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Internacionales

¿Cómo impactó la pandemia en los liderazgos políticos latinoamericanos?

Esteban de Gori, sociólogo, investigador del CONICET y colaborador de Panamá Revista, analizó para La Columna Vertebral el impacto que supuso la pandemia y su crisis sanitaria en los sistemas políticos latinoamericanos y sus respectivos liderazgos.

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Elecciones en Estados Unidos: October Surprise y el factor latino, por Carmen Valdivieso Hulbert

Corresponsal de LCV en New York

Octubre siempre trajo consigo sorpresas pre electorales, que decidieron el voto estadounidense en las urnas, pero este año la ausencia de una gran sorpresa fue reemplazada por débiles tañidos que no lograron tener el mismo efecto ensordecedor que podría haber cambiado radicalmente la opinión general. Aunque si algunos creen en magia, la sorpresa podría producirse en el Día de las Brujas, el último día del mes.

La cuenta regresiva avanza inexorablemente, mientras millones de estadounidenses comenzaron a votar por adelantado desde la semana pasada y continuarán hasta el 5 de noviembre, día tradicional de elecciones.

Aunque este octubre no tuvimos revelaciones de escándalos en la vida privada de los candidatos, ni un nuevo juicio contra el expresidente republicano, el mes comenzó con una serie de factores externos, como huracanes y tornados que dejaron destrucción y muerte en seis estados del sureste estadounidense, entre ellos, Florida, Georgia y Carolina del Norte. La débil respuesta en la ayuda del gobierno para la reconstrucción de esos Estados fue contrastada por los grandes aportes financieros a la guerra de Ucrania y la compra de armamento de Israel que bombardea el Líbano y algunas zonas de Irán, después de meses de bombardeos con miles de víctimas en Gaza, como desmesurada respuesta al ataque terrorista del grupo Hamas en territorio israelí que causó cientos de víctimas, el 7 de octubre del 2023. Si quisiéramos hacernos eco de la política de la gota de agua china, que pudo erosionar la opinión pública en octubre, hubo un par de sucesos elocuentes.

La ‘broma’ que puede cambiar el voto

El pasado domingo hubo un multitudinario evento proselitista republicano en el Madison Square Garden -en el cual participaron dos ex candidatos demócratas, Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy– que había sido considerado como el gran desembarco de Trump en New York de la mano de dos figuras de reconocida trayectoria demócrata que habían saltado hacia las filas republicanas. Sin embargo, el encuentro se vio teñido por un supuesto chiste que tuvo el efecto opuesto, cuando el comediante Tony Hinchcliffe, en medio de una catarata de ‘bromas’ despectivas en las que se burló palestinos, judíos y afroestadounidenses, atacó también a los latinos al decir que Puerto Rico era “una isla de basura en el océano”.

De inmediato se genero una ola de repudio en las redes sociales y famosas personalidades del espectáculo de origen boricuá como Bad BunnyJennifer López Ricky Martín, expresaron su indignación con mensajes de apoyo a la demócrata Kamala Harris. La ofensa puede tener un rebote negativo en la elección si consideramos que hay cerca de 5,8 millones de personas de origen boricua con derecho a voto el 5 de noviembre, en especial en Estados como Carolina del Norte, Georgia, Florida y Pensilvania. Un efecto imprevisto por los organizadores republicanos en el preciso momento en el que el voto latino comenzaba a inclinarse hacia Trump.

Dos días después, el presidente Biden reaccionó contra el insulto a la comunidad puertorriqueña, calificando de “basura” a los seguidores de Trump. En esta ocasión, Kamala Harris, su vicepresidenta, quien también había criticado los dichos supuestamente graciosos de cómico xenófobo, afirmó tampoco estaba de acuerdo con llamar ‘basuras’ a los ciudadanos norteamericanos que no profesaran las mismas ideas políticas. Por primera vez, la candidata se apartaba públicamente del líder de la Casa Blanca.

Donald Trump da una conferencia en un camión de basura adaptado por su campaña en respuesta a los comentarios del presidente Joe Biden de que sus seguidores son “basura”.(Foto AP)

La posición de los grandes medios

El importante diario The Washington Post decidió no brindar su tradicional respaldo electoral a ninguno de los candidatos, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, ni al ex presidente republicano Donal Trump. Esta decisión, de suspender respaldo a un candidato presidencial que daba cada año electoral desde 1988, provocó una estampida de 250,000 cancelaciones de suscripciones del diario y la renuncia de importante personal de su plana periodística en protesta por la decisión del dueño del diario, Jeff Bezos. Muchos opinan que su decisión se debe a la inminente victoria de Trump y que multimillonario teme que el republicano tome represalias contra sus negocios con el estado. El diario Los Angeles Times, asimismo decidió abstenerse de conceder su respaldo a candidato alguno, al parecer por la misma razón.

¿Eso nos podría dar el indicio de una posible victoria de Trump? No vayamos tan rápido, aún quedan 6 días.

Las encuestas están empatadas y algunos estados indecisos comienzan a inclinarse hacia los republicanos, pero todo depende de la fuente de la encuesta. Otras señalan que Harris se fortalece en los llamados “swing states” como Pensilvania, Georgia y Wisconsin.

El voto latino sigue apoyando a los demócratas, aunque éste había decrecido en los últimos años, pese a la política antimigratoria de Trump. El expresidente se convirtió en el terror de los inmigrantes durante su gobierno 2017-2020, y millones de residentes se han nacionalizado en este último año, preocupados de que un gobierno de Trump, si resultara ganador, podría arrebatarles la residencia.

Aciertos y errores en la campaña de Kamala Harris

Lo que más preocupa a los votantes es la economía y la inmigración. La inflación no ha dejado de sentirse sobre todo en los bolsillos de las familias de menores ingresos y la peor parte se la lleva la vicepresidenta Harris, quien desde su nombramiento como candidata presidencial demócrata, no ha podido apartarse de las políticas, algunas impopulares, del presidente Biden, porque sigue siendo parte de su gobierno. Y ha ratificado abiertamente su posición de no cambiar nada si fuese elegida presidenta.

Harris inició su campaña como candidata demócrata en una inusual sucesión, sin haber ganado un solo voto, después que Joe Biden se vio obligado a renunciar ante su visible decadencia cognitiva y las presiones de sus correligionarios.

La candidata prefirió inicialmente conectarse con el público en manifestaciones proselitistas de miles de personas, leyendo discursos preparados. Y tímidamente, empezó a conceder entrevistas, aunque la primera con la cadena CNN, fue compartida con su compañero de fórmula, Tim Walz.

Finalmente, se lanzó al ruedo y hubo Kamala para todos los gustos.

Comenzó con una entrevista en el programa “60 Minutos” de la cadena CBS, donde evadió respuestas directas sobre la inflación y la crisis migratoria provocada por el ingreso de miles de inmigrantes indocumentados, que han recargado los servicios sociales en las principales ciudades estadounidenses, como Nueva York, Los Angeles, Chicago y Denver, entre otras. Y siguió con presentaciones en programas como, “The Late Show” con Stephen Colbert; “The Howard Stern Show” y “Call Her Daddy”, un podcast de Alex Cooper que tiene un público de jovencitas.

Harris visitó el programa The View por la cadena ABC, coanimado por cinco mujeres entre las cuales figuran, Whoopi Goldberg y Joy Behar, populares por sus ideas liberales. En medio de una animada charla, respondió que no cambiaría nada con respecto al gobierno de Joe Biden. Eso cayó como balde de agua fría a muchos que consideraban que era importante que se alejara de la fallida política económica y migratoria de Biden, además de su política exterior, como el trato favorable al primer ministro israelí Benjamin Netañahu, a quien el gobierno estadounidense ha enviado ayuda militar por casi 18,000 millones de dólares.

El conocido comentarista demócrata James Carville afirmó que la campaña de Harris no había alcanzado suficiente vuelo y estaba muy temeroso por eso. Destacó que tenían que ser más agresivos. Fue así como Kamala y muchos líderes demócratas intensificaron el uso de calificativos, llamando a Trump fascista y Hitler, y un “peligro para la democracia”. Al parecer, cuando la campaña no dio los resultados deseados, hasta el diario The New York Times expresó su desaprobación por esa táctica.

El factor mujer

Entretanto, el ex presidente Barack Obama ha exhortado en varias ocasiones a los votantes negros, a que apoyen a Harris, quien sería la primera mujer presidenta estadounidense. Han circulado innumerables conjeturas de que Harris no obtendría mayor apoyo porque es mujer.

Eso mismo se dijo de Hillary Clinton quien perdió las elecciones ante Trump en el 2016, quien sí tuvo su ‘sorpresa de octubre’ cuando el 28 de ese mes el director del FBI, James Comey envió una carta al Congreso en la que mencionaba la aparición de nuevos emails relacionados con una investigación contra Hillary Clinton por el uso indebido de un servidor privado en su residencia para asuntos oficiales cuando era secretaria de estado durante el gobierno de Obama. Días después, el 8 de noviembre, Clinton perdía las elecciones ante Trump.

El factor de que Kamala llegue a ser la primera presidenta mujer ha entusiasmado a muchas mujeres, en particular a las votantes demócratas.

Harris ha hablado mucho de su condición de mujer sobretodo comparando su campaña con Trump a quien acusa de no sólo estar en contra del aborto sino que señala que se debe sancionar a las mujeres que tratan de abortar. Trump ha respondido que no está en contra de las mujeres, sino de los médicos que hacen abortos. Lo que sí es claro que su oposición al aborto ha creado una amplia resistencia entre las mujeres de todas las razas y edades, que habían crecido durante 50 años con el derecho al aborto, respetado por una decisión de la Corte Suprema. Durante el gobierno de Trump, el máximo tribunal dispuso que sean los estados los que decidan individualmente. Eso ha llevado a que un sinnúmero de estados con legislaturas dominadas por republicanos hayan prohibido el aborto en todos los casos.

Una abuela me dijo el otro día: “Quiero que mi próxima nieta nazca bajo el gobierno de una presidenta mujer”. “Sería un orgullo”, destacó.

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Elecciones en Uruguay: final abierto.

Crónica desde Montevideo de Laura Giussani Constenla

Domingo 20 de octubre. Falta una semana para las elecciones. Montevideo se llena de colores, militantes o promotores se dedican a repartir listas para poner en la urna. Conviven en las esquinas los puestos del Frente Amplio, los Blancos y los Colorados. Caravanas de coches, banderas en los balcones identificando las preferencias de sus habitantes. La rambla es el principal punto de encuentro para convencer a los todavía indecisos. Al salir a pasear por Buceo, Pocitos o Ciudad Vieja conviene llevar un bolso vacío para acumular la cantidad de listas que entregan los diversos partidos.

Yamandú Orsi, candidato FA

Aceptar la lista justa no es cosa fácil. Mientras revolvía baratijas en la feria Tristán Narvaja, se acerca una señora sonriente y me entrega una boleta, veo la foto de Orsi y la acepto con una sonrisa. Como yo no voto en Uruguay, se la entrego a mi hija que sí vota: ‘tomá, ya tenés la boleta para poner en la urna’. Me mira con resignación y dice: ‘yo no voto esa lista’. ¿Cómo, no votabas al Frente? Sí, pero no a esa lista. Es así que me entero que además de votar a un presidente que va en representación de cada partido, podés elegir la lista de legisladores que más te guste. Como el FA está cada vez más amplio no es lo mismo votar a los socialistas, que a los comunistas que a los ambientalistas y no sé cuántas listas más. Todo se puso tan confuso que el MPP y Pepe Mujica no representa el ala más de izquierda de ese caleidoscopio frenteamplista. Es decir, también hay una interna en la que se define cuáles son los senadores y diputados que llegarán al Congreso.

Álvaro Delgado, candidato Partido Nacional, Blanco

Montevideo es un laberinto de diagonales, cortadas y rotondas en donde el río mar está siempre de fondo, podés llegar a la rambla si vas a la izquierda o a la derecha o seguis por tu camino. Perdida por el Parque Rodó apelo a una simpática jovencita que andaba repartiendo boletas. “¿Perdón, sabés dónde queda la calle Libertad?”. (ahora que lo escribo me doy cuenta el significado del nombre de mi calle perdida, es que tenía que ir a Libertad y Artigas -pah!) . La muchacha duda, pero mira a lo lejos y dice “allá termina Libertad ¿ves el cartel?”. Obvio que no lo veía porque estaba como a cien metros. Para ser gentil le pido la lista “A ver ¿a quién tengo que votar para tener tan buena vista?, bromeo. Extiende hacia mí la boleta del musculoso Ojeda. Mi cara de decepción fue evidente. “Uh, justo a Ojeda me querés hacer votar!”. “No lo votes”, gritó de manera cómplice, como si ella tampoco lo fuera a votar. Promotores a sueldo aquí y allá.

Andrés Ojeda, candidato Partido Colorado

¿Qué se vota el 27 de octubre? Presidente y Vicepresidente; 30 senadores, 99 diputados; miembros de las Juntas Electorales Departamentales y dos plebiscitos: el de ‘Previsión Social’, para que la constitución establezca como derecho una jubilación que equivalga a un sueldo mínimo y acabe con las jubilaciones privadas; y ‘Allanamientos Nocturnos” para derogar una ley muy sentida en la población que prohibe que las fuerzas de seguridad entren a un hogar de noche, aún teniendo la órden de un juez.

¿Quiénes son los candidatos a Presidente?

Frente Amplio (Yamandú Orsi- Carolina Cosse): Partido Nacional (Alvaro Delgado – Shirley Valeria Ripoll Fraga); Partido Colorado (Andrés Ojeda – Robert Silva García); Partido Cabildo Abierto (Guido Manini Ríos – Lorena Quintana); Partido Identidad Soberana (Gustavo Salle – María Elvira Canoniero); Partido Independiente (Pablo Mieres – Mónica Gabriela Bottero); Partido Asamblea Popular (Walter Gonzalo Martinez Andrea Revuelta); Partido Constitucional Ambientalista (Eduardo Lust – Luján Criado); Partido Ecologista Radical Intransigente (César Enrique Vega – Sergio Billiris ); Partido Por Los Cambios Necesarios (Guillermo Franchi – Virginia Vaz); Partido Avanzar Republicano (Martín Pérez Banchero)

El clima es curiosamente tranquilo, nadie discute en las calles, y el único candidato que parece romper la monotonía es el improvisado Andrés Ojeda, del Partido Colorado, quien recorre la ciudad acariciando perros -la defensa de los animales son parte fundamental de su campaña-, pasa horas en el gimnasio -tal como indican sus spots y su lomo-, y confiesa ante los medios que ‘la política en Uruguay es un embole’. ¿Cuál es su programa de gobierno? Poco se sabe, por ahora promete sacudir la modorra para divertir un poco a los abúlicos ciudadanos.

Cierre de campaña del Frente Amplio con 100.000 personas en Parque Batlle

Cierto es que tampoco se sabe qué proponen los otros candidatos. El seguro ganador en primera vuelta, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, eligió callar durante la campaña. Ni una palabra salió de su boca de no ser en una tribuna, algún programa amigo o en desteñidos spots publicitarios en los que con voz cansina elogia la honestidad y critica los extremos. Tal fue su ausencia de los medios que un programa político de derecha quizo ponerlo en ridículo e inventó una entrevista con inteligencia artificial para poder tener al candidato en el piso. Avisó al público al finalizar la nota. La semiausencia de Orsi y la hiperpresencia de Ojeda también está siendo utilizada por el candidato colorado.

En uno de sus últimos actos de campaña, Orsi invitó a romper el silencio (no el suyo, sino el de la población) y habló también de vencer el miedo, de que sus militantes entreguen aunque sea en secreto la boleta del FA a sus vecinos. Raro, diría Barassi. Ya comentamos el clima de tranquilidad y tolerancia que se notaba en las calles. ¿De qué hablaba Yamandú? Quizás del otro país, el de las ciudades pequeñas, los pueblos, el Uruguay rural. En Colonia, por ejemplo, sólo los más comprometidos hacen campaña abierta para el Frente. Es un departamento Blanco hasta la médula y nadie quiere quedar como sapo de otro pozo y que te mire con desconfianza el funcionario que seguramente tendrá que darte una mano alguna vez.

¿Qué está en juego en éstas elecciones? Los ojos están puestos no sólo en quien será el próximo presidente sino en la interna de la coalición gobernante. Es decir, la aparición de Andrés Ojeda que en apenas unas semanas subió 10 puntos en las encuestas poniéndose a pocos puntos de Delgado, candidato del partido de Lacalle Pou, movió el tablero. Con un marketing impecable, asesorado por un discípulo de Durán Barba, mucho perro, mucho músculo y mucha pinta (he oído a más de una mujer decir que lo iba a votar porque era lindo!), le está dando pelea al tradicional Partido Nacional, los Blancos.

Delgado llega a las elecciones con un gobierno con buena imagen en el exterior pero bastante desgastado. Lacalle Pou se dedicó a surfear escándalos a lo largo de su mandato: Astesiano, Penadés, Marset, los más impactantes. De hecho, acaba de estrenarse un documental producido por La Diaria llamado “El Facilitador” a propósito del tráfico de influencias de Astesiano y Lacalle Pou. Más allá de estos infortunios, poco le ayudó la elección de su vicepresidenta, Alvaro Delgado puso como segunda en la fórmula a Valeria Ripoll, quien hasta hace poco era del Partido Comunista ¿cuánta confianza puede tenerle alguien del Partido Nacional a una comunista despechada? Traidora le gritaban de un lado y del otro.

La otra pata de la alianza gobernante es Guido Manini Ríos, un ex militar nacionalista que en muchos de sus carteles aparece con el correspondiente uniforme. Un partido, el Cabildo Abierto, que tiene pocos años, no demasiados votos, pero que llegó a terciar en el gobierno con apenas un 3% de los votos. Pocos, pero todo suma en tiempos de definiciones de segunda vuelta.

El Frente Amplio ganará en la primera vuelta, de eso no hay dudas. El problema es que si no saca más del 50% irá a ballotage, en donde se unen casi todos los otros partidos, al menos los que tienen un caudal de voto importante (Blancos, Colorados, Cabildo Abierto) puede ocurrir nuevamente que se le arrebate la victoria. En ese caso, es fundamental quién llega a la segunda vuelta: ¿Ojeda o Delgado? He conversado con varios frenteamplistas que ven con entusiasmo el repentino crecimiento del joven Andrés Ojeda, es la oportunidad para darle una cachetada a los Blancos, bajarles el copete. Cuando les pregunto si no tienen miedo de que una incógnita derechosa, que se parece más a Bukele y Milei que al histórico fundador del partido, José Batlle y Ordoñez, se ríen: “No, los uruguayos jamás van a votar a un tipo como Ojeda a la presidencia”. Algo así como decir que si es él quien llega al ballotage primara la cordura y el tradicionalismo. Lo cierto es que en apenas un mes el carilindo Ojeda subió como 10 puntos en las encuestas, poniéndose a tiro del Partido Blanco. Y dedicó las últimas semanas a tratar de convencer a los electores de que está llevando adelante un milagro: “me dijeron que era imposible que gane la interna colorada y aquí estoy. Hoy dicen que es imposible pero con tu voto llegamos al ballotage”. Está por verse si se trata de una autoprofecía capaz de realizarse.

Esa es la gran batalla por estos días. Quién sale segundo en el caso de que el Frente no gane en la primera vuelta. Yamandú Orsi se dedicó a hacer la plancha ya que las encuestas desde el principio le dieron más del 40 %. Casi no hubo campaña frenteamplista mientras Ojeda hizo un derroche publicitario que llenó cada rincón con su cara y metió spots a lo bobo en los medios. Y Delgado, ni fu ni fa, con su vice ex comunista a quien en un acto de campaña dijo que era ‘un bombón’ y se le armó más lío que el que tuvo Lacalle Poú por avalar a un senador pedófilo o abrirle la puerta al narcotráfico con Marset a la cabeza. Su consigna es simple: ‘no volver al pasado’.

¿Qué dicen las últimas encuestas? Todas coinciden con una diferencia de 1 o 2 puntos. Hasta hoy el resultado sería algo así: 46% Frente Amplio; 25% Partido Blanco; 17% Partido Colorado. Con un 8% de indecisos. Es decir. Final abierto.

Sepan disculpar, pero, a veces, la realidad nos regala simbolismos que de tan obvios parecen inventados. Pienso en mí, buscando la intersección de Libertad y Artigas en medio de una marea electoral. Parece cuento. Y también un cuento parece esta desgracia que vivieron los nadadores que participaron de la campaña “yo amo a mi mama” unas semanas antes del día internacional de lucha contra el cáncer de mamas.

Se anotaron 150 nadadores pero se animaron a participar sólo 92, en su mayoría argentinos, junto a uruguayos y chilenos. Hubo 58 que desistieron al notar el ‘olor fétido del agua y su estado barroso poco habitual’. Tenían razón. El hecho ocurrió el 28 de septiembre pero tuvo estado público hace apenas una semana. En la misma rambla en la que todos los partidos se disputaban un espacio para captar votantes y pegadizos slogans inundaban de música el paseo, mientras Andrés Ojeda caminaba acariciando perritos, se realizó la competencia de nadadores bajo el lema ‘amo mi mama’ en la playa cercana al Shopping Punta Carretas (que antes era una cárcel y se hizo famosa por la fuga de más de cien tupamaros en tiempos de la dictadura -hablando de símbolos!-), de los 92 nadadores, 85 terminaron intoxicados con vómitos y diarreas.

“Hicimos las averiguaciones con la gente de la Intendencia de Montevideo (IMM) y nos contaron que lo que ocurrió ese día fue que coincidió con una reparación que estaban haciendo en el colector que lleva al mar las aguas servidas, y que como tuvieron que cerrarlo, estaban volcando esas aguas a través de una reclusa pluvial que está a unos 100 metros de la zona donde estábamos nadando. Así que nadamos en aguas servidas”, señaló a El País Antonio Stankevicius, referente y organizador de NAF Uruguay.

No sería desacertado concluir que en plena campaña, algo huele mal en Uruguay.

En un panorama de propuestas vagas, el plebiscito propuesto por el PIT-CNT es la única medida clara que modificaría la Constitución a favor de los jubilados. Las encuestas no lo dan como ganador hasta el momento. Si sos uruguayo y querés poner la papeleta del SI a la reforma previsional, te puede interesar esta nota. Eso sí, no se puede votar en el exterior, a reservar pasaje.

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Uruguay: cuenta regresiva para las elecciones ¿Qué está en juego?

El próximo 27 de octubre, Uruguay irá a las urnas para elegir un nuevo presidente y también para poner la papeleta de un plebiscito singular, llevado adelante por el PIT-CNT, que propone una reforma constitucional con relación a la previsión social. Votar por el Sí, significará darle a los jubilados varios derechos: volver a la edad de 60 años para retirarse (el gobierno de Lacalle Pou había subido a 63 y 65 la edad jubilatoria, establecer que nadie deberá cobrar menos que un salario mínimo, y anular las AFAP, es decir, las jubilaciones privadas.

Para conocer cómo va la campaña, conversamos con Luis Puig, ex diputado del FA, fundador del Partido por la Victoria del Pueblo, mienbro del PIT CNT en donde fue Sec. de DDHH, que está trabajando fuerte por a favor del plebiscito previsional. Una propuesta de la central obrera uruguaya que, curiosamente, no tiene el apoyo de todo del Frente Amplio, en especial de su candidato a presidente, Yamandú Orsi, a pesar de ser una reivindicación histórica del mismo Frente.

Más allá del voto por la ‘papeleta’ plebiscitaria, analizamos las últimas encuestas que le dan amplia ventaja al Frente Amplio, frente a un Partido Nacional que ha sufrido escándalos de todo tipo a lo largo de su gobierno y está unos 20 puntos abajo. Además, causó inquietud la aparición en carrera de un joven candidato, cuasi desconocido, del Partido Colorado, Andrés Ojeda, que lanzó un spot de campaña en la que contaba su propuesta mientras hacía fitness, con pesas que mostraban su buen estado físico. Criticado por la mayoría de los medios, lo cierto es que en pocas semanas consiguió una ovación de los jóvenes en la Socieada Rural y un aumento significativo en las encuestas que lo pone a pocos puntos del Partido Nacional. Es decir, si Orsi no gana en la primera vuelta, podría llegar a darse un ballotage con un personaje que está utilizando las herramientas digitales y desfachatadas que pueden hacernos recordar a Milei, con un aspecto de nuevo dirigente parecido a Bukele.

LCV: Hola, aquí estamos de nuevo en contacto, en este octubre en el que se definirán varias cosas en Uruguay. Cómo va todo?

—Muy bien, un gusto estar conversando contigo desde el Partido por la Victoria del Pueblo y las expectativas reales que tenemos de, en esta etapa, poder alcanzar en octubre dos victorias. La victoria del Frente Amplio, por la cual estamos trabajando para que se produzca en primera vuelta en octubre, y al mismo tiempo algo que consideramos imprescindible que es la victoria del plebiscito por la Seguridad Social, instalando en la Constitución el tema de la seguridad social como un derecho humano fundamental. Creo que es importante para nuestra gente y creo que también es una buena señal para toda la región.

LCV: Reformar la Constitución para establecer que la jubilación corresponda a un salario mínimo signfica considerarla un derecho inamovible, que no puede ser manipulado por los distintos gobiernos ¿Es así?

—Exacto. Hay antecedentes de esto en Uruguay. Por ejemplo, en 1989, mediante una reforma constitucional también se resolvió que las jubilaciones y pensiones aumentaran por el índice medio de salario. Esto significa que se terminó con toda una etapa en la cual los gobiernos podían, en forma discrecional, eliminar los aumentos a los jubilados, haciéndolos por debajo del índice medio de salario. Hoy la lucha de los trabajadores está íntimamente ligada a lo que es las retribuciones de los jubilados. Esto está en la constitución desde 1989, las jubilaciones se ajustan por el índice medio de salario. Ahora lo que está planteado en este proceso de reforma constitucional por iniciativa popular, que es lo que estamos impulsando y donde quienes tomaron la iniciativa son organizaciones sociales de primer nivel en Uruguay, con mucha adhesión, con mucha participación de la gente y que está siendo acompañado también por organizaciones políticas, en el caso del Frente Amplio, por el PVP, el Partido Comunista, el Partido Socialista, Izquierda en Marcha, la lista 5005 y otros sectores que están acompañando; que nos parece fundamental esa decisión de estar junto a los trabajadores, estar junto a los cooperativistas y no ser prescindentes en un tema que para nosotros es fundamental y que tiene que ver con las condiciones de vida de la gente, con la gente que está más jodida, con la gente que han sido más vulnerados sus derechos a lo largo de la historia.

LCV: Gabriel Oddone, que sería el futuro ministro de Economía en caso de que gane el Frente Amplio, cuando le preguntaron por las consecuencias de que gane el plebiscito, dijo que no iban a ser tan dramáticas como la campaña que están llevando a cabo quienes se opones a la reforma. Hay quienes dicen que si gana el plebiscito Uruguay se hundía porque no había fondos. Da la impresión de que el ministro de economía de Yamadú Orsi le bajó los decibeles a la campaña del miedo.

—Creo que esas declaraciones de Oddone son importantes en la medida que es un cambio en cuanto a lo que se viene planteando por parte de algunos sectores políticos y fundamentalmente acá la ofensiva es por parte del gobierno de derecha que intenta convencer de que aprobar una reforma constitucional que, entre otras cosas, incorpora que las jubilaciones no puedan ser menores al salario mínimo nacional, salario mínimo nacional que está en torno a los 22.268 pesos uruguayos, estamos hablando de menos de 500 dólares, para verlo en una medida internacional, y plantean que si ese aumento se da, se provoca una hecatombe, un caos. Casualmente quienes dicen esto son funcionarios del gobierno que ganan 300, 400 mil pesos, que ganan 10 o 15 veces más de lo que significaría ese aumento a los jubilados de llevarlos al salario mínimo nacional. Pero esto no es nuevo en Uruguay, no es nuevo en la región. Cada vez que se ha intentado mejorar las condiciones de vida de los de abajo, aparecen los anuncios de catástrofe. Esos anuncios que no aparecen cuando, por ejemplo, en Uruguay se exoneran 2500 millones de dólares por año a las grandes empresas que además tienen un conjunto de elementos a su favor, empresas transnacionales, pero sin embargo, cuando se los exonera de esa cantidad exorbitante de dinero que después faltan para las políticas públicas, no aparecen las cámaras empresariales, no aparecen los dirigentes del gobierno diciendo que eso puede ocasionar un perjuicio para la economía. Parece que eso está permitido. Pero si se plantea mínimamente mejorar las jubilaciones miserables de los jubilados o las pensiones mínimas, aparecen estos anuncios. En realidad, a lo largo de la historia del país, cuando se discutió, por ejemplo, la ley de 8 horas, se decía que eso iba a generar que las empresas se fundieran. Estamos hablando de principios del siglo XX, 10 años estuvo paralizado en el parlamento un proyecto de ley enviado por el propio presidente de la república Valle de Ordóñez en 1906. Propios sectores del Partido Colorado, al que pertenecía Valle de Ordóñez, y del Partido Blanco se opusieron durante 10 años en el parlamento. Recién se aprobó cuando la mayoría de los gremios organizados habían logrado reducir la jornada de 16. de 14 a 8 horas, con movilización en la calle. También se discutía el salario mínimo rural, el Estatuto del Peón Rural, que si se definía un salario mínimo para los trabajadores en el área rural, el sistema agroexportador de Uruguay iba a sucumbir, porque prácticamente parece que los empresarios se iban a ver en una situación paupérrima. Nada de eso ocurrió cuando se aprobó la Ley de Consejos de Salario en el ‘43, cuando los Gobiernos del Frente Amplio 2007, 2008 se aprobaron las leyes de negociación colectiva, cuando en el 2014 se aprobó la Ley de Responsabilidad Penal del Empleador. Todos esos anuncios de catástrofe, en el cual se unen los dirigentes empresariales, los dirigentes políticos de la derecha, la derecha social y algunos otros, en realidad lo que intentan es generar una situación de confusión y tratar de convencer a la gente que si se mejora un poquito a los de abajo, la hecatombe del país está asegurada. Sin embargo, cuando se privilegia permanentemente a los de arriba, parece que eso no perjudica en absoluto la economía del país.

LCV: En el plebisito también se establece que no puede haber jubilación privada, es decir, lo que en Uruguay se llama AFAP y en Argentina se llamó AFIP. Hay muchos que temen que los que tengan jubilaciones en las AFAP pierdan ese monto que ya han ahorrado allí. ¿Cómo va a ser el sistema de pasaje de las privadas a la estatal?

—En primer lugar, está asegurado, escrito en la papeleta que pretendemos que tenga rasgo constitucional, que nadie va a tener menos cabo de lo que cobra, lo que le correspondería en la suma de BPS por AFAP. Nadie va a cobrar menos y la inmensa mayoría va a cobrar más. Entonces, esa situación que se ha planteado de una supuesta expropiación de los fondos es absolutamente falsa, inventada. Los ingresos van a ir al BPS, pero van a ir acompañados de la historia laboral de cada trabajador. O sea que los aportes que se hayan realizado no van a sufrir ningún menoscabo, nadie va a cobrar menos y muchísimos van a cobrar más. Pero al mismo tiempo decir lo que ha significado este sistema mixto que rige desde la década del ‘90, cuando se aprobó la ley de Privatización del sistema de Seguridad Social, donde nos decían que teníamos que sumarnos al sistema chileno, que era prácticamente la llave de la felicidad. Porque el sistema chileno ha llevado a que cientos de miles de chilenos no se van a poder jubilar nunca y que sus ahorros provisionales se han dilapidado en distintas inversiones de las aseguradoras privadas. Pero hace 28 años que se aprobó esa ley, hay gente a la que se obligó a aportar la mitad para el BPS, la mitad para las AFAP, y veamos cuál es el resultado de ese sistema mixto. Las jubilaciones por el BPS tienen un promedio de unos 30 o 32 mil pesos uruguayos, hablamos de unos 800 dólares, más o menos. Quienes se jubilan por las AFAP tienen un promedio de menos de 6 mil pesos, habiendo aportado la mitad para el BPS y la mitad para las AFAP. Estamos hablando de que está en cinco veces menos la jubilación cuando decían que se iba a tener dos jubilaciones. O sea, las AFAP se han demostrado como una gran estafa, donde los aportes del trabajador se disminuyen automáticamente en un 20% entre comisiones, entre seguro y demás, donde las AFAP cobran por trabajo que hace el BPS, trabajo de administración lo hace el BPS. Por tanto, se ha demostrado la absoluta mentira, la estafa que ha significado, y esto indirectamente ha sido reconocido por los defensores de las AFAP, que dicen que si se pasa todo al BPS, va a costar 18 millones de dólares más por año. ¿Por qué? Porque en realidad se le viene pagando menos de lo que le corresponde a la gente de las AFAP. En promedio, podemos decir que cada renta vitalicia de AFAP, a esos se les está quitando un promedio de 10 mil pesos por mes. Estamos hablando de 250 dólares por mes que se lo viene estafando desde hace años a quienes están incorporados a las AFAP. Por tanto, son una gran estafa las AFAP.

El otro elemento que nos dicen es que queremos poner en la constitución la edad de 60 años y como la expectativa de vida aumenta, eso no podría ser así. En primer lugar, decir que la expectativa de vida no aumenta para todos igual. Hay estudios en Chile que dicen que en un barrio rico y un barrio pobre de Santiago, tiene una diferencia de 15 años de expectativa de vida. Lo mismo pasa en Uruguay, lo mismo pasa en Argentina, tal vez más agravado en Argentina, donde los pobres viven menos que los ricos, porque si tu alimentación en la primera infancia no fue la adecuada, si no tuviste una vivienda digna, si no pudiste tener un proceso de formación tanto alimenticio, de vivienda, de salud y demás, y si aparte tenías que levantarte a las cuatro de la mañana al campo para ordeniar o en la ciudad para ir a trabajar en un andamio con frío o calor, no vas a tener las mismas condiciones y las mismas expectativas de vida que aquellos que han tenido una vida acomodada. Por lo tanto, es falso que la expectativa de vida sea para todos igual. Además, ponerlo en la constitución implica que no puedan seguirla aumentando, que tengan que reformar la Constitución si quieren aumentarlo, porque la ley que aprobó el gobierno neoliberal, este gobierno actual que tenemos en Uruguay, queda establecida una comisión que va a estudiar futuros aumentos en la edad para jubilarse. No solo te la llevaron de 60 a 65. Un compañero nuestro dice que te prometieron los mejores cinco años de tu vida y esos mejores cinco años te los agregaron a la jubilación, la gran mentira del Gobierno, ¿verdad? Por lo tanto, lo que nosotros aspiramos a que nos sigan subiendo indefinidamente la edad para jubilarse, que la vida sea un poco más que trabajar hasta morir.

LCV: Vos que estás dando vueltas, haciendo campaña, recorriendo los pueblos, los barrios, ¿Cuál es el clima que notás?

—Tengo toda la expectativa que logremos desarrollar que acá la dicotomía es privilegio versus sus derechos. Los privilegios de unos pocos, enfrentados a los derechos de la inmensa mayoría. Nosotros estamos reivindicando los derechos de la gente, independientemente de lo que vote. Estamos reivindicando que se puedan consagrar esos tres aspectos en la Constitución, volver la edad a los 60 años y aquel que quiera seguir trabajando porque considera que puede mejorar o que se siente conforme con lo que está haciendo, puede hacerlo. No hay ninguna obligación, si triunfa del plebiscito, que tengas que jubilarte a los 60 años, sí tenés el derecho de hacerlo. Eso es muy importante. Tiene que ver con la libertad, tiene que ver con decidir qué querés hacer de tu vida. Este gobierno que ha hablado mucho de la libertad, me hace acordar algún presidente de la vecina orilla, en realidad cercenaron la libertad de la gente porque los obligan a aceptar, independientemente cuál sea su actividad laboral, los obligan a afiliarse a una AFAP, le niegan la posibilidad de libertad. Entonces nosotros lo que decimos es que se establezca el derecho a poder jubilarse a los 60 años, que se termine con la estafa de las AFAP y que logremos mínimamente elevar las jubilaciones y pensiones mínimas que están en niveles miserables. Entonces eso afecta al conjunto de la población, vote lo que vote. Todos tendríamos que jubilarnos, aunque hay gente que le está vedado ese derecho por su trabajo precario, por la explotación extrema, por la precarización laboral, pero nosotros consideramos que esto es algo que debieran votarlo todos aquellos que no tienen privilegios.

LCV: Las últimas encuestas dan por ganador por amplio margen al Frente, que le llevaría como unos 20 puntos al partido blanco. Ahora apareció un candidato a presidente que se llama Gabriel Ojeda, que es del Partido Colorado y que ha dado un batacazo en las últimas semanas porque empezó a hacer una campaña medio parecida a la que tuvo Milei y el impacto en las redes. Hoy estaba viendo las encuestas que se le está acercando muchísimo al Partido Blanco. Digamos que antes tenían mucha diferencia el Colorado y el Blanco, pero ahora está uno en 17 y el otro en 13%. ¿No tienen miedo a este fenómeno? ¿Que se les venga un Milei por acá también?

—En primer lugar estamos asistiendo desde hace mucho tiempo a las campañas del show, las campañas vacías, las campañas sin ideas. Yo tengo la impresión de que este señor es un invento. He escuchado algunos reportajes donde ni siquiera el que se dice batllista tiene idea de la historia del batllismo. Él más está actuando como aquellos que eran detractores del batllismo. En realidad creo que es un gran invento, no hay ideas allí que uno pueda decir bueno, qué interesante esto que plantea. En realidad su apuesta ha sido a reforzar la coalición de gobierno. Reforzar la coalición, reivindicar a Lacalle Pou, tratar de aprovechar el descontento de algunos sectores del Partido Nacional hoy con la fórmula que presentó Álvaro Delgado y tratar de llevar algunos votos para allí. Yo no digo que Uruguay no tenga peligro en el futuro de que puedan aparecer estos personajes, pero va a depender mucho de lo que haga la izquierda. Si la izquierda no es capaz en el próximo gobierno de mostrar una alternativa de cambio profundo, de plantearse que gobernar para los más vulnerados, de tratar de limitar los privilegios de los de arriba, si no se plantea ir a fondo con un programa de transformaciones, bueno, ahí puede ser que la gente en algún momento se vea decepcionada. Pero nosotros como Partido por la Victoria del Pueblo, como la lista 5567 en Montevideo y en otros departamentos, estamos aspirando a que el Frente Amplio haga un gobierno de transformaciones, haga un gobierno que tenga como centro los derechos de los de abajo, los derechos de los trabajadores, que se ocupe de ir eliminando la precarización laboral que es un drama para la democracia y los derechos de la gente, que sea capaz de enfrentar los privilegios y las presiones de los poderes fácticos, ya sea de los medios de comunicación, de las cámaras empresariales, de los mandos militares en actividad o en retiro, y sea capaz de hacer un gobierno transformador que no tenga miedo a llamarse de izquierda. Entonces eso creo que es el mejor antídoto para que aparezcan estos outsiders, que en realidad solo pueden basarse en el descontento de la gente. Si la izquierda es capaz de seguir o de retomar la movilización y el entusiasmo de la gente, creo que hay muchísimas posibilidades de reafirmar que en Uruguay no va a ocurrir esa situación. Si la izquierda llegara a defeccionar en el próximo gobierno, yo creo que ahí la situación se vuelve muy complicada. Pero nosotros como Partido por la Victoria del Pueblo, como integrante del Frente Amplio, aspiramos a un gobierno de transformaciones, a un gobierno que se vincule con las organizaciones sociales, un gobierno que no vea a la lucha de los trabajadores como un peligro, sino como una garantía de reafirmación de los cambios.

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