Mujeres
No soy ‘tu amiga judía’, por Itatí Schvartzman

Tengo siete años, soy popular en la escuela pública de mi pueblo: “Reina de la Primavera” y estoy en el “Cuadro de Honor” por ser de las mejores alumnas. Me siento cómoda, amo ir a la escuela. Desconozco absolutamente la palabra bullying cuando encaro al chico que me gusta, media escuela es testigo que ambos nos gustamos y como él no se anima, voy y me le declaro yo.
Lucas me responde: “a mí también me encantás, pero no puedo ser tu novio porque vos mataste a Jesús. Sos preciosa, pero sos una judía de mierda, una asesina, aunque no lo parezcas”.
Un dolor incapaz de poner en palabras se adueña de toda mi humanidad y me escondo en el baño de chicas, hasta que alguien llama a la maestra. No sé cuánto pasa hasta que escucho la voz de papá y corro a su abrazo, sin poder emitir palabra. Sólo él logró sacarme de ese baño. Nadie le puede dar una explicación de qué me sucede, porque no hablo con nadie. Papá me alza y me recuesta en el asiento del auto, a su lado. Me cubre con su saco, que huele a él y acelera. Al fin, lejos ya de la escuela y a solas con él, tengo mi primera charla sobre “antisemitismo”.
II
Colegio público secundario, empezamos a organizar el primer Centro de Estudiantes, recién saliendo de la feroz dictadura argentina. Llego unos minutos tarde a la clase, porque estábamos de Asamblea. Mi profesor de Derecho (ex Intendente de facto del pueblo) Lucilo, dice en voz fuerte y burlona ante todxs mis compañerxs: “acá la señorita, llega a la hora que quiere, se cree con más derechos que ustedes, se cree con derecho a hacer política en el Colegio. A eso vienen lxs judíxs: a politizarnos todo” . Nadie dice ni media palabra. Nadie.
III
Transcurro mi juventud y mi primera madurez en dos ciudades argentinas mucho más grandes y cosmopolitas que mi pueblo natal: Buenos Aires y Rosario. La ingenua teoría que me elaboré (la de creer que el antisemitismo era sólo ignorancia pueblerina) con cada baile, peña, con cada grupo de pertenencia, en la muchísima militancia, en mi paso por la universidad pública, en mis constantes trabajos, en mis relaciones afectivas, en cada ámbito: se desvanece.
Pronto entiendo que me fueron cosiendo en el pecho la estrella amarilla con la palabra “Judía” al más puro estilo nazi, sin que me diese ni cuenta, en una increíble necesidad de advertir a quien me conozca “ojo, que Ita no parece judía, pero es”.
IV
Demasiado tiempo de mi juventud, de destinar parte importante de mi sueldo a sicoanalistas y de quemarme las pestañas por décadas estudiando, me llevó el lograr abandonar -definitivamente- esa actitud que me demanda la otredad, sobre todo cierto progresismo. Esa necesidad ajena de que les pida casi disculpas por ser judía, la de rápidamente hacerme sentar posición ante cada pedo que se tiran en Israel, (la posición que ELLXS declaran que es la VERDAD ÚNICA, no hay diálogo posible), para ser aceptada.
No sólo desprecié para siempre esa actitud, sino que pude erigirme en esta mujer – que me enorgullece – cuando comencé a ponerle la voz primero, luego la palabra y el cuerpo a mi judaísmo elegido más allá del ADN. Y sobre todo, a denunciar y a combatir todo antisemitismo, toda judeofobia, venga de donde y de quien venga.
Cuando logré eso, pude ser una “judía argentina”, me sentí libre de opinar y ponerle voz, palabra escrita y firmada a mis opiniones: sobre judaísmo, sobre Medio Oriente, sobre progresismo, sobre DDHH, Derechos de las Mujeres y Disidencias, siempre bregando por la paz, por la construcción de un presente y un futuro equitativo y digno para todes.
Justo ahí, se metieron con mi hija.
V
Mi hermosa hija conoció el antisemitismo en carne propia. Ya no me amenazaron de muerte a mí, como venían haciendo hace tiempo y tanto yo, como mis colectivos de pertenencia tan progres, tan socialistas y feministas, subestimábamos. Esta vez le mandaron las cobardes (y gravísimas) amenazas a mi hijita, por entonces una adolescente luminosa, llena de valores y de sueños y de creencias y luchas por y para la humanidad. Criada sabiendo qué era el antisemitismo, qué fue la Shoá, y la importancia absoluta de mantener viva la Memoria, pero en la absoluta libertad de saber que ella iba a elegir de adulta su sistema de creencias, y sería respetada. Hasta allí, su vínculo con el judaísmo fue el aprender disfrutando como nadie cada charla con su abuelito: su TataPablo, cada prender las velas con su abuela, acompañarme al cementerio a cuidar las tumbas de sus ancestrxs, o devorarse disfrutando feliz todos los knishes, schtrudel y yarcoie que le cocino. Hasta ese momento, tuvo la suerte de ser criada en entornos “amigables” con nuestra condición, y en la libertad de saber que ella era absolutamente libre de elegir su fe o carencia de ella, cuándo y cómo ella lo decidiera, y mostrándole todo el abanico de opciones que existen. Pero ese día todo cambió. Mi hija conoció hasta dónde puede llegar el prejuicio, el odio, la bajeza humana, la ignominia. Porque una cosa es leer el Diario de Anna Frank, y conmoverse. Una cosa es estudiar como ella lo hizo en la biblioteca de casa el Genocidio Judío, el Genocidio Armenio. Otra es que te amenacen de muerte, de primera mano, a vos y a tu madre por ser judías.
A partir de ese día, mi mundo cambió. Ahora mi cama estaba habitada cada noche por una adolescente que jamás había dormido conmigo de niña. Ahora dormía abrazada conmigo, repleta de pánico y de pesadillas. No aguanté muchas noches sin dormir, conteniéndola, decidí tomar las riendas del asunto, mostrarle a mi hija que no había que tener miedo, que no pasaba nada, que era seguramente un idiota suelto. Que vivíamos en Argentina, en Rosario, que estábamos en democracia y que había justicia.
VI
Fuimos a la Justicia. Acompañadas de Lili Leyes, una compañera “de fierro” y de otra mujer admirable de la que tengo el honor de ser su amiga: la gran Celeste Lepratti, en ese entonces Concejala en Rosario, quien no sólo nos acompañó incondicionalmente, sino que fue la generadora del rechazo público a las amenazas a mi hija y a mí por parte del Concejo Municipal de Rosario. Pero vuelvo a la justicia: nos tomaron declaración a ambas, nos vimos obligadas a entregar todas las claves (de celular y de redes sociales, con lo que implica eso a la privacidad de una adolescente) y nos llevaron hasta el Fiscal que nos correspondía. Tuvimos que insistir para que investiguen, pelear contra la “justicia” que nos subestimaba (reitero, todo ello fue en la fortaleza de ser apuntaladas por Liliana, Celeste y el gran Abogado de Derechos Humanos argentino, familia por mutua elección: Alberto Bovino) siguiendo continuamente las amenazas y en escalada tal, que mi hija dejó de cursar la Universidad y yo pedí licencia laboral sin goce de sueldo, para no moverme de su lado. Nada hizo la “justicia argentina”. NADA. Celeste Lepratti entonces luchó por nosotras en el Concejo y en los Medios. El Dr Bovino, con su valentía a cuestas siguió la causa, investigando por sus propios medios, hasta que llegó el día en me dijo textual: “amiga, no son sólo un par de idiotas sueltos que aprovechan la volada para lastimar, hay una red nazi detrás, llena de “pesos pesados”, de verdad creo que van a terminar lastimadas o en una zanja” eso, sumado a la escalada cruel de las amenazas, hizo decidamos refugiarnos en Uruguay.
VII
Uruguay: me casé con un compañero charrúa maravilloso, consolidamos un hogar y una familia que me enorgullecen, como mis incondicionales amigxs. Mi hija mejoró con mucha voluntad y trabajo de sí misma, con una dignidad admirable. Y es maravilloso escucharla reír de nuevo.
Aunque nunca falta la pregunta ante cualquier tonto trámite burocrático, en el que hay que deletrear nuestro apellido con paciencia y contestar preguntas que aunque no tengamos ganas de responder, insisten con una osadía increíble: “¿Schvartzman con una ene o con dos? ¿De dónde ese ese apellido? ¿Cómo que judío? ¿Ustedes son judías? Ay, perdón, es que no parecen judías. Pero entonces vienen de Israel, ¿no venían de Argentina?¿Qué son entonces: judías o argentinas? ¿Judías o uruguayas?” Entre demás cuestionarios absurdos, prejuiciosos e ignorantes que suponen una está obligada a responder, pero no así mis amigxs descendientes de ingleses, alemanes, españoles o de italianos, no importa si estoy apurada, o si estoy haciendo ese trámite de mierda porque acaba de fallecer mi maravilloso padre. Pero pese a esa cotidianeidad, nos resultó amable, fácil y progresista Montevideo.
Hasta ahora.
VIII
Mi familia es lo que se diría “asimilada” y convivimos católicxs, atexs, agnósticxs, judíxs, masones. Claramente no somos cerradxs ni nada que se le parezca. En nuestra biblioteca reinan en colecho igualitario autores atexs, cristianxs, judíxs, musulmanes y judeófobxs. Integro ese nicho pequeño de personas que se devoró el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y el Corán con la misma curiosidad respetuosa.
Parece increíble tener que aclararlo: soy judía, por apellido, por nacimiento, pero además por elección adulta. Soy judía, no israelí. Y no tengo por qué estar de acuerdo con las políticas que implemente cada gobernante a miles de kilómetros de mí.
Pero me lo exigen.
IX
Esa misma curiosidad respetuosa que me llevó a quemarme las pestañas durante más de tres décadas para llegar a tener mi firme posición (que es la de muchxs judíxs de izquierda): Israel es un estado legítimo, que en su momento fue una suerte de reparación del resto del mundo por tanta diáspora y tanto Genocidio, aunque esa reparación vino envenenada con prejuicios, castigos y guerras, y con vecinos a los que les cuesta aceptar (como a demasiada gente) que el pueblo judío tiene derecho a una nación propia, que Israel es tan artificial como cualquier país.
Israel está construido igual de artificial que la Argentina construida sobre el Genocidio de “La campaña del desierto”, sobre la colonización del gran Chaco, sobre la opresión, esclavización y desaparición de Onas, Guaraníes, Huarpes, Pilagás, Mocovíes, Matacos, Aimaraes, Tehuelches, Quechuas, Mapuches, Chulupíes, Chiriguanos, Tobas, Diaguitas, Kollas, Wichíes, Comechingones, Pampas, Querandíes.
Israel está construido igual de artificial que Uruguay, sobre la Matanza del Salsipuedes, sobre la colonización, esclavización, exterminio de Charrúas, Yaros, Guaraníes, Bohanes, Arachanes, Chanás, Minuanes.
Deseo creer que algún día se ganará la guerra al odio, al terrorismo y habrá dos Estados conviviendo en paz: Israel y Palestina.
Pero la infame escalada judeófoba, antisemita (ahora disfrazada de antisionista) cada vez que ocurre algo en Israel va en preocupante e indignante aumento. Las redes sociales despliegan, amplifican y fomentan el antisemitismo. Cada muro feizbukiano se erige en un medio de comunicación en el cual se postean sin cautela ni chequeo alguno, falacias históricas, opiniones tendenciosas, imágenes trucadas. Cuando sucede algo en Israel, todo el mundo hizo un Doctorado en Relaciones Internacionales en el mismo garage que se recibió de Doctora la Rímolo, y opina sin saber siquiera de qué estamos hablando. Pero la Rímolo está presa. Lxs antisemitas (antisionistas, perdón) están libres y replicando y amplificando la propaganda goebbeliana del Hamas, defendiendo a un grupo teocrático de ultraderecha que comercia con mujeres y niñas y armas, que persigue y tortura y asesina gays, que oprime a las mujeres, que instauró el casamiento forzoso de niñas menores, que enrola niños para fines bélicos y utiliza a infancias, a civiles, a escuelas y hospitales como escudos humanos.
A la vez que amplifican la goebbeliana propaganda del Hamas, con una cobarde conveniencia lo niegan: imponen la mentira de ”conflicto entre el pueblo palestino y el pueblo judío”, cuando el conflicto es entre el estado de Israel y un grupo terrorista que tomó de facto el poder hace catorce años en Gaza, y es quien somete al pueblo palestino y utiliza la ayuda humanitaria internacional para sus atentados terroristas: Hamas.
Olvidan decir que apenas nacido el estado de Israel, fue víctima de la primera guerra, provocada por ejércitos árabes unidos, armados y hasta dirigidos por oficiales británicos. E Israel se defendió con ayuda única del bloque soviético comunista, que defendía claramente el sionismo como lo que es el sionismo: un movimiento izquierdista (aunque hoy tergiversen la historia y se utilice “sionista” como insulto, principalmente desde cierto “progresismo” analfabeto)
Olvidan decir que no hay UN CENTÍMETRO cuadrado de Gaza ocupado hoy por Israel. Que el ocupante y esclavizante del pueblo palestino se llama Hamas.
X
Me duele que amigxs, gente con la que compartí luchas y banderas izquierdistas, feministas, de DDHH, hoy sean esclavxs de una exagerada ira contra Israel, aclarando rápido “no soy antisemita, soy antisionista”: antisionista, el nuevo disfraz del antisemitismo, de la judeofobia que sólo deja ver su brutal ignorancia. ¿Cómo alguien que se dice “izquierdista”, “feminista”, “progresista” puede ser antisionista? ¿Cómo pueden sostener la bandera que únicamente portan los extremistas: el terrorismo islámico, el neonazismo y el judaísmo ultraortodoxo? ¿Tan analfabetxs políticxs son, o es que sólo son nazis aunque se disfracen de progres? Me violenta que si te oponés a una vacuna sos NEGACIONISTA, pero si pedís la desaparición de un estado, sos PROGRESISTA.
Me deja cuadrados los ovarios tener que aclarar todo el tiempo que no comulgo con la política de Benjamín Netanyahu ¿Por qué será que nadie me pide saber qué pienso de Muda Hassanal Bolkiah, de Lukashenko, de Obiang Nguema, de Sassou-Nguesso, de Nazarbayev, de Ahmad al Bashir, de Isaías Afewerki, de Paul Biya, de Idriss Déby, de Museveni? ¿Por qué será que nunca vi UN SÓLO posteo de estxs idiotas útiles sobre lo que pasa en Kazajistán, en Guinea Ecuatorial, en Chechenia, en Chad, en Camerún, en Tayikistán, en Sudán, en Uganda, en Eritrea, en Bielorrusia o en el Congo?
XI
Nunca me ha sido fácil ser judía en Argentina.
Hoy, me es difícil en Uruguay.
Toda mi vida condené y condenaré a todo fanatismo.
Estos días, mi otrora admirado y adorado Frente Amplio fue cómplice de amparar nazis. Calló ante innumerables denuncias y PRUEBAS del nazismo creciente en sus filas. No estoy hablando sólo del vergonzoso Edil de apellido Portugal (concejal sería en Argentina) de Rocha que declaró públicamente su nazismo, y fue repudiado (tarde, pero repudiado) sólo por el Frente Amplio de Rocha, no a nivel nacional. Yo misma me comuniqué con dirigentes frenteamplistas y les acerqué las pruebas de la militancia NAZI en un grupo de más de nueve mil frenteamplistas y las amenazas a lxs judíxs uruguayxs y a mi persona. Nada hicieron. Incluso algunxs que consideraba amigxs, ni siquiera tuvieron tiempo de escucharme. Nada.
Y nada importante es que hayan perdido para siempre mi voto y el de muchxs, no sólo judíxs, sino personas de bien, antinazis. No. Lo importante, lo grave, lo urgente es la propensión casi general (salvo honrosas excepciones) de un antisemitismo hoy disfrazado de antisionismo, por parte de personas que nunca mostraron prejuicios racistas, que una suponía parte de una humanidad valiosa, que se autodefinían progresistas, feministas, defensores de DDHH y toda causa justa, muchxs de ellxs con quienes me sentía cómoda, me convocaban a votarlxs, e izábamos las mismas banderas son lxs mismxs que hoy le dan “me gusta” a posteos que comparan el sionismo al nazismo, o postean memes copiados de las caricaturas nazis.
XII
El célebre pensador progresista y antiespecista Peter Singer denunció hace poco : “hubo una época en que las amenazas en los países democráticos provenían principalmente de la derecha. Actualmente, la mayor oposición a las libertades de pensamiento, de discusión, provienen de la izquierda”
Rebecca Tuvel, la intelectual feminista se pregunta: “¿por qué quienes apoyan a elegir el propio género niegan el idéntico derecho a defender a su pueblo?”
Toda mi vida desprecié y despreciaré a quienes eligen el terror como método político, a quienes eligen la muerte sobre la vida, a quienes niegan, minimizan o justifican el Holocausto. No acepto instrucciones de “líderes”, sean religiosxs o políticxs. Repudio a la RAE que desprecia el lenguaje inclusivo, mientras vomita su antisemitismo desde su diccionario, legalizando el término “judiada” como sinónimo de “acción que perjudica a alguien” (sic).
Desprecio y combato a quienes someten, torturan, decapitan a mujeres, a lesbianas, a gays, a quien piensa diferente.
XIII
Soy judía.
Soy la sobrina de la Tía Aída, a quien conocí ya anciana, con su cojera que llevaba a pura dignidad, pierna destrozada en la niñez, sin arreglo posible, producto de una horda antisemita que intentó violarla de niña y la dejó tullida de por vida, sólo por ser judía. Soy la hija de Pablo, quien en 1962 en Argentina publicaba a puros cojones el libro “Los mismos: versos antinazis”, en medio del Golpe de Estado a Frondizi y la escalada antisemita.
Soy la nieta de Basia Moseinco y de Jacobo Schvartzman, quienes mucho antes de mi llegada al mundo, escaparon de los pógroms antisemitas en Ucrania, deseando un pedazo de tierra para vivir en paz en un mundo demasiado odiador para con el diferente.
Soy judía.
No quiero tu tolerancia.
No quiero ser “tu amiga judía”.
Quiero un mundo donde quepamos y nos respetemos todes.
Y donde el nazismo, así sea de un idiota posteo en redes, sea ABSOLUTAMENTE INADMISIBLE.
*Itatí Schvartzman es escritora, nació en Concepción del Uruguay. Vivió ocho años en Montevideo porque ganó un concurso para hacer prensa y comunicación en la sede de Mercosur. Luego se mudó a Rosario, donde trabaja como coordinadora de comunicación de la Dirección de Juventudes. En la actualidad vive en Montevideo.
Mujeres
CABA: Manifestación contra el cierre de centenares de talleres culturales en barrios.

Entrevista a Sol Copley, Licenciada en Historia, profesora de flamenco y delegada de ATE Capital en el Programa Cultural en Barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Aumento de la precarización laboral y desmantelamiento progresivo de los talleres populares, están a la orden del día. Una política que no sólo perjudica a los trabajadores de la cultura sino también a los más de 60.000 inscriptos anuales que gozan de clases gratuitas de primer nivel. El martes 17 de septiembre, el arte salió a la calle para manifestarse contra el cierre de centenares de talleres y el achicamiento de las políticas culturales en la ciudad de Buenos Aires. Frente al Ministerio de Cultura de CABA estuvieron los artistas mostrando lo que se enseña -a pura vocación- dentro del Programa Cultural en Barrios.

LCV: ¿Cómo estás? Contanos un poco.
—Atravesando este momento que, sinceramente, viene desde que asume el macrismo, el Pro, en la ciudad, viene de hace rato la precarización laboral y la mirada de la cultura desde un punto de vista tan distinto como la concebimos los que hacemos el programa cultural en barrios cotidianamente, que creemos en una cultura popular, territorial, que genera lazos.
LCV: ¿Qué es eso de territorialidad? ¿Representación cultural? Hoy suenan a malas palabras. Parece que sos una chica muy mal hablada…
—Y todavía no dije lo peor, iba a hablar de la cultura como transformación social.
LCV: Ah no, eso es directamente tener un revólver en la mano.
—Exactamente. Así que sí, efectivamente, muy distinta la mirada, la concepción. No pasa solo en la Ciudad, sino que encima ahora con este paraguas de perversidad a nivel nacional. Sinceramente, este año estamos viviendo con una nueva “gestión” en la ciudad, pero nunca habíamos vivido lo que estamos viviendo ahora, que además de profundizar la precarización laboral y recortar horas y talleres, están tratando de privatizarlo disimuladamente. En principio intentaron, pero bueno, nos fuimos enterando de que están llevando talleres a clubes y a centros de jubilados privados, o sea, espacios privados.
LCV: No que contratan a privados para que lo hagan, sino que los compañeros de los talleres culturales van a dar a privados. ¿Y ellos cobran?
—Es realmente increíble el nivel de contradicción, paradoja y ridículez, porque además nosotros nos enteramos porque, como delegados, además hace rato que tenemos cierta territorialidad y conocemos lugares. Entonces, en realidad a nosotros nos llega por los procesos, por los propios espacios que nos avisan, dicen miren que nos llamaron del programa y nos ofrecieron cual mandarinas, te paso 15 docentes, te paso, te ofrezco 10 docentes, como 1 kg de papa, y en los espacios les dicen, ¿pero cómo es? ¿de qué se hace cargo el gobierno? ¿de qué nosotros? Y le dicen nosotros solo te mandamos los docentes, vos hacete cargo de todo lo demás. O sea poner el espacio para la luz, etc. y avisanos a la hora que entran, a la hora que salen, como para controlarnos.
LCV:Ahora van los docentes sin nada de materiales ¿y qué pasa?
—Eso es así desde hace muchos años ya en el programa, o sea, estos talleres funcionan en casi su totalidad en escuelas públicas a contraturno, escuelas primarias a contraturno, o sea, en espacios públicos. Pero parte de esta contratación en la que te hacía referencia, es que el gobierno de la ciudad no pone ni equipos de música, ni colchonetas, ni materiales de plástica, nada. O sea que todo eso o lo ponemos nosotros, o le pedimos a los alumnos si pueden colaborar. En fin, eso es ya el detalle, que es terrible, porque uno se termina acostumbrando a la precariedad.
LCV: ¿Y quién elige qué vas a contar en ese taller? ¿Qué temática o qué autor?
—El programa existe, y esto vale la pena también aclararlo, justamente cuando hablábamos recién de la visión de la cultura que nace al calor de la primavera democrática, justamente con la idea de volver a generar esos lazos tan destruidos por la dictadura, y que tiene que ver con la territorialidad, la comunidad, esto de volver a ponernos en contacto. Primero, se abrieron dos centros culturales, a lo largo del tiempo se fueron abriendo cada vez más y en general los docentes que damos clases ahí somos docentes que estamos hace mucho tiempo, porque defendemos el proyecto, no por el sueldo, que es una miseria absoluta, además no cobramos antigüedad, nos dan de baja todos los años.
LCV: No me des el disgusto de decirme que encima facturan y no son de planta permanente.
—Facturamos mucho tiempo, ahora somos planta transitoria.
LCV: Bienvenida al club.
—Yo, por ejemplo, hace 20 años que soy planta transitoria.
LCV: O sea que si mañana se te cae el contrato, fuiste.
—No solo eso, sino que además, supuestamente el contrato es anual. Pero una de las cosas que estamos denunciando es que hace dos meses que vienen bajando talleres y a docentes a los cuales les avisan por mail de un día para el otro que ya no tiene que ir más a esa clase. Además dejan a todos los vecinos y vecinas sin el taller también. Pensá que estamos hablando de miles de talleres, somos más de mil docentes en casi 40 espacios, que por año tenemos alrededor de 60, 70 mil inscriptos.
LCV: Poneme un ejemplo de temática de un taller.
—Te voy a poner dos míos, no por ser autorreferencial, pero es lo que conozco mucho. Yo empecé dando flamenco a mis 21 años. Además tengo diferentes niveles, porque eso también, yo por ejemplo tengo tres niveles, y además tengo un grupo de producción con el que, por ejemplo, vamos a bailar al hospital Moyano. O sea, no vamos al Maipo, podríamos, porque de hecho tengo muchas alumnas y alumnos que después se profesionalizaron dentro del flamenco. Eso es un ejemplo. Pero a la vez yo soy historiadora, me recibí en Filo, así que hubo un tiempo también que di historia de Buenos Aires.
LCV: ¿Mañana a qué hora tenemos que ir a manifestar con ustedes?
—Por supuesto, todos y todas son bienvenidos y nosotros vamos a estar, además de manifestándonos en la puerta del Ministerio de Cultura a partir de las 15 pm. dirección en Avenida de mayo y entre Perú y la Plaza de mayo. Ahí a unos metros de la Plaza de mayo, sobre Avenida de mayo.
LCV: Donde era el edificio de la Prensa.
—Exactamente. Nosotros vamos a estar con escenario porque vamos a llevar los talleres a la calle para que la gente que no conoce el programa pueda ver lo que se está haciendo y lo que están avasallando este año tan fervientemente y con tanta perversidad. Yo voy a estar bailando.
Entrevistas
Evangelina Buccari: “Una treintena de países ya tienen ejércitos de trolls para callar a los disidentes”. Informe de Mujeres periodistas sobre ciberacoso

Entrevista con Evangelina Bucari, miembro del colectivo Mujeres Periodistas que difundió un informe sobre la situación de la profesión y la falta de contención legal y emocional a los ciberataques. Con 20 años de trayectoria en los medios, Evangelina fue redactora y editora en Perfil, La Nación y la Agencia Télam, entre otros. Especializada en temas de género, infancia y derechos humanos. En diálogo con La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, explicó los motivos del informe realizado por Mujeres Periodistas titulado: Ciberacoso a periodistas mujeres: la tecnosencura. «El ciberacoso se ha convertido en una práctica sistemática que afecta gravemente a las mujeres periodistas. Desinforman, intimidan y restringen la participación de periodistas en el debate público y, como consecuencia, socavan la democracia», sostuvieron en su presentación.

LCV: ¿Cómo estás?
—Hola, buenas tardes, Nora. Muchísimas gracias por la comunicación y por interesarte en este informe que creemos sumamente importante para el ejercicio de nuestra profesión. Como mencionabas recién, presentamos hoy este informe que incluye algunos casos de varias colegas que sufrieron estos ataques, estos ciberataques, pero en realidad lo que queremos y lo que buscamos con este informe, más allá de cada caso puntual y particular, fue mostrar que hay una sistematización, un mecanismo que se está convirtiendo en una práctica que afecta, como te decía antes, nuestra labor diaria.
LCV: ¿Qué se entiende como ciberacoso y cuál es la relación con los trolls del gobierno?
—El ciberacoso es el ataque a través de redes sociales, básicamente, para decirlo muy simple. Estos ataques sobre todo se están dando con intensidad en la red X, lo que antes era Twitter. Nosotras en el informe lo que hicimos fue examinar cómo funcionan esos ataques, impulsados sobre todo por actores institucionales, como vos señalabas, que diseñan campañas de intimidación y de descalificación, sobre todo, creemos nosotras, con el propósito de silenciar a las comunicadoras críticas. Lo novedoso y particular, y un poco lo que nosotras mostramos en el informe es que estos ataques ya no solo provienen quizás como antes, desde bots o desde cuentas que no eran verificadas, sino que hoy las novedad es que provienen de cuentas verificadas, pero además de cuentas oficiales que forman parte de la Comunicación Oficial del Gobierno y sobre todo impulsadas por el presidente Javier Milei.
LCV: Que además utiliza dos maniobras absolutamente nítidas. Una es la de él, en persona, ser el insultante o el discriminador, y la otra es retuitear barbaridades que publican otras personas, algunos que son seguramente trolls y otros no, como vos decís. O sea, el famoso Gordo Dan, por ejemplo, que tiene nombre, tiene cara, tiene todo.
—Muchos de ellos tienen nombre e incluso tienen cargos en el gobierno. Lo que nosotras vimos y también analizamos en el informe, es que esto no es un tema solo de la Argentina, estamos hablando de un proceso global. De hecho citamos varias investigaciones, una importante que hizo Reporteros sin Fronteras en más de 32 países, donde lo que dicen es, cuando hablamos de este fenómeno internacional, también encontramos que la desinformación masiva puede ser orquestada por las más altas esferas del Estado en regímenes autoritarios y en ciertas democracias a la deriva. En una treintena de países se ha creado ejércitos de troll para callar a los disidentes. Entonces, no solo es un fenómeno que se da en la Argentina, es un fenómeno global que llega a la Argentina preocupadas por esta limitación a la libertad de expresion es que planteamos la necesidad de fortalecer el marco legal de alguna manera, para proteger sobre todo el ejercicio periodístico. Por eso nosotros sí tomamos los casos particulares, como contabas, pero para sobre todo mostrar la sistematización.
LCV: Lo que me interesa destacar para quienes nos están escuchando, es que uno estaba acostumbrado a la grieta, pero lo de ahora realmente es un ataque a la libertad de expresión.
—Exacto, es exactamente como lo decís. Por eso nosotras creemos que tenemos que estar unidas. Nosotras somos periodistas profesionales que queremos ejercer nuestra profesión con libertad de expresión, pero también con la libertad de poder publicar en nuestras redes sociales lo que creamos, y también que no ser descontextualizadas, porque esa es otra cuestión. En esta creación de fake news y de noticias falsas, hay un recorte de lo que muchas trabajadoras hacen en sus medios, y entonces son sacadas de contexto y utilizadas para desinformar. Eso también es un ataque contra la libertad de expresión.
LCV: Has transitado en La Nación, Télam y Perfil, cada uno con su manual de estilo. ¿Cuál es la mirada y el compromiso que tienen los medios de comunicación en la defensa de la libertad de expresión en este caso? ¿Qué rol tienen adentro de este informe?
—Sobre todo dentro de este informe, lo que nosotras hacemos es, en las conclusiones, pedirle a las empresas y a los medios periodísticos que se tienen que involucrar. Entonces, hay una serie de pedidos que hacemos, por un lado al Estado y por el otro lado a las empresas de medios, porque necesitamos que asuman que el ciberacoso es una amenaza para las periodistas y que lo prevengan. Necesitamos que los medios de comunicación capaciten tanto a los periodistas como al resto de sus empleados para que enfrenten este tipo de amenazas. Que creen dispositivos de urgencia internos para garantizar que las periodistas víctimas de acoso pueden contar con apoyo. El apoyo legal y sobre todo también el apoyo psicológico en algunos casos es muy importante. Hay colegas que han sido amenazadas de muerte, amenazados sus hijos, y es muy grave. Entonces en esos casos vos necesitas apoyo y contención. Que no hay que tomarlo como un ataque personal y que la periodista no lo tiene que enfrentar sola, de manera individual, sino se tiene que enfrentar, como decíamos antes, como un daño a la libertad de expresión, al periodismo, y que los medios, por lo tanto, tienen que asumir esa responsabilidad de contener.
Dentro de todas las entrevistas que hicimos, porque todos los casos que están mencionados en el informe fueron todas entrevistadas, contamos con la autorización de ellas, y más allá de un montón de otros casos que quizás no figuran, pero bueno, teníamos que acotar un poquito las historias porque si no iba a ser externo. Porque son muchos los casos. Muchas contaron que en sus medios de comunicación las apoyaron, que recibieron este apoyo, pero muchas otras no. En muchos otros casos se sintieron muy solas. Entonces es importante que los medios asuman esta responsabilidad con sus trabajadoras y sus trabajadores también.
LCV: Un poco es el caso de Marina Abiuzo, que era editora de género y creo que dejó de serlo en el marco de los ataques también.
—Marina es un caso particular, nosotros contamos en el informe, ella la verdad que es pionera en algún punto en cómo pudo actuar frente a las amenazas. Marina pudo lograr hacer un juicio gracias al apoyo de distintas organizaciones de derechos humanos y Amnistía Internacional. Ella hizo un juicio, logró que se le dé probation a cuatro de sus agresores. Ahora estoy en duda si son cuatro o cinco. Así que es un caso paradigmático. Marina además hizo junto con Unfpa una guía para periodistas, que también es muy interesante e invito también a las colegas y a todos a mirarla porque tiene también como un paso a paso de cómo reaccionar frente a los ataques. Pero bueno, sobre todo por este y por muchos otros casos, creemos que los medios de comunicación tienen que hacerse cargo de esta situación que es nueva para todos. Si bien se viene dando hace algunos años, creo que explotó desde el último año y sobre todo en los últimos meses. Tienen también que visibilizar más el tema. Por eso agradecemos mucho estos espacios y esperamos que se hable del informe, que a partir del informe se hagan reportajes, se hagan más investigaciones, y sobre todo sensibilizar también a la población, pero al gremio periodístico en general. Hoy, por suerte, la verdad que el gremio periodístico Sipreba estuvo presente, estuvo también Fatprem, y creo que es un desafío para todos y todas.
LCV: Estamos también bastante desprovistos de leyes que impidan que los partidos políticos, por ejemplo, o que las empresas privadas o quien sea, subvencionen de alguna manera estos ejércitos de odiadores seriales. Digo, no hay ninguna pena para esto.
—Por eso también en el pedido y nuestras conclusiones del informe también hay unas solicitudes al Estado en particular. Por un lado, más o menos te las enumero, pero en principios, que se refuerce justamente como decías, el mar legal para restringir el acoso en línea a periodistas, y que la legislación se aplique estrictamente, porque a veces, como sucede en muchos otros casos, existen las legislaciones pero son nada, no son aplicadas. La ley está, pero no se aplica. Que se imponga obligaciones a las plataformas en lo relativo a la transparencia de los algoritmos y el uso de bots y de robots para hacer ataques. Obviamente todo esto sin que esto implique controlar los contenidos, ni censurarlos, ni mucho menos. Simplemente que se imponga obligaciones de transparencia. Que se instaure un dispositivo de resarcimiento de daños y perjuicios para las víctimas de ciberacoso. Y también, por último, el último punto es que se prohíba financiar este tipo de agresiones para influir en la opinión pública.
LCV: Además sentirte en peligro en lo que estás haciendo. Me parece que el retroceso que hemos tenido en estos meses en los derechos, deberes y garantías de toda la sociedad, no solamente de nosotras, sino, por ejemplo, la desaparición de organizaciones como el INADI, o de la desaparición del Ministerio de la Mujer y demás, ha hecho que por esa grieta que parecía que estaba cerrada, vuelvan a aparecer lo que en realidad nunca se había extinguido, estaba solapado porque la careteaban.
—Sí, porque ahora lo que hay es una polarización exacerbada, o sea, lo que existe, y esto te lo demuestran estos ataques, es que están justamente ensanchando la polarización. Entonces, en realidad lo que sucede, y además, volviendo a lo que tiene que ver con nuestro ejercicio profesional, es que en muchos casos estos ataques afectan también la relación de las periodistas y las profesionales con su propia labor. Porque empieza a haber funcionarios, un montón de fuentes que no quieren hablar con ellas, que no quieren salir en este programa porque saben que luego probablemente eso pueda ser usado en su contra, que directamente incluso el presidente dice no hablen con tal o cual periodista. Lo ha dicho al aire, nombrando a ciertas periodistas.
LCV: Como a Silvia Mercado.
—Es una de las que están mencionadas también, incluso creo que han mencionado muchas veces a Romina Manguel para que no le den entrevistas. Por eso nosotras intentamos de alguna manera, si bien mencionar casos, porque los necesitas también para demostrar y para analizar la sistematización, pero queremos corrernos de los casos puntuales primero para no revictimizarlas y no exponerlas. Pero además también porque creemos que ya son sólo unos ejemplos de algo que se reproduce en muchísimas escalas y en muchísimos lugares. Sobre todo por el impacto, que esto es otra cosa también importante, el impacto que estos ataques suele tener en muchas de las periodistas afectadas.
LCV: No es menor lo que están haciendo con el insulto y la persecución de esta manera, en este caso a nosotras, a las mujeres, pero te digo, al periodismo, a la libertad de expresión en general.
—Sí, en general. Nosotras en particular, por ser una organización de mujeres periodistas, y además porque notamos que hay un particular ensañamiento con las mujeres, en este caso, con las mujeres periodistas en particular, por la forma de los ataques, por el tipo de ataques, el tipo de contenido.
LCV: Somos las primeras dos mujeres que hacen un programa dedicado al mundo del trabajo en general, no al sindicalismo, sino al mundo del trabajo. Súmennos a las listas todo lo que sea necesario, porque acá estamos para dar batalla, la venimos dando y queremos darla también con ustedes.
—Yo les agradezco en nombre de Periodistas Argentinas el espacio, el interés, porque estos ataques desinforman, intimidan y restringen la participación de las periodistas en el debate público. Y bueno, como consecuencia sabemos que eso socava la democracia. Así que de alguna manera este informe lo que busca es que pongamos un alto, reflexionemos sobre el tema y que las empresas y el estado nos escuchen.
LCV: ¿Hubo alguna compañera que haya perdido su trabajo o lo haya visto peligrado por este tema?
—No particularmente de los casos que hemos citado, pero sí algunas compañeras no se han sentido del todo contenidas y han decidido cambiar de trabajo. Hoy somos mas de 200 periodistas de toda la Argentina que formamos Periodistas Argentinas buscando defender la información y la participación de las periodistas en el debate público sin tener miedo de publicar y autocensurarnos.
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Danza: El arte de crear un sindicato luchando contra las burocracias.

Entrevista a Mariela Ruggeri. Nació en La Pampa pero vive en Buenos Aires. Es licenciada en composición coreográfica pero también obtuvo un posgrado en Antropología Social y política en Flacso. Además, preside la Fundación Movimiento Federal por la Danza. Lleva años de trabajo colectivo para crear un sindicato que represente a las y los trabajadores de la Danza y desde hace 18 años presenta en el Congreso un proyecto de Ley Nacional de la Danza. Todo lo iniciaron un grupo de ‘danzarines y danzarinas’ con un sueño: que su trabajo sea valorado como tal. Fueron ocho años de papeleos frente a un Ministerio de Trabajo que prestaba más atención a los detalles burocráticos que a las personas reales. Finalmente lograron la inscripción de la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza, en la que Mariela fue designada Secretaria General provisoria. El festejo duró poco. Grande fue la sorpresa cuando descubrieron que ahora había que vérselas con otras burocracias. Aquí la historia de un sindicato que todavía quiere ser.

LCV: Contanos como nació y a quienes nuclea la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza ¿Es un sindicato?
—El sindicato no está en la palestra porque todavía no ha empezado. Esto es un trabajo que el sector de la danza está haciendo desde hace mucho tiempo, específicamente desde el año 2015, llevando adelante un expediente, como todos los expedientes que se presentan y se han presentado en el Ministerio de Trabajo o Secretaría de trabajo, de acuerdo al gobierno es el nombre, para tener la simple inscripción. Así se arranca, con una simple inscripción. Esa simple inscripción no es algo que te lo den del día a la noche, ni de la noche a la mañana. Por lo tanto, después de haber hecho un largo camino desde el año 2015, en el año 2018, el abogado patrocinante nuestro, no de un gremio, sino de un grupo que había presentado un expediente al ministerio, junto conmigo, que yo era y soy hasta este momento la secretaria general provisoria, hicimos, o sea, específicamente yo le hice un juicio, una acción judicial al ministerio de trabajo de la nación ¿Por qué? Porque el expediente estaba perfecto y no nos daban la inscripción. 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, en 2023, o sea, el año pasado, la cámara nacional del trabajo me da la razón y le dice al ministerio que nos tiene que dar la simple inscripción. Después de idas y vueltas, el 13 de septiembre del año pasado la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza obtuvo la simple inscripción. Y no solamente la simple inscripción, sino que también obtuvo la aprobación de todo el estatuto, del estatuto completo, que eso es importante también. Al tener la aprobación de todo el estatuto está aprobado lo que va a hacer el gremio tiene jurisdicción en toda la República Argentina. O sea, que se pueden afiliar personas de todo el país y por ende, votar a sus autoridades.
LCV: Larga lucha y continúa.
—Sí. A partir de ese momento empezó un proceso que se llama normativización institucional. ¿Qué es? Que vos tenés que agarrar, o sea, hacer todo el procedimiento para que la gente se afilie, o sea, hacer todo el proceso de afiliación, hacer todos los pasos legales que tenés que hacer y asociacionales, porque es una asociación, o sea, determinar quiénes van a hacer las listas que se van a presentar e ir a las elecciones. Te lo estoy resumiendo muchísimo. En ese camino se determinaron dos listas, la lista 10 y la lista 29. Fuimos a las elecciones, que fueron el 11 de agosto pasado, la lista 29 ganó. ¿Cómo te digo que ganó? Nosotros peleamos, la lista federal peleó que hubiera mesas en todo el país, porque lo que se quería era que las elecciones fueran acá en la Ciudad de Buenos Aires. Peleamos todas las mesas y pudimos hacer que hubiera 36 mesas en todo el país. Eso se hizo el 11 de agosto pasado. El escrutinio fue normal, o sea, el escrutinio provisorio llegó al lugar, acá a la ciudad Buenos Aires, como tenía que llegar, en tiempo y forma. No hubo ningún problema. Ya en el escrutinio provisorio ya se determinó que la lista 29 era la ganadora. Bien. A partir de ahí empezó algo que a mi criterio es absolutamente peor a lo que nos pasó con el ministerio.
LCV: Contanos cómo puede ser eso.
—La comisión directiva provisoria era una comisión directiva donde yo era minoría. Yo soy la secretaria general, pero era minoría. Ahí ya tenemos un problema. El segundo problema es que la lista 10 ganó la junta electoral. Ahí pareciera que no pasaría nada, pero sí pasa. Cuando llegó el momento del escrutinio provisorio y dice ganó la abogada, digamos, que patrocina a la lista 10, empezó con el tema de que iba a impugnar y a partir de ahí fueron cuatro veces que se determinó que iba a ser el escrutinio definitivo, obviamente todos los sobres de todo el país con las urnas vinieron acá, y por H o por B fueron pateando el escrutinio definitivo y el último fue el viernes este que pasó, no, el anterior que nos pasaron. Le pasaron la lista 10, pasa a la Junta electoral una impugnación completa.
LCV: ¿Cómo va a seguir esta cuestión? ¿Qué dicen los abogados de ustedes?
—Primero se sigue la vía asociacional. O sea, vos recurrís a todo dentro de la asociación, obviamente. Después tenés que pasar a la vía administrativa, en la Secretaría de Trabajo. Después recurrís en la justicia. Esos son los pasos. Pero lo que es realmente indescriptible es que esto se esté haciendo porque no ganaste.
LCV: Es una vieja práctica de la burocracia sindical.
—Cuando nosotros éramos apenas un grupo que andábamos peleando el expediente con el abogado, la otra parte del grupo llevó el grupo a la CGT, a la CTA autónoma, y ahí ya está, ahí los tenés. Esa es la burocracia sindical, ahí está.
LCV: ¿Cuál es la mirada que tenés como mujer de la cultura y de la danza respecto de lo que estamos atravesando en este momento en el marco cultural?
—Creo que todo es acción-reacción. Para cerrar el tema que estaba hablando, las personas que hacen esa impugnación son dos personas que no son Juana de los palotes de la danza, son dos personas, que una tiene un doctorado, que se llama Eugenia Caduz, que trabaja en la UBA, en el Instituto de Filosofía y Letras; y la otra persona es Yamila Cruz Valla, que ademas es la presidenta de la Junta Electoral y trabaja en la parte gubernamental de cultura. Estas personas hacen una impugnación diciendo que no es posible que voten personas que no pertenecen a la danza: no voy a decir el nombre completo, ponele Axel xxx, persona con discapacidad, está escrito. Ese chico que es discapacitado, que se afilió, que fue a votar ese domingo, es un chico que forma parte de una asociación de danza para personas con discapacidad. Esas personas no ven nada porque el arbol te tapa todo. El ansia de algún poder te tapa todo. Le cuento a la gente, la danza no puede vivir per se, vos tenés otros títulos, hay abogados que bailan, maquilladores, gestores, investigadores, hay de todo. Bueno, según esta señora, alguien que es abogada y es de Paraná no pertenece a la danza siendo que hace 45 años que baila y que tiene compañía de danza. La cultura la tenemos que construir entre todos, todo el tiempo. Porque la cultura en nuestro país es un lugar siempre endeble. Tenemos que se reconcientes de que la construcción es de ahora para siempre todo el tiempo, hagamos lo que hagamos, y no podemos ir en contra de nuestros propios y ni siquiera de los ajenos porque eso nos lleva puesto.
