valentían Alsina a Nidera hace un par de años, el viernes cerró los portones de acceso y no dejó entrar a los trabajadores. De manera informal, los ejecutivos adelantaron a los delegados que iban al cierre, con la consecuencia de 200 trabajadores en la calle. La respuesta fue un acampe por tiempo indeterminado en las puertas de la fábrica.
El sindicato denuncia que es una maniobra financiera, que la empresa obtiene ganancias suficientes y no hubo pedido de preventivo de crisis. De allí se distribuye el aceite marca Legítimo, y los que se venden como propios en supermercados Coto y Carrefour. La sospecha de los gremialistas es un plan para procesar el aceite en exterior.”
No es el único caso en el que una empresa relacionada a la producción de los llamados ‘sojeros’ muestre señales de crisis que los gremios desmienten.
Una planta dedicada a la producción de agroquímicos ubicada en Zárate Campana, la Asociación de Cooperativas Argentinas, también despidió de la noche a la mañana a 18 trabajadores, un 10% de los empleados totales. El gremio dispuso un paro total y permanecer en el ingreso de la planta. Los empresarios sostienen que hubo una merma en las ventas y tiene strock acumulado. El gremio no está de acuerdo y recuerda la producción récord del 2018 y las excelentes perspectivas para el 2019.
¿Cuál sería la crisis que afrontan las multinacionales cerealeras en Argentina?
En agosto del año pasado se conoció la decisión de Macri consistente en ceder el permiso de dragado al Puerto de Montevideo que se convertiría en la principal salida al océano para las exportaciones. El Sindicato de Obreros Navales y Servicios de la Industria Naval de la República Argentina solicitó al senado de la Nación una audiencia para denunciar la “renuncia argentina a su soberanía logística de sus vías navegables”. El comunicado establece que este hecho provocaría “graves consecuencias sociales, económicas y geopolíticas que implica la decisión de nuestra cancillería de allanarse a la pretensión de los monopolios portuarios de consagrar el puerto de Montevideo como la puerta de entrada de la hidrovía Paraná-Paraguay”. Un deseo largamente expresado por el gobierno Uruguayo que se chocaba sistemáticamente con la negativa argentina provocando más rivalidades de las ya tradicionales.
Horacio Tettamanti, ex Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, publicó una carta donde denuncia está situación: “La Comisión Administradora del Río de la Plata, en una larga controversia, ha autorizado el dragado de un tramo clave del puerto de Montevideo, lo que significa taponar con una barrera infranqueable la salida de la producción argentina y entregarle el negocio a los monopolios internacionales que hacen y deshacen en el tráfico portuario de nuestro vecino oriental, algo que nunca lograron con Argentina –a pesar de sus esfuerzos– en los últimos 15 años”. Según declaró en aquel momento el ex funcionario portuario, H. Tettamanti, “esta obra traerá pérdidas de 5 mil millones de dólares, ya que Argentina entrega la llave logística, porque por el Paraná pueden exportar la soja paraguaya y brasileña. De esta forma el Estado argentino debilita el poder negociación de los propios productores de oleaginosas”. Y agregó que este permiso de dragado a libro cerrado, sin avanzar en las obras del Puerto de Magdalena de Argentina, está relacionado “de forma directa con el acuerdo con el FMI”
¿Tendrá relación esta perspectiva de mudarse al puerto de Montevideo para realizar las exportaciones desde allí con esta curiosa crisis del sector cerealero en Argentina?
Hay espacio para la sospecha si recordamos que mientras Macri cerraba el acuerdo portuario con Tabaré Vázquez la empresa Bunge -principal agroexportadora del país- comunicó al sindicato aceitero su decisión de despedir, sin causa alguna, a 60 trabajadores del Complejo Industrial de Bunge Ramallo , además de otros 150 trabajadores en otros convenios en todo el complejo. También comunicaron la decisión de cerrar la planta suspendiendo al resto del personal, es decir Bunge ha decidido realizar una medida de fuerza consistente en un lock out patronal.