Desde hace dos años, una Comisión especial está trabajando en un documento llamado “Trabajar para un futuro más prometedor. La idea era redactar una suerte de manifiesto en celebración de los cien años de la Organización Internacional del Trabajo. Así lo hicieron, bajo la dirección del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa y el primer ministro sueco Stefan Löfven, junto a 27 miembros que incluye a importantes figuras mundiales de sectores empresarios, sindicales, científicos, gobiernos y organizaciones no gubernamentales.
Entre los temas clave considerados por la Comisión se incluyen las nuevas formas de trabajo, las ramificaciones institucionales de la cambiante naturaleza del trabajo, el aprendizaje a lo largo de toda la vida, una mayor inclusión y la igualdad de género, la medición del empleo y el bienestar de los seres humanos, y el papel que cumple la protección social universal en un futuro de trabajo estable y justo.
Un párrafo aparte merece la dura mirada que hicieron los expertos sobre el avance del trabajo a través de plataformas digitales. “Si dejamos que la economía digital siga como hasta ahora, probablemente se ensancharán la brecha regional y la brecha de género que podrían recrear prácticas laborales que se remontan al siglo XIX y futuras generaciones de ‘jornaleros digitales’”.
A propósito de las nuevas tecnologías reclaman una reglamentación del uso de datos y de la responsabilidad sobre el control de los algoritmos en el mundo del trabajo. Y se preocupa por “garantizar la dignidad de las personas que trabajan ‘por llamada’, de manera que realmente tengan opciones de flexibilidad y control sobre sus horarios”. En ese sentido recomienda que se establezca un número mínimo de horas garantizadas, se considere un plus por ‘tiempo de espera’ para remunerar de algún modo las horas de guardia que deben realizar hasta recibir un pedido.
“Como esperamos que esta forma de trabajo se expanda en el futuro, recomendamos el desarrollo de un sistema de reglamentación internacional de las plataformas digitales de trabajo que establezca y exija que las plataformas (y sus clientes) respeten ciertos derechos y protecciones mínimas”. Aplicaciones como Uber, Cabify, Airbnb, Didi y Amazon, entre otras, tendrían que ofrecer algún tipo de protección social que serían homologados en el mundo a fin de evitar los juicios en demanda de derechos laborales de parte de los trabajadores de dichas plataformas.