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Crónica de coronas, virus y autoritarismo, por Alvaro Hilario desde Bilbao, País Vasco

Lunes, 23 de marzo. Portugalete, localidad obrera de pasado burgués situada en la desembocadura de la ría de Bilbao, capital económica vasca y sita 8 kilómetros aguas arriba.

El sol primaveral acaricia las fachadas desnudas, las calles vacías. Aprovecho la salida a la panadería para, en una carrera, subir hasta la parte más alta del barrio y, desde allí, ver el mar. Los acantilados blancos, metálicos, más solitarios que nunca, se recortan contra las inmóviles grúas del puerto. Nada perturba el azul de la hoy calmada lámina de agua.

Enciendo un pucho. Acá y allá, unas pocas personas, algunas con barbijo, acarrean bolsas con viandas o van al quiosco a por tabaco. De la cama al living. De casa al trabajo.

El mío es un barrio de laburantes. Un barrio acostumbrado a las estrecheces tanto como al festejo y a la calle. Como el resto del país, todo permanece aparcado hasta mejor ocasión. De hecho, las medidas de aislamiento, que comenzaron a aplicarse con la máxima rigidez el pasado domingo, 15 de marzo, se extienden dos semanas más allá de lo inicialmente previsto.

Y el barrio, acostumbrado a las estrecheces, con un carácter reservado, a veces vasco, a veces gallego, continúa resignado con su vida tras esas desnudas fachadas. A veces, pocas, en los balcones. Dichosos balcones.

Desde que la pandemia del corona virus provocara la imposición de las primeras medidas de aislamiento, reforzadas a los dos días (17 de marzo) con la declaración del Estado de Alarma –régimen de excepción de carácter militar- todos los medios de comunicación han actuado de la misma forma: en primer lugar, sobreinformación respecto al covid 19 (entrevistas, tertulias, opinadores, ruedas de prensa oficiales), relegando todo tema ajeno a la emergencia médica, especialmente los más polémicos; por otro lado, todo un despliegue de reportajes costumbristas destinados a provocar una reacción determinada de la ciudadanía, presentando la situación como la de una nación unida y feliz en la desgracia, plena de recursos y ocurrencias para hacer frente a la desgracia; una nación liderada por su rey, sus políticos y protegida por sus fuerzas armadas.

El plato fuerte de esta corriente inducida son los balcones, dichosos balcones, a las ocho de la tarde: el aplauso al personal sanitario.

Comportamiento colectivo –solidario, para unos; producto del miedo, para otras- importado de Italia, anunciado, voceado, inducido por el Estado y los medios que, sin rubor alguno, lo presentan como “espontáneo”.

Es la guinda de la torta: la fiesta balconera, dichosa fiesta, que rubrica la acrítica aceptación de unas medidas de aislamiento que coartan gravemente los derechos civiles, recentralizan el poder del Estado y colocan a las fuerzas armadas españolas a la cabeza del armado.

Unas medidas de urgencia diseñadas por el capital y sus gestores que, sin ningún género de dudas, nos llevarán a la socialización de las pérdidas empresariales (como ya sucedió con el salvataje de la banca, cifrado en 60.000 millones de euros).

Confinamiento, autoritarismo y capital

Lo más destacable de la situación es el inmediato acatamiento de modo acrítico por parte de la población de las medidas de aislamiento, del confinamiento, aún a pesar de que las razones científicas no sean comprendidas y de que no haya unanimidad en la comunidad científica. Medidas de aislamiento físico que se imponen de modo universal obviando las diferencias entre una ciudad de 4 millones de habitantes y localidades de 300 vecinos. Medidas de aislamiento que, sin embargo, desaparecen a la hora de trabajar: ni en call centers ni en fábricas se respeta el metro de diferencia entre personas; menos aún en los subtes que, para colmo, vieron reducidas sus frecuencias (como todo el transporte colectivo) el primer lunes de restricciones, aumentando así las aglomeraciones.

Después de 10 días de encierro, no se ha parado la producción en los sectores no esenciales (alimentación y sanidad, en especial) tal como están pidiendo los sindicatos en su totalidad.

La patronal vasca, CEBEK, por boca de su presidente, Iñaki Garcinuño, ha señalado esta mañana que el País Vasco no se puede permitir “un cierre global” de la actividad económica e industrial como consecuencia de la crisis del coronavirus porque la pérdida puede ser “extraordinaria e incluso irreparable”, ya que “muchas empresas no volverán a abrir”. Lo “conveniente y responsable”, ha añadido el empresario vasco, es ir a trabajar para tratar de mantener una “mínima” actividad económica que haga que “la cadena no se rompa” para que, “el día después”, las empresas sigan existiendo y “no sean un cadáver”.

Mientras tanto, las empresas, pensando en sus beneficios, obvio, ya se han lanzado a una frenética escalada de despidos que están tomando la figura de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

El Expediente Temporal de Regulación de Empleo es una autorización temporal para una empresa mediante la cual puede suspender uno o varios contratos de trabajo durante un tiempo determinado. Es decir, para que prescinda durante un periodo de tiempo de sus empleados quedando exenta de pagarles. Así, las personas afectadas por un ERTE continúan vinculadas a la empresa pero, con carácter general, no cobran, no generan derecho a pagas extra ni vacaciones durante el tiempo que permanecen fuera de su puesto de trabajo. Además, para hacer esta figura más atractiva para los empresarios, el Gobierno bonificará la cuota empresarial a la Seguridad Social de los trabajadores afectados por el ERTE, de modo que limitará al máximo el coste de sus sueldos.

El caso de Inditex, la multinacional del rubro textil propiedad de Amancio Ortega, el tercer hombre más rico del mundo, es paradigmático en cuanto a la aplicación de ERTEs y la socialización de las pérdidas. Inditex tiene previsto aplicar este tipo de despido a una plantilla, la española, que oscila entre los 34.000 y 37.000 trabajadores, a partir del 15 de abril. No vamos a hablar del medio millón de laburantes que trabajan para Inditex en Bangla Desh por un sueldo de 83 euros mensuales.

Mediante este ERTE, Inditex, la multinacional que cobija a las tiendas de ropa Zara, se ahorraría unos 45 millones de euros en sueldos y aportes por cada mes de parón en la actividad; sueldos y aportes que correrán por parte del Estado, de la ciudadanía.

Mientras tanto, el magnate español, que con su multinacional textil tuvo 3.444 millones de euros en 2018, juega a la filantropía y dona 300.000 barbijos fabricados en China a la sanidad española. Una bagatela, claro.

Más dinero estará gastando en la campaña, espontánea, para que se le conceda el Premio princesa de Asturias a la concordia y que a fecha de hoy ha recibido el apoyo online de 100.000 personas.

¿En qué piensan esas 100.000 almas de cántaro? ¿No aprendieron matemáticas?

Solo los portales web independientes y las redes sociales se hacen eco del malestar que depredadores como Ortega causan en amplios sectores de la población, en esos sectores que ya apagaron la TV.

La preocupación por la situación económica, por la que nos viene, es disimulada por los grandes medios radicados en Madrid que, como decíamos, imponen esa imagen de patria unida e interclasista contra la adversidad.

Balcones, costumbrismo y patria

En este armado tiene gran importancia el hecho colectivo por antonomasia, el aplauso que a las 20.00 horas la ciudadanía tributa al sector sanitario, el más castigado por la enfermedad ya que el 12% del total de los afectados, 3.475 personas, son profesionales del sector. El aplauso, iniciativa nacida en Italia y cuya imitación se ha difundido sin descanso por los mismos medios que osan calificarla de “espontánea”, se está utilizando en los últimos días para que la ciudadanía honre a las fuerzas de seguridad, a la policía: los diferentes cuerpos policiales arriman el ascua a su sardina y con la escusa de ir a apoyar a los sanitarios se colocan con sus vehículos en el centro de la escena, de las cámaras y de los focos. Ahora, la población extiende su reconocimiento a quienes detentan el monopolio de la violencia.

El Estado de Alarma cuenta con un tendal de medidas represivas para quienes incurran en contravenciones, medidas represivas que se están aplicando de forma extensiva y de modo arbitrario, primando los barrios carenciados. No hay cuerpo policial que no esté incurriendo en excesos durante estos días. Será difícil que cambien su actitud si un día esto termina. Multas y detenciones superan los millares en toda la geografía peninsular. Poca broma. ¡Ar!

Además, desde el 17 de marzo el ejército español se está desplegando por las calles con la justificación de la emergencia y cobijados por la Alarma. El País Vasco ha sido la última comunidad autónoma donde han tomado posiciones … Vemos atónitos improvisados desfiles, proclamas de guerra, el himno español atronando desde los vehículos militares, desde los tanques. Combatir un virus a cañonazos es una idea muy española.

Un twitter de 21 de marzo, firmado por Jainko barik (sin dios), resume lo que muchos pensamos de esta intolerable presencia de los milicos en nuestras calles:

“Es curioso como cada vez que quieren enaltecer a los militares nos los presentan realizando actividades que no son propias de militares, sino de bomberos, limpiadores, personal humanitario o de rescate. Y lo más curioso es que parece que funciona”.

Los recelos de las autoridades catalanas y vascas ante el despliegue militar se han combatido desde Madrid con el habitual menosprecio y subrayando el tremendo trabajo que la unidad militar de emergencia realiza. Cataluña y País Vasco, por supuesto, no entienden lo primordial que es la “unidad nacional” en la lucha contra el covid 19. Ya decimos que el Estado está planteando el asunto como una lucha patriótica en la que, obvio, incluyen a toda esa periferia que no se siente española. Recordar que el Estado de Alarma centraliza todo el poder en Madrid dejando en suspenso las competencias que las comunidades autónomas tienen. Madrid está dando una vuelta de tuerca a la recentralización del Estado, se mire como se mire.

La rueda de prensa del Comité de Dirección del Coronavirus, hoy también, es dirigida por militares. Miguel Villarroya, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, anuncia que la guardia real también se incorpora a las tareas. Una muestra de que el rey de España “es el primer soldado”. Sí, estamos en 2020.

El Ministerio de Defensa cuenta con un presupuesto (2019) de 8.537 millones de euros. El Ministerio de Sanidad, 4.253 millones de euros. Señalar que en el presupuesto de Defensa no entran las partidas destinadas a los cuerpos policiales ni a la industria armamentística.

El Ejército español nunca tuvo más papel que reprimir a su población y, por otra parte, no fue depurado tras la dictadura del genocida general Franco (1939-1975). Si los presupuestos del Reino de España se diseñaran pensando en las necesidades de la gente y no del capital, hoy en día contaríamos con el número de profesionales suficiente para hacer innecesaria la inútil presencia militar que, reiteramos, no tiene otro objetivo que reforzar la idea de unidad española y lavar la cara de las fuerzas armadas. Y parece que funciona.

A pesar de todo, solo el diputado Gabriel Rufián (Esquerra Republicana de Catalunya) ha pedido reducir el presupuesto militar para que sea dedicado a fines sanitarios y sociales.

Sanidad, borbones y cacerolas

A fecha de hoy, aún 23 de marzo, en el Estado español hay 33.105 casos diagnosticados y 2.192 defunciones registradas. De estos, 10.575 contagios y 1.263 muertes se dan en la Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular (PP), fuerza heredera del franquismo, desde 1995. Madrid ha sido durante todos estos años laboratorio predilecto del neoliberalismo español que, entre otros dislates, ha arrasado la sanidad pública, sanidad colapsada en estos días, sanidad reforzada -¡Cómo no!- por los esfuerzos de los militares. El circulo vicioso del capital.

El PP ha privatizado la sanidad pública madrileña. El PP ha saqueado la sanidad pública madrileña, como también lo hizo con la valenciana, por ejemplo. Todo en un contexto de recortes en todo tipo de gasto social efectuados por todas las instituciones a raíz de la crisis de 2008.

Desde 2009, Madrid ha perdido 53.000 sanitarios. Un año después, comenzó la privatización del sector sanitario: Madrid tiene 33 hospitales públicos y 50 privados. De los 33 públicos, 5 tienen gestión privada, haciendo que sus tratamientos sean hasta seis veces más caros para el erario público.

Es más, el PP, envuelto en infinidad de casos de corrupción, llegó a desviar 3 millones de euros destinados a la sanidad madrileña a financiar el partido.

El PP, en estos días, crítica al Gobierno y le reprocha la falta de medios de una sanidad que ellos hicieron bosta. Dichosos balcones.

La semana pasada, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012, una de las personas que más ha hecho por privatizar el sector público, fue ingresada junto a su marido, ambos aquejados de covid 19, en un hospital público. Los dos juntitos en la misma pieza medicalizada.

Ni Esperanza ni Amancio son capaces de romper la felicidad de los balcones. Esta solo se quebró el 18 de marzo con motivo del discurso televisado del rey Felipe VI.

Desaparecido durante toda la crisis, hace 5 días, Felipe de Borbón hizo una alocución a la nación, todo esto después de haber hecho pública, pocos días antes, su renuncia a la herencia que le correspondería por parte paterna, por parte del rey emérito, Juan Carlos de Borbón. También le retiraba la asignación; esta, sin gastos de vivienda, transporte y demás, suma casi 200.000 euros anuales… A cargo de los presupuestos del Estado. La renuncia, una medida de cara a la galería en un intento de salvar su figura abjurando de su padre, viene después de conocerse una más de las trapacerías del anterior rey: el pago de 65 millones de euros a una amante, plata proveniente del cobro de mordidas en Arabia Saudí.

Los negocios de Juan Carlos de Borbón, turbios, con cuentas multimillonarias suizas, están tapados por la inviolabilidad de la que goza por haber sido jefe del estado, pero parte de la opinión pública no aguanta más abusos de la Monarquía. Parece que ni su misma presencia.

Así, el discurso de Felipe de Borbón fue acompañado de una tremenda cacerolada, hecho este que no pareció simpático y espontáneo a los grandes medios. Pero todos pudimos oírlo.

Con tanto tiempo e información, quien no se quiere enterar es porque no le da la gana. Así, se perfilan los dos grupos de siempre: uno de buenos ciudadanos, dispuestos a participar en la impostura patriótico festiva e interclasista, y otro que ve preocupado la deriva autoritaria del Estado, deriva acompañada de la sombra de la miseria y la exclusión.

Si la arbitrariedad de las fuerzas policiales a la hora de aplicar contravenciones y la presencia de tanques en las calles no fueran suficientes, no son pocas las individualidades de balcón que, animadas por el cotarro represivo, se dedican a increpar a quienes circulan por las veredas, ajenos a si esas personas laburan en la sanidad o van a atender familiares de avanzada edad (como es mi caso). El buchoneo colectivo y promocionado por los medios. El enano fascista que todos llevamos dentro.

Terminaremos con otro meme, con otro twitter: “De la droga se sale. De jalear desde el balcón a la policía para que multe y detenga a personas que van solas por la calle tengo mis dudas”.

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Luigi Mangione: el fantasma de Jesse James sobrevuela Estados Unidos

Por Carmen Valdivieso Hulbert, corresponsal de LCV en Nueva York

Una fría madrugada de inicios de diciembre, en una calle céntrica de Nueva York, un atacante solitario acabó de tres balazos con la vida de Brian Thompson, presidente ejecutivo de United Healthcare, la más poderosa empresa de seguros estadounidense. El asesino dejó tres casquillos de bala con inscripciones de las palabras más usadas por las empresas del sistema de salud y conocidas por todos aquellos que alguna vez estuvieron enfermos y pasaron por esa experiencia: Denegar, Defender y Deponer. Las autoridades señalan que son las tres D, de las palabras tácticas usadas por las aseguradoras de salud para demorar o rechazar los reclamos de los pacientes.

El público vio con asombro cómo las cámaras de seguridad de la zona registraron escenas del primer disparo por la espalda cuando estaba a punto de entrar al Hotel Hilton, y los subsiguientes ya en el suelo donde el alto ejecutivo al parecer perdió la vida, en lo que sin duda fue un ataque premeditado. Parecía como si el atacante hubiese dejado todo documentado a propósito sin temor de ser atrapado.

Es así cómo comienza la leyenda de Luigi Mangione, quien no fuera identificado hasta cinco días después del ataque, en que tomó justicia por mano propia en nombre de todos los pacientes que alguna vez fueron víctimas del inhumano sistema de seguros de salud estadounidense, más interesado en acumular fortuna, que en velar por la salud de los asegurados.

Las autoridades iniciaron de inmediato una intensa cacería humana en los lugares donde había sido visto el sospechoso a quien se le vio comprando una botella de agua y caramelos antes del ataque, y hablando por un celular. Asimismo, las cámaras captaron cuando se alejaba del lugar en una bicicleta alquilada, con dirección al Parque Central en el Upper West Side de Manhattan donde se había alojado en un cuarto múltiple de un hostal, allí durmió con otras personas.

Finalmente se le pudo ver el rostro en una cámara del hostal mientras le sonreía a la recepcionista. Era un hombre joven y bastante guapo. Por esos días un taxista informó que lo había transportado hasta la estación de autobuses en el noroeste de la ciudad. Había abandonado Nueva York.

Como en un buen western, la policía ofrecía una recompensa de 10,000 dólares para quien avisara sobre el paradero del sospechoso, mientras Mangioni se convertía en el vengador solitario de la clase media y los pobres contra el abuso de los millonarios de la salud.

Finalmente el joven de 26 años fue arrestado en un McDonald’s de Altoona, estado de Pensilvania, al ser identificado por un trabajador que llamó a la policía. Una vez en Nueva York, después de días de litigio para evitar ser extraditado desde el estado de Pensilvania, Mangioni compareció en la corte estatal donde fue acusado de homicidio en primer grado con intención de terrorismo a nivel estatal. Asimismo, un tribunal federal le imputó cuatro delitos, inclusive por acechar a su víctima, por el uso de arma de fuego con silenciador y por homicidio con un arma de fuego, que le podría valer la pena capital o por lo menos la pena máxima de prisión perpetua sin derecho a libertad condicional

La fiscalía afirma que Mangione esperó casi una hora por Thompson quien iba a participar en una conferencia de inversionistas el 4 de diciembre en el Hotel Hilton. Mangioni está detenido en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, el mismo lugar donde espera juicio, el rapero Diddy Combs.

¿Quién era Brian Thompson?

Brian Thompson, millonario ejecutivo asesinado

Thompson estudió adminstración de empresas en la Universidad de Iowa y se graduó en 1997. Después de trabajar varios años en la firma de consultoría Price Waterhouse Coopers, pasó a United Healthcare en el 2004. Ascendió rápidamente, ocupando puestos de liderazgo, y fue nombrado presidente ejecutivo de la empresa aseguradora en el 2021. Actualmente tenía un sueldo anual de 10,2 millones de dólares.

Desde que Thompson asumió el cargo, las ganancias de United Healthcare se incrementaron en 5,000 millones de dólares solo en dos años. Entre el 2019 y el 2022, la aseguradora aumentó en más del doble su tasa de negativas a los pedidos de autorización para tratamientos. Una de las innovaciones de Thompson fue el uso de algoritmos para expulsar a pacientes enfermos y discapacitados, beneficiarios del sistema Medicare para jubilados, de los asilos de ancianos y de programas de rehabilitación, provocando mucho dolor y penurias entre los asegurados.

El funcionario fue acusado en 2024 en una demanda colectiva de presunto tráfico de información privilegiada para obtener ganancias en la bolsa de valores, tras haber vendido 15 millones de dólares de sus acciones en la empresa que dirigía cuando sabía que era investigada por el Departamento de Justicia.

La demanda, que continúa vigente, fue entablada por el Fondos de Pensiones de Bomberos de la ciudad de Hollywood contra Thompson y otros ejecutivos, acusandolos de no haber informado a los invesionistas sobre la investigación, antes de la venta de 117 millones de dólares de acciones de la empresa.

Thompson vino a Nueva York a fin de participar en una conferencia de aseguradores esa mañana en que fue asesinado. Había recibido algunas amenazas por asuntos de cobertura médica, según dijo su viuda Paulette Thompson a una cadena de televisión. La pareja estaba separada. A sus conocidos les extrañó que Thompson se hubiera desplazado públicamente sin vigilancia personal en el momento del ataque.

¿Quién es Luigi Mangione?

Luigi Mangione, el estudiante modelo

La evolución del acusado fue radical. Nacido en una familia prominente de Maryland, fue un alumno destacado en una escuela exclusiva de Baltimore donde sus compañeros lo eligieron para dar el discurso de graduación en la secundaria, y cursó estudios de ciencias de computación y unas maestría en una de las mejores universidades estadounidenses. Inició su carrera como ingeniero informático en una empresa de automóviles y practicaba el surfing en Hawai. Una de sus amigas comentó a un medio que Mangioni sufrió una dolencia a la espalda y ésta había empeorado debido al surfing y a su afición por las excursiones a pie. Esta experiencia provocó el inicio de su cambio. Las semanas previas al ataque había cortado el contacto con su familia y amigos.

Las autoridades federales descubrieron un cuaderno de apuntes de Mangione en el cual, expresaba sentimiento de hostilidad hacia la industria aseguradora y contra los ejecutivos millonarios en particular. En el mes de agosto, escribió que le complacía haberse tomado su tiempo porque había podido conocer más sobre una empresa. Y en octubre ya mencionaba la realización de una conferencia de aseguradoras y hablaba de su intención de acabar con el presidente ejecutivo de una de las empresas de seguros de salud en esa conferencia.

El Manifiesto de Luigi

“Para los federales, seré breve, porque respeto lo que hacen por nuestro país. Para ahorrarles una larga investigación, declaro claramente que no estaba trabajando con nadie. Esto fue bastante trivial: algo de ingeniería social elemental, CAD básico, mucha paciencia. El cuaderno espiral, si está presente, tiene algunas notas dispersas y listas de tareas pendientes que iluminan la esencia del asunto”, escribió Mangione en una suerte de documento de 260 palabras en las que explica el motivo de su asesinato que muchos consideran un ‘ajusticiamiento’.

“Mi tecnología está bastante bloqueada porque trabajo en ingeniería, así que probablemente no haya mucha información allí. Me disculpo por cualquier conflicto de traumas, pero tenía que hacerse. Francamente, estos parásitos simplemente se lo merecían.”

“Un recordatorio: Estados Unidos tiene el sistema de salud número uno más caro del mundo, pero ocupamos aproximadamente el puesto número 42 en esperanza de vida. United es la empresa (indescifrable) más grande de Estados Unidos por capitalización de mercado, solo detrás de Apple, Google, Walmart.”

“Obviamente, el problema es más complejo, pero no tengo espacio y, francamente, no pretendo ser la persona más calificada para exponer el argumento completo. Pero muchos han sacado a la luz la corrupción y la codicia (por ejemplo, Rosenthal, Moore) hace décadas y los problemas simplemente siguen existiendo”.

“No es una cuestión de conciencia en este momento, sino claramente juegos de poder en juego. Evidentemente, soy el primero en enfrentarlo con una honestidad tan brutal”.

“Ha crecido y crecido, pero ¿a medida que nuestra esperanza de vida? No, la realidad es que estos (indescifrable) simplemente se han vuelto demasiado poderosos y continúan abusando de nuestro país para obtener enormes ganancias, porque el público estadounidense les ha permitido salirse con la suya”.

Frases aisladas que reflejan el móvil político del asesinato, esparcidas en un cuaderno y un anotador. El contenido de esa libreta fue recientemente divulgado por distintos medios de comunicación, como el diario The New York Times y CNN.

“¿Qué haces? Acabas con el CEO en la convención anual de parásitos contadores de frijoles. Es específico, preciso y no pone en riesgo a inocentes”.

¿Héroe popular o asesino a sangre fría?

El sentimiento de polarización se ha dejado sentir en varios ambientes del país.

El público del programa de TV, The Daily Show, abucheó cuando Jon Stewart, el animador del programa, anunció que habían arrestado a Mangioni en Pensilvania.

Esto es lo que se debe haber sentido el pueblo cuando se conocían las historias de Robin Hood allá por el 1.300, comentó la crítica de arquitectura, Kate Wagner, en su cuenta de X sobre la búsqueda de Mangioni. La cuenta se hizo viral, llegando a los 2 millones de lecturas.

“La gente detesta su seguro de salud en Estados Unidos”, afirmó el experto Ed Ongweso en una entrevista con The Guardian. “No me sorprende que algunas personas celebren el asesinato como una forma de catarsis, pero lo que sí me sorprende es que lo hagan abiertamente e incluso que vayan en contra de los esfuerzos por acallarlos”, agregó.

Varios expectadores se congregaron frente al tribunal neoyorquino mientras Mangioni ingresaba al edificio. Una persona portaba un cartel que leía “ Denegar, Defender y Deponer”, repitiendo lo que el atacante había escrito en los casquillos de balas que quedaron en el lugar del asesinato. Otro de los manifestantes, que portaba un cartel que decía “Libertad a Luigi. Homicidio por Ganancia es Terrorismo”, dijo a un canal de TV: Nuestro país está quebrado. Una mujer expresó que el sistema de seguro de salud está diseñado para obtener ganancia a expensas de la salud de la gente.

Las reacciones de los políticos fueron diversas en declaraciones en los medios de comunicación convencionales. El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, condenó acremente a quienes vienen glorificando a Mangioni, presunto asesino de Brian Thompson. En Estados Unidos no matamos gente a sangre fría a fin de resolver diferencias de política o para expresar un punto de vista, destacó Shapiro.

Por su parte, el presidente electo Donald Trump dijo que era muy lamentable que hubieran asesinado a un ejecutivo de una empresa de salud, pero en ningún momento mencionó el estado del sistema de salud en el país.

Mientras tanto, el senador Bernie Sanders, quien durante su campaña presidencial propuso un sistema nacional de salud, señaló que el ataque contra el CEO de United Healthcare, pone de manifiesto la frustración de la gente con respecto a la industria de salud. Mientras que su colega demócrata Elizabeth Warren, dijo que era como una advertencia de que no se puede empujar a la gente demasiado fuerte, porque empieza a tomar acciones por sus propias manos y podría ser una amenaza para todos.

Sanders agregó que habría que convertir este crimen espeluznante en lo que podría ser calificado como un “momento de aprendizaje”.

Pocos días después del asesinato, varios activistas políticos, ex seguidores de Bernie Sanders, participaban en una reunión prenavideña en Brooklyn, en medio de la comida a alguien se le ocurrió hacer un brindis: “para que el sospechoso del asesinato del presidente de United Healthcare no sea atrapado por la policía”. En medio de risas entrecortadas, algunos ruborosos levantaban las copas de vino, menos uno, quien al ser preguntado por qué no compartía, respondió: “Es que se trata de un asesino”. Los invitados dejaron de reir como única reacción a la respuesta, pero igual siguieron adelante con el brindis.

Una escena que fue replicada por miles en cada reunión familiar o política. Será, sin dudas, la gran discusión en estas fiestas.

Antecedentes de amados bandidos populares de Estados Unidos

La historia popular estadounidense tiene varios héroes sociales, considerados como bandidos-héroes. Hombres del pueblo, que se identifican con la gente común y por lo general son vistos como alguien en oposición a cierta opresión establecida en el sistema económico, civil y legal inherente a la experiencia histórica norteamericana, según un estudio del experto social Richard E. Meyer, mencionado por la revista The New Yorker, con relación a la aparición de Mangioni dentro de un sistema de salud injusto para el ciudadano de menores ingresos en Estados Unidos.

Entre esos personajes menciona a Jesse James y Sam Bass, bandidos-héroes que habitaban el sur estadounidense durante la época de la reconstrucción, en la posguerra de secesión. Ambos asaltaban bancos y trenes, símbolos de las fuerzas que mantenían al hombre común en opresión económica y social, señala Meyer.

Otro de ellos es el asaltante de bancos y asesino, Charles Arthur (Pretty Boy) Floyd, cuya zona de acción era la región central entre los estados de Ohio, Oklahoma y Missouri durante la era de la Gran Depresión. Floyd asumió las historias de que James y sus muchachos compartía su botín con “viudas y huérfanos” y él hacía lo mismo.

Aunque la fuga de Mangione sólo duró cinco días y no ha beneficiado a ningun asegurado de United Healthcare, su comportamiento equivale al prototipo que Meyer describe como el antihéroe. El sistema de seguros de salud es tan opresivo y peculiar sólo en Estados Unidos, que es la única nación industrializada en el mundo que no provee un sistema de salud universal.

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Uruguay: Pepe y Lucía en el banquillo. Repudio general a sus dichos.

Un manto sombrío cayó sobre la legendaria pareja de ex guerrilleros uruguayos que se convirtieron en emblema de austeridad y honestidad en el mundo. Viejos fantasmas salieron a la luz ¿Hubo pactos y traiciones o simplemente políticas equívocas?

Causaron estupor, bronca y dolor, las recientes declaraciones de Lucía Topolansky, compañera de Pepe Mujica, quien en una entrevista realizada por el periodista Pablo Cohen, para su libro “Los Indomables“, puso en duda la veracidad de las declaraciones de algunos testigos en los juicios de Lesa Humanidad contra los militares responsables de asesinatos, secuestros y torturas durante la última dictadura uruguaya.

Sin dar nombres, deslizó una genérica afirmación: “La gente miente en las declaraciones”. En la extensa charla que tuvo la pareja con el autor del libro que intenta retratar la vida de Pepe Mujica y Lucía Topolansky, la ex senadora afirmó que a un ‘compañero’ le dijeron “Mentí, decí esto y aquello, y metemos preso a fulano” y agregó: “Los que querían que mintieras, te pedían esas cosas. Pero no podés, porque vos no sos como ellos. Nosotros sabemos quiénes son los que mintieron dentro de la izquierda pero no lo vamos a decir porque no somos traidores ni botones”. Mentir en un juicio es un delito, denunciarlo no es traición, la traición es no dar nombres y dejar que la acusación manche el honor de todos los testigos que se animaron a presentarse a un tribunal y señalar a los responsables de actor aberrantes cometidos por el Estado en un contexto de dictadura militar. Su compañero de toda la vida, el ex tupamaro y ex presidente Pepe Mujica salió de inmediato a avalar los dichos de su mujer: “De esas cosas, nos consta; sí. No voy a decir que fuera generalizado, pero había gente que salió con mucho rencor y encontraba que era justo eso, por las que pasó. No todos, pero sé que hubo casos”. sostuvo.

Como era de imaginar, son muchos los militares que a partir de estas revelaciones periodísticas están solicitando la revisión de las causas. Los dichos de Topolansky fueron apoyados por el ex militar, actual senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, quien en su cuenta de twitter comentó: “¿Alguien duda que en el tema del ‘pasado reciente’ la justicia dejó de ser tal para transformarse en venganza? Jueces y fiscales prevaricadores y testigos falsos solo son parte del circo bochornoso”. Condenó la hipocresía de quienes se muestran sorprendidos y festejó la ‘sinceridad’ de la ex tupamara.

La sociedad toda se pregunta porqué razón de la pareja política más influyente en la izquierda del país oriental eligió este momento para atacar de manera tan hartera a los movimientos de derechos humanos. Muchos hablan de algún pacto con Cabildo Abierto para otorgarle prision domiciliaria a los genocidad condenados. Otros apuntan a internas de FA, en especial con el partido comunista, con quienes siempre tuvieron distinta postura con relación a los juicios. No falta quien advierta sobre una posible senilidad tanto física como política del los viejos dirigentes.

La sospecha de pactos a puertas cerradas entre el MLN/Tupamaros y los sectores de inteligencia militar es algo que viene desde hace años. En 1998, El Observador publicó un intento fallido de acuerdo entre el MLN con los militares. Según el matutino se desarrollaron varias de las reuniones entre ambos grupos en la chacra del presidente José Mujica. Por ese entonces, el Tambero Zabalza, ex militante del MLN y crítico a la conducción nacional actual, confirmó la existencia de este diálogo y el presunto pacto. “Es un tema de vieja data. Provocó mi alejamiento del MLN, lo cual no quiere decir que yo haya dejado de ser tupamaro. Estas conversaciones comenzaron tras la muerte de Raúl Sendic, luego que triunfó el voto amarillo. Forman parte de una discusión muy grande dentro del MLN. Si Sendic estuviera vivo no se habría llegado a ningún tipo de acuerdo espurio, como se intentó hacer”, afirmaba Zabalza y continuaba: “Una de las razones por la cual nos oponíamos a estas conversaciones era que veíamos que era un operativo de inteligencia. Son oficiales de Inteligencia que usan su información para hacer política. Ellos manipulan a quienes están en contacto, los graban, los hacen firmar documentos y luego lo usan cuando consideran necesario, para desprestigiar Yo me fui fundamentalmente porque no estaba de acuerdo en enterrar la memoria de nuestros compañeros y declararlos muertos en combate cuando no era cierto, y empezar a hacer un nuevo futuro basado en acuerdos espurios, firmados entre gallos y medianoches. La gente debe saber qué es lo que está en juego. ¿Cuánta gente votó a Mujica y Huidobro, y que si hubiera sabido del acuerdo no los habría votado? Yo hablo de esto hace tiempo, y siempre dicen que estoy loco, esa es la locura que yo he tenido: oponerme a hacer acuerdos a espaldas de la gente, de la militancia. Acuerdos firmados quizás en calabozos”, concluyó Zabalza quien ya no está entre nosotros pero nunca modificó su postura a pesar de los agravios recibidos por sus ex compañeros.

La prestigiosa periodista de investigación uruguaya y colaboradora de La Columna Vertebral, María Urruzola, quien fue exiliada en dictadura, funcionaria de Tabaré Vázquez, y autora, entre otros, de un polémico libro que la puso en el ojo de la tormenta, “Eleuterio Fernández Huidobro. Sin remordimientos“, en el que revelaba la sinuosa política de la dirigencia tupamara en los años 90, publica hoy en su facebook: “Uruguay fue el país que más presos políticos tuvo en América Latina. Se calcula que más de 5.000. Hay que ser Dios para decir “nosotros sabemos quién de la izquierda mintió”. O tienen que haber trabajado con los militares, en sus oficinas, teniendo acceso a los destinos de cada militar, para saber si alguien no estaba donde 15 años después dijo un preso que estaba…O…”

Las confesiones de Topolanky en este libro, parecen dan crédito a tantas sospechas acumuladas. Quizás, como bien dice la compañera del Pepe en la misma entrevista, cuando se superan los 81 años existe cierta impunidad para decir cosas que antes callaban.

El repudio de funcionarios de justicia, militantes de derechos humanos, el Pit-CNT y el propio Frente Amplio que tienen a la pareja ex tupamara como máxima referencia política, quiene fueron los que avalaron la elección de Orsi como candidato presidencial, no se hizo esperar.

Un baldazo de agua fría contra las organizaciones que llevan décadas luchando por la verdad y la justicia. El fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, quien participó en muchos de los juicios cuestionó sus dichos:  “No sé en qué se basó para decir eso; si tiene los elementos, que haga la denuncia”. Para evitar suspicacias, este viernes, el fiscal citó a declarar a la senadora Topolansky para que confirme ante la justicia lo dicho a la prensa. Estará bajo juramento y le caben las generales de la ley, decir la verdad y nada más que la verdad. No obstruir la justicia es algo básico para una legisladora.

La Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos detenidos desaparecidos emitió un comunicado en el cual expresa su “máximo repudio ante este tipo de afirmaciones, que ponen en tela de juicio un proceso de muchos años de búsqueda y construcción de justicia”. Repudia que semejante manto de sospecha venga de parte de una senadora electa que cuestiona el accionar de uno de los poderes del Estado”, y resalta la valentía que tuvieron “las víctimas de tortura, de abusos sexuales y tratos inhumanos” para “denunciar y decir su verdad ante la justicia”, lo que ha llevado a que “más de un centenar de represores tuviesen una sentencia”. Insiste en que ‘por el rol que reviste y en su calidad de funcionaria pública”, Topolansky denuncie el caso ante la justicia lo que afirmó ligeramente en una entrevista. “Bueno sería retractarse o, de no ser así, quizá sea mejor llamarse a silencio”, sentencia el comunicado. “Cabe preguntarnos, ¿a quién favorecen estas declaraciones? ¿Cuál es su objetivo? ¿Acaso sirve cuestionar la credibilidad de las víctimas en favor de quienes torturaron, asesinaron, secuestraron niños y desaparecieron a nuestros familiares?”, concluyó la organización de DDHH.

El Frente Amplio reafirmó su compromiso “inquebrantable” con la defensa de los derechos humanos y su “condena absoluta” a los crímenes de lesa humanidad. “El trabajo de Madres y Familiares representa una causa colectiva que nos interpela como país y que exige el compromiso de todos los sectores políticos y sociales”, afirmó y reiteró su ” confianza en los procesos de la Justicia en materia de derechos humanos, particularmente el trabajo de la Fiscalía especializada”. El propio Yamandú Orsi, flamante presidente electo uruguayo, gracias al acompañamiento de Pepe Mujica, se desmarcó de su líder y en rueda de prensa opinó sobre el debate del momento: “Acá se violaron los derechos humanos, acá hay mucha gente que está desaparecida. Acá se atropellaron los derechos humanos de manera cruel e inaceptable. La Justicia es parte de un poder del Estado y yo no soy quién para analizar ni dudar de lo que los jueces determinan. Para ser más concreto, si alguien tiene duda o tiene indicios de que no se procedió de manera concreta, se hace cargo de lo que dice…”

El Pit-CNT, que ya había sufrido este año el desplante de Pepe Mujica, quién militó en contradel plebiscito propuesto por la central obrera para lograr una jubilación digna con rango constitucional, también se expresaron con dureza contra las declaraciones de Lucía Topolansky en un comunicado firmado por su Secretariado General que reproducimos a continuación:

  • El movimiento sindical uruguayo, sus hombres y mujeres, han dejado su sangre y su vida en defensa de la democracia, enfrentando desde el primer momento a la dictadura cívico militar con el desarrollo de una huelga general.
  • Esta acción tuvo consecuencias brutales hacia nuestros integrantes, así como para militantes políticos y sociales; sufriendo secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos; prisión y exilio para muchos ciudadanos y ciudadanas.
  • Esta es una realidad tangible e innegable de nuestra historia reciente, reconocida por los propios protagonistas, de un lado y del otro; constatada por organismos internacionales de defensa de los derechos humanos. La brutalidad, la saña, la violación a los derechos humanos es un hecho objetivo incontrastable que tuvo como protagonista al personal militar, mandos medios y superiores; así como a civiles al servicio de las Fuerzas Conjuntas.
  • Al día de hoy, porfiadamente, la tierra sigue hablando cada tanto, poniéndole rostro a un compañero o compañera, pero también denunciando la aberración inhumana y cobarde de su muerte.
  • Esto no es revisionismo, no es una falsedad; es la realidad de lo ocurrido en este país en su pasado reciente; realidad que condenamos, a la que no queremos volver nunca más y la cual enfrentamos al día de hoy reclamando verdad y justicia.
  • Teniendo en cuenta todas estas consideraciones es que no entendemos, no comprendemos el sentido de estas declaraciones y exhortamos a que se denuncie si es que se tiene algún elemento que haya tergiversado el debido proceso de los torturadores y asesinos, debido proceso que no tuvieron nuestros compañeros y compañeras caídas.
  • Tender un manto de duda sin enfrentar las responsabilidades de nuestros dichos socava nuestra solidez republicana y debilita nuestro sistema democrático, tan caro para nosotros los trabajadores y trabajadoras de este país.

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Archivo

ARCHIVO/La corrupción sigue estando de moda, por Oscar Taffetani

Esta semana, el maestro Oscar Taffetani comparte una nota de su archivo personal escrita el 16 de mayo de 1993 –hace 31 años-. Eran los noventa, tiempos de “menemato” cuando estallaba el boom de los escándalos de corrupción. Nunca, hasta ese momento, se habían visto tantos funcionarios procesados por malversación de fondos, coimas, contrabando, venta ilegal de armas o enriquecimiento ilícito. La lista es larga. Algunos han pasado rápidamente al olvido, como el ex concejal justicialista José Manuel Pico condenado por la justicia porteña a cinco de años de prisión y diez años de inhabilitación para ocupar cargos públicos, por el delito de enriquecimiento ilícito. “Me quieren convertir en un monstruo”, se lamentaba, conciente de que él no hacía nada diferente a lo que hacían todos. Fue el primer político de cierta relevancia condenado por corrupción a quince días de las elecciones presidenciales.

Con mejor o peor suerte, tuvieron que sentarse en el banquillo de los acusados altos funcionarios, entre otros: Carlos Grosso; María Julia Alsogaray; Víctor Alderete; José Luis Manzano, Antonio Erman González; Carlos Corach; Amira y Emir Yoma; Ángel Eduardo Maza; Domingo Cavallo; Gostanian y el propio presidente Carlos Menem quien fue condenado por peculado, contrabando de armas y sobresueldos, pero gracias a los fueros nunca debió cumplir su pena. En 1994, el presidente del Banco Nación, junto a ex directores y cinco empresarios fueron procesado por el supuesto pago de 21 millones de coimas a IBM por la renovación de su sistema informático. El hermano y secretario de uno de los imputados, Marcelo Cattáneo, apareció suicidado. Las muertes dudosas de personajes vinculados al gobierno iban en aumento.  

Distintos negociados fueron tapa de diarios y revistas. Los libros de investigación eran Best Sellers (Robo para la Corona, de Horacio Verbitsky; El Otro, de Hernán López Echagüe; El Jefe, de Gabriela Cerruti; o Pizza con Champagne de Silvina Walger, se vendían por cientos de miles). Con buen tino, Oscar Taffetani titulaba una nota publicada en la revista Nueva: “La corrupción está de moda”. Una moda que llegó para quedarse.

¿Cuáles son las razones y la solución de semejante descalabro? O.T. recorre los principales hechos de corrupción en Argentina y el mundo. ¿Cómo salir de esta telaraña? Un debate más vigente que nunca.

Corrupción está de moda

Un fantasma viscoso recorre el planeta. Los diarios lo llaman corrupción. Los políticos y los periodistas lo llaman corrupción. La gente lo llama corrupción. ¿De qué se trata?

El barón de Montesquieu escribió en alguno de los treintaiún volúmenes que componen Del espíritu de las leyes (1748), que “el principio de democracia se corrompe cuando una nación pierde el espíritu de igualdad y lo interpreta arbitrariamente”.

Según el ilustre barón (a quien solemos citar de oído), una neta separación entre los poderes del Estado produce la mutua limitación que salvaguarda las libertades.

Claro que el sistema que Montesquieu tomaba por modelo de democracia era el inglés, donde el Poder Ejecutivo reposaba en el Príncipe (consorte o sinsorte), el Legislativo en la Cámara de los Lores (reclutados en la nobleza) y el Judicial en esas convulsionadas cortes provincianas que supieron describir Shakespeare y Marlowe.

En cuanto a los “países cálidos” (así llamaba a las colonias africanas, asiáticas y americanas), el tratadista observaba que “están más dispuestos que los fríos a la servidumbre”… Hasta allí Montesquieu.

Montes… ¿quién?

En América latina, lo mismo que en los jóvenes países africanos y asiáticos, la democracia política padece aún hoy el vicio del caudillismo. Los tres poderes suelen estar sujetos a la voluntad de uno solo: el Ejecutivo.

Cuando se habla de corrupción, entonces, por lo general, se habla de un juez o un legislador sobornado, de un amigo o un pariente del “Número 1” que se acomoda en un puesto público, que resulta beneficiario de una dudosa licitación o que impunemente viola las leyes al amparo de su protector.

De esta clase de corrupción sabemos mucho en América latina. La historia del continente –sin necesidad de hacer revisionismo– está plagada de caudillos, militares y civiles, que convirtieron su antojo en ley severa, que se enriquecieron en la función pública, que entraron al gobierno por la puerta grande, “para acabar con la corrupción” y salieron por la puerta de servicio, entre gallos y medianoche, con los bolsillos llenos.

En los países anglosajones (algo de razón tenía Montesquieu) la vigilancia civil sobre los poderes es mayor. Los ciudadanos que sangrientamente conquistaron sus derechos poniendo fin, o por lo menos un límite, a la monarquía, saben defenderlos mejor.

No están libres del azote de la corrupción (que prefieren llamar inmoralidad), pero tienen aceitados los mecanismos democráticos para combatirla.

El affaire Watergate en los Estados Unidos (espionaje republicano en la sede del Partido Demócrata) le costó la presidencia a Richard Nixon. El affaire Irán-contras (llamado por la prensa Irangate) llevó a un juicio público a altos jefes militares y determinó el cambio de política hacia Centroamérica.

Curiosamente, los hechos inmorales de más gravitación en la política norteamericana fueron descubiertos por la prensa. Dos periodistas del Washington Post, amparándose en la Quinta Enmienda de su Constitución, desataron el escándalo que acabó con Nixon.

El cuarto poder entra en escena

¿Son posibles los Watergates en América latina? Ardua pregunta. La regla –salvo raras excepciones– es que todo concluye con la denuncia. Los efectos jurídicos no van más allá de la renuncia al cargo por parte del funcionarios involucrado o de un “fusible” de éste.

No obstante, debe reconocerse que haber hecho públicos los ilícitos y haber conseguido la renuncia o alejamiento de funcionarios corruptos, no es poco mérito, habida cuenta de la ostensible lentitud del Poder Legislativo y la mora del Poder Judicial para intervenir en esas cuestiones.

Otra pregunta que puede escucharse en la calle es: ¿Hay más corrupción ahora que antes? ¿O es que ahora se sabe más?

Las respuestas invariablemente estarán teñidas de un color político. A pesar de ello, habrá coincidencia general en observar que, gracias a la existencia de una prensa independiente y diversa, hoy puede saberse más de lo que pasa “en palacio”. La ciudadanía dispone de un instrumento tan poderoso como aquéllos –devaluados– que le brindó la bicentenaria Revolución Francesa.

No todas son rosas en la Galaxia Gutenberg, por supuesto: un medio de prensa puede ser sobornado, como puede serlo un policía, un juez, un legislador. Pero corre también el riesgo de quedar en evidencia y sufrir un terrible castigo: que los lectores dejen de comprarlo.

En ocasiones, los diarios, radios o canales televisivos son instrumento de una singular batalla. Es cuando los acusados de corrupción se defienden denunciando algún fraude o ilícito cometido por sus acusadores.

La batalla –aquí reaparece Montesquieu– no es mala en sí misma, puesto que ayuda a que se conozca toda la verdad. El libre juego de los poderes, incluido el Cuarto, es el mejor certificado de buena salud del orden democrático.

Mal olor en el planeta

Una mirada a la política internacional, poco antes del fin de siglo, podría acabar con las más recónditas esperanzas de justicia. En todas partes se cuecen habas. En todas partes había –o hay– corrupción política.

EN EL PRIMER MUNDO

No hace tanto desde que se conocieron las coimas que pagó la Lockheed Aircraft para colocar sus aviones en países “intachables” como Suecia, Francia, la ex República Federal de Alemania y el Japón. Desde el Príncipe Bernardo de Holanda (quien provocó la abdicación de la reina Juliana) hasta el primer ministro japonés Kakuel Tanaka (quien prefirió que el harakiri se lo hicieran algunos ofuscados kamikazes), todos recibieron su sobre o su giro reservado a un banco suizo.

Recientemente –para no abundar en ejemplos– estallaron escándalos en Inglaterra (por comisiones de los ministros en la privatización de servicios); Francia –por “donaciones” y blanqueo de dinero negro a través de partidos de centro-derecha y centro-izquierda–; España (por comisiones en las obras de Expo-Sevilla, finanzas negras y sobornos en el PSOE); Italia –por relaciones de los principales dirigentes políticos y del gobierno con la mafia– y hasta en el lejano, insospechable y poderoso Imperio del Sol Naciente (por declaraciones del político sobornador Shin Kanemaru, quien destapó una olla que no contenía precisamente arroz).

EN EL EX-SEGUNDO MUNDO

El advenimiento de la era Gorbachov puso al descubierto las prebendas y turbios manjeos de los dirigentes soviéticos de la era Brezhnev. No terminó allí la danza: los dirigentes del ex PCUS vaciaron las empresas estatales y fugaron divisas hacia los bancos suizos poco antes de la caída de Gorbachov y el ascenso de Yeltsin.

Uno de los países que aún se declara regido por los principios del socialismo, Cuba, conjuró hace tres años un escándalo por narcotráfico que amenazó acabar con el gobierno de Fidel y Raúl Castro. El chivo emisario fue el fusilado general Ochoa, Nº 3 de la nomenclatura cubana.

EN EL TERCER MUNDO

En la Argentina, el reelecto presidente Carlos Menem ostenta el récord de tener la mayor cantidad de funcionarios procesados en la historia de su país y la región.

La caída de Ferdinando Marcos, en las Filipinas, ocurrida hace unos años, puso al descubierto el enorme grado de corrupción que puede generar un gobierno cuando aspira a perpetuarse.

El affaire Collor, en Brasil, fue un caso reciente de corrupción política (enriquecimiento ilícito) con desenlace ejemplar: el juicio político y destitución del Presidente por el Parlamento.

EN LAS NACIONES UNIDAS

El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de origen japonés, fue acusado de comprar su reelección. La denuncia extiende las sospechas a casos anteriores (como el del ex SS Kurt Waldheim).

EN LAS ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS

Generation Ecologie, un partido verde francés cuyo dirigente Brice Lalonde fue designado ministro de Medio Ambiente, aceptó importantes contribuciones financieras de empresas a las que decía combatir (como la Sandoz suiza, principal contaminadora del Rhin).

Mal de muchos ¿consuelo de tontos?

Martin Woollacott, del periódico londinense The Guardian, se refirió en un artículo a las distintas formas de corrupción política existentes en el mundo. Desde lo que en Francia llaman “tremper le pain dans le sauce” (mojar el pan en la salsa) hasta lo que los japoneses llaman sin pudor “política del dinero”, pasando por la Tangente italiana, todopoderosa antes de la llegada de los mani pulite. Al hablar Woollacott del mundo anglosajón, desliza irónico: “…tenemos formas menos obvias de corrupción, además de la justa cuota de soborno y de coima…”

He allí una de las probables causas del gran destape de fin de siglo: lo que los Estados y el mismo sistema mundial no toleran no es la corrupción habitual (el “punto” o “punto y medio” de comisión que lubrica el comercio internacional). Lo que el sistema mundial no tolera –porque vuelve imprevisible el futuro de la humanidad– es el exceso de corrupción, esa masa viscosa que entorpece el desarrollo de la economía y las relaciones internacionales.

Desde un punto de vista pragmático, entonces, –dejando el idealismo para mejor momento–, de lo que se trata es de llevar los niveles de corrupción administrativa y política al mínimo posible.

¿Quién puede hacerlo?

Allí regresamos a Montesquieu, aquel pensador francés que fue bautizado en brazos de un pordiosero (porque sus padres querían que aprendiera de niño que todos los hombres son iguales ante Dios). Regresamos a Montesquieu y hallamos que la mejor manera de combatir la corrupción, en casa y en el mundo, es garantizar la independencia de los tres poderes (incluido el cuarto) y luchar por un ejercicio moral de la política.

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