A veinte días de las elecciones para renovar la cúpula de la CGT, todos coinciden en una cuestión: no hay consenso para un solo secretario general. Vuelve, entonces, un triunvirato (algunos hablan, incluso, de un cuarteto) con todas las dificultades que eso conlleva. La unidad en defensa de las conquistas históricas, contra la embestida empresarial por una flexibilización y el apoyo al gobierno son los acuerdos básicos de lo que será la nueva conducción.
Hasta ahora había dos ‘números puestos’: Pablo Moyano y Héctor Daer. Ambos habían expresado su voluntad de formar parte de la terna. Ahora hay que sumar un tercero: Antonio Caló.
El Secretario General de la UOM aprovechó una entrevista en el marco de la multitudinaria marcha del 18 de octubre para dar a conocer su voluntad de volver a la dirección de la central obrera: “Para que estemos todos los sectores , tenemos que ser tres: transporte, servicios e industria”, afirmó.
Más allá de tener experiencia en el cargo, ha sumado algunos puntos en las últimas semanas. Cerró una paritaria compleja con un 50,8% de aumento. Consiguió un bono de 40.000 pesos en octubre para los trabajadores metalúrgicos de Tierra del Fuego luego de la prorroga anunciada por el Gobierno nacional del ‘subrégimen industrial’ de la ley 19.640. El aporte extraordinario no remunerativo alcanzará a las 8.500 personas que trabajan en la industria electrónica de manera directa -producción de televisores, celulares, aires acondicionados, hornos microondas y autopartes de calidad global-, junto a los 7.300 puestos laborales indirectos.
La demostración de fuerza de la multitudinaria marcha del 18 de octubre, en donde se midió la capacidad de convocatoria de todos los gremios, además de una organización impecable que eludió todo tipo de enfrentamientos y conflictos, fue la curva final de esta carrera cuya meta está puesta el 11 de noviembre en Parque Norte.
El éxito de la manifestación fue también la presencia de decenas de miles de trabajadores de la economía popular enrolados en su sindicato, la UTEP, que pugna por incorporarse a la CGT. En ese sentido, habría que agregar a los sectores mencionados por Caló -transporte, servicios e industria- un representante de los trabajadores informales que ya están organizados gremialmente. ¿Será ese el cuarto en discordia?