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El «Día de la Madre» en que la CIA nos asesinó al unicornio de Silvio, por Itatí Schvartzman

«Mi unicornio azul ayer se me perdió,

pastando lo dejé y desapareció.
Cualquier información bien la voy a pagar.

Las flores que dejó no me han querido hablar».

Silvio Rodríguez. Canción homenaje a Roque Dalton.

Soy de la generación que utilizó el tema “Mi unicornio azul” de Silvio Rodríguez como metáfora de todo aquello que necesitásemos, como leña en toda fogata, asado y campamento ochentero, como abrazo para las amigas y amigos que lo anduviesen necesitando, como nana para apapachar a nuestras crías.

En la certeza de que cuando conocemos los porqué de los artistas que nos formaron nos hacemos mejores, investigué. Y ello marcó mi vida: no sólo me volví fanática del poeta, sino que estudié antropología por él.

Tan genial como desconocido, tan brillante como comprometido con su pueblo, Roque Dalton, nació el 14 de mayo de 1935, en El Salvador, hijo de un empresario estadounidense y una enfermera salvadoreña y fue asesinado el 10 de mayo de 1975, sólo cuatro días antes de cumplir 40 años.

Fue un multipremiado poeta, además de ensayista, periodista, casi abogado, antropólogo e intelectual salvadoreño. Militante de izquierda y fervoroso antiimperialista, pasó por la Universidad de Chile, la de El Salvador y la prestigiosa Universidad de México. En Chile comenzó a estudiar marxismo y cuando retornó a su patria se afilió al Partido Comunista (PCS) de El Salvador , desde donde debido a su militancia política, en 1957 viajó a la Unión Soviética. Fue en la ex URSS donde trabó amistad con los poetas Juan Gelman y Miguel Ángel Asturias y con quien sería el futuro fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Carlos Fonseca Amador.

Dalton cayó preso muchas veces, tantas como escapó de cada cárcel clandestina en donde estuvo secuestrado

Dalton cayó preso muchas veces, tantas como escapó de cada cárcel clandestina donde estuvo secuestrado durante el periodo presidencial del dictador José María Lemus, incluso fue condenado a muerte en 1960, (sentencia que no se cumplió gracias a que cayó antes el gobierno de facto de Lemus). Para el año 1961, fue expulsado de El Salvador, por lo que inició su exilio en Guatemala, MéxicoChecoslovaquia, y principalmente en Cuba, donde terminó de forjarse como escritor. Se involucró en la vida cultural cubana y recibió instrucción militar tras la invasión de Bahía Cochinos. Pese a que logró retornar a El Salvador en 1964, terminó preso y fue sometido a interrogatorio por un agente estadounidense de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En 1969, regresó a Cuba y ganó el Premio de Poesía Casa de las Américas por el libro Taberna y otros lugares. Pero no se quedó a regodearse por su premiada obra, se fue de Cuba para involucrarse en la lucha armada en El Salvador, se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Misma organización que,  como respuesta a una serie de peleas internas de Dalton con el líder Alejandro Rivas Mira, calificó cobardemente a Roque Dalton de “revisionista traidor” y la dirección del ERP decidió su ejecución.

El gran poeta, escritor, periodista, antropólogo y guerrillero salvadoreño fue arrestado por sus propios compañeros del ERP

Sí, el gran poeta, escritor, periodista, antropólogo y guerrillero salvadoreño fue arrestado por sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), uno de los cinco grupos que años después conformarían el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Así, el poeta revolucionario que tantas veces había estado a punto de morir a manos de la derecha más recalcitrante fue paradójicamente asesinado en su país, el 10 de mayo de 1975, por una fracción de la organización ultraizquierdista a la que pertenecía, y no fue una muerte cualquiera producto de la escalada de violencia política que por esos años sacudía a El Salvador. Fue un asesinato orquestado por la CIA con la complicidad de sus propios compañeros, que lo llevaron a cabo cobardemente para silenciar a su mejor guerrillero, al que les gritaba verdades incómodas en el rostro, al que les hacía bromas irónicas que en su idiotez no toleraban. El principal responsable del grupo que decidió su eliminación, Joaquín Villalobos, fue ascendido a dirigente máximo del FMLN.

El principal responsable del grupo que decidió su eliminación, Joaquín Villalobos, fue ascendido a dirigente máximo del FMLN

Con los años se supo que el cobarde Villalobos, el gran jefe revolucionario “de izquierda” – tan de izquierda como para considerar traidor a Roque Dalton y sentenciarlo a muerte -fue agente de la CIA y asesor de Álvaro Uribe.

Más allá de las traiciones, del horror de cierta “izquierda” latinoamericana, es imprescindible (y justo para con don Roque) contar que en su vida valiosa, valiente y coherente el valor fundamental era el humor. Como todo ser brillante, Dalton era famoso por su intelectualidad popular, colmada de bromas, de lenguaje coloquial, de irreverencia y de incomodidad;  fascinante personalidad que dejó plasmada en su necesaria obra literaria, siempre empapada de preocupación ante el destino de nuestra América y de su propio país, El Salvador. 

“Roquito hacía reír hasta a las piedras”, escribió Eduardo Galeano. Mario Benedetti escribió que Dalton “era un fabuloso narrador de chistes: los coleccionaba casi como un filatélico, y llevó a su poesía la metáfora humorística” y otra de sus amigas, la escritora mexicana Elena Poniatowska: “Roque hacía reír porque rompía los lugares comunes. Nadie menos solemne que Dalton, nadie más capaz de hacer reír hasta las horas negras, más dispuesto a aventarse a pecho abierto contra el peligro…”

“Roquito hacía reír hasta a las piedras”, escribió Eduardo Galeano

Roque Dalton, el poeta que me enseñó que la poesía puede y debe contener a la valentía, el que sostuvo:  “Mediante la poseía, es posible decirlo todo”, el que se caracterizó a sí mismo: “También mi sangre bulle y río por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas. Creo que el mundo es bello, que la poesía es como el pan, de todos. Y que mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poseía de todos», el que criticó ferozmente a la poesía elitista: “ Ay poetas que os olvidasteis del hombre, que os olvidasteis de lo que duelen los calcetines rotos, que os olvidasteis del final de los meses de los inquilinos, que os olvidasteis del proletario que se quedó en una esquina con un bostezo eterno inacabado, lleno de balas y sin sangre, lleno de hormigas y definitivamente sin pan… ay poetas ¡como duelen vuestras estaturas inútiles!» es considerado uno de los mejores poetas latinoamericanos, el mejor de El Salvador y uno de los literatos más influyentes de ese país, multipremiado en vida y aún hoy sigue siendo multipremiado post mortem.

Sin embargo, saboreadora vieja de su personalidad, me atrevo a arriesgar que el homenaje que más disfrutaría de estar vivo sería “Mi unicornio azul”, del cubano Silvio Rodríguez.

Todo revolucionario que caminó con el ejército de los humildes las montañas de El Salvador sabe que no luchó en soledad…Lo llamaban el Unicornio Azul

Uno de los muchos hijos que tuvo Roque,  Juan José Dalton (revolucionario como su padre, fue apresado y torturado muy jovencito) cuenta que todo revolucionario que caminó con el ejército de los humildes las montañas de El Salvador sabe que no luchó en soledad: todos, absolutamente todos los guerrilleros vieron a una especie de caballo enorme, azul y con un cuerno que peleó junto a ellos, el unicornio azul le llamaban. Y a ello se debe una de las canciones más escuchadas y cantadas del mundo hispanoparlante, “Mi unicornio azul” la canción homenaje de Silvio Rodríguez a su admirado amigo, el gran Roque Dalton.

Más de cuatro décadas después del asesinato de Roque Dalton aún se desconoce dónde están sus restos y los responsables de su muerte siguen sin rendir cuentas ante la justicia.

La noche en que asesinaron al gran poeta revolucionario Roque Dalton era “día de la madre” en El Salvador: 10 de mayo de 1975.

Publicado en https://semanariopreguntas.wordpress.com el 11 de mayo de 2022.

Foto: Pablo Solana

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Metalúrgicos ayer y hoy. Anuncian plan de lucha y reclaman por la Causa El Villazo

El Congreso Nacional de Delegados, reunido en la ciudad de Mar del Plata,  del que participaron 50 seccionales de la UOM de todo el país, anunció un plan de lucha que consiste en diez días de asambleas, un paro nacional seguida de paros progresivos de 48 y 72 horas en caso de no tener respuestas.  

En la seccional de San Nicolás  este lunes comenzaron las asambleas informativas de las distintas plantas fabriles para debatir con los trabajadores sobre el alcance del plan de lucha y fortalecer el reclamo desde las bases. Más allá del retraso salarial, el secretario general de la UOM, Abel Furlán, advirtió sobre la gravedad de la situación que atraviesa el sector: “Ya perdimos 22.000 puestos de trabajo y están en riesgo entre 30.000 y 50.000 más por la apertura indiscriminada de importaciones. Nos quieren imponer condiciones que no tienen relación con la realidad económica que estamos viviendo”, explicó.

Causa Villazo: “Seguimos reclamando que los alegatos y el veredicto se den en Villa Constitución”

Entre tanto, a 51 años del levantamiento obrero de Villa Constitución, en marzo de 1974, en la etapa final de la investigación de la causa judicial sobre los crímenes cometidos para reprimir el alzamiento obrero aplicando el llamado Operativo Serpiente Roja del Paraná y con la complicidad de Acindar, hubo un reconocimiento del lugar de los sobrevivientes del lugar donde se realizaron las detenciones ilegales y torturas en el predio de esa empresa. Se trata del conocido “Albergue de solteros”, uno de los primeros Centros Clandestinos de Detención que funcionaron en nuestro país, posteriormente destruido por la empresa. Allí mantuvieron cautivas y cautivos bajo tormentos a obreros metalúrgicos de la Lista Marrón y a quienes habían organizado la solidaridad de la lucha por la democracia sindical, por condiciones dignas de trabajo y de salud.

Marcelo Cortés, Secretario General de la CTA Autónoma Villa Constitución, relató que “los compañeros que ingresaron pudieron ubicar bien las instalaciones que ya no existen y además se sumó un señor que vivió en el barrio y pudo clarificar cada lugar”.

Mientras se llevaba adelante esta medida, en el portón del ex ingreso a la planta organizaciones de derechos humanos, sindicales y políticas realizaron un acto para apoyar a los testigos. “Hubo muchos gremios y público general que acompañó. Hay que continuar con fuerza porque seguimos reclamando que los alegatos y el veredicto se den en Villa Constitución”, concluyó.

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Pablo Flores: “Los trabajadores del ARCA no vamos a aceptar mansamente el ajuste de nuestros salarios”

El secretario general nacional de AEFIP, Pablo Flores, expone las razones detrás de las recientes medidas de fuerza llevadas adelante por los empleados estatales, que incluyen apagones y protestas frente a las principales centrales del ARCA. En un contexto de profundos reclamos por la pérdida de poder adquisitivo y el desmantelamiento de los organismos públicos, Flores nos comparte su perspectiva sobre la situación salarial, el impacto de las políticas del gobierno, la movilización de los trabajadores y la inminente realización de un paro general.

A su vez, aborda también las dificultades económicas que atraviesa el país y la creciente tensión social, que se ve reflejada en la falta de respuestas a los derechos laborales y las necesidades de los trabajadores.

LCV: “Ustedes están llevando adelante medidas de fuerza, apagones, protestas en las puertas de las centrales más importantes del ARCA, eh, por lo que están padeciendo ustedes como empleados estatales impositivos. Contanos un poco, porque sé que la última arremetida fuerte fue este 31 con la pérdida de una gran cantidad de trabajadores que tomaron el retiro, ese retiro voluntario casi forzoso, ¿no?”

Pablo Flores: “Sí, la verdad es que venimos con varios temas. Hoy estamos discutiendo la cuestión salarial. Nosotros tenemos congelado el salario desde febrero del año pasado, sabiendo que nosotros tenemos compuesto nuestro sueldo por un porcentaje de la recaudación. Ese porcentaje también fue disminuido dos veces, la alícuota de apropiación, durante el año pasado, una vez en junio, otra en enero. Y nada, estamos pretendiendo discutir una recomposición salarial, porque ya el ajuste es intolerable. Entonces eso hace que los crímenes informáticos generen un conflicto que va a seguir creciendo. Bueno, sumado a este desmantelamiento del organismo, que se da en parte con jubilaciones y retiros voluntarios, que muchos son, digamos, por miedo a perder derechos futuros, ¿no? Entonces, eh, me parece que la política del gobierno es bastante agresiva como para que nos quedemos de brazos cruzados.”

LCV: “Además, está esa agresividad. Por fin está empezando a tomar algún tipo de forma la respuesta, y esto tiene que ver con la movilización del miércoles y con el paro, eh, que está tomando forma para este jueves. ¿Cuál es tu opinión? ¿Cómo ves vos la adhesión? ¿Creés que va a ser importante? ¿Qué va a pasar con el tema de los transportes?”

Pablo Flores: “Yo creo que la movilización, eh, es acompañar a los jubilados después de la brutal represión. Los jubilados vienen organizándose, manifestando su reclamo legítimo a una jubilación digna. Son trabajadores que han aportado años de trabajo, no están haciendo otra cosa que reclamar su salario diferido, por el cual ya aportaron décadas de trabajo. Entonces, acompañarlos después de esa brutal represión y seguir, digamos, y acompañar ese legítimo reclamo es más que una obligación de la Confederación General del Trabajo. Bueno, me parece que la movilización empieza a ser un reclamo que va a ser permanente y, bueno, a esto le sigue el paro general por falta de discusiones paritarias. No se homologan los acuerdos, no hay, eh, no hay, digamos, discusiones salariales que acompañen la inflación, están muy por debajo del nivel de inflación, y un montón de situaciones de pérdida de puestos de trabajo. Bueno, hay infinidad de situaciones que hacen al mundo laboral, que hacen que este paro general empiece a tomar cuerpo. Yo creo que la gran mayoría de los trabajadores va a adherir a esta medida de fuerza.”

LCV: “El paro, o los apagones, o el tema del desmantelamiento de las capacidades operativas de los empleados, y el aporte intelectual que hacen, o sea, empleados preparados que son despedidos, o que, o que son suspendidos, o que tienen el retiro voluntario en el marco de los trabajadores impositivos y de los trabajadores de aduana, ¿cuál es el impacto que tiene en la vida de los ciudadanos?”

Pablo Flores: “Yo creo que en la vida general de los contribuyentes empieza a ralentizarse, eh, la atención en general. Lo que están expresando los trabajadores es una disconformidad total con la política, tanto la salarial como la del conjunto de sus derechos. Y esto va a afectar, sobre todo, en definitiva, a la recaudación nacional. La recaudación nacional sostiene todos los servicios que da el Estado, así que no es un tema menor. No solo quizás es una cosa inmediata, de si no atendemos durante 3 horas, hay un, eh, un contribuyente que no puede hacer un trámite. Me parece que, en la medida en que el gobierno no atienda los reclamos de los trabajadores, esto va a terminar afectando a la recaudación nacional, porque los trabajadores no vamos a aceptar mansamente ni los brutales ajustes ni la crítica de derechos.”

LCV: “En el marco de estas medidas económicas y de este lunes negro que está viviendo el mundo completo, y por supuesto está pegando el coletazo acá, y en tanto las medidas de Milei parecen ir en contramano con las medidas del mundo, ¿esta, esta, este problema recaudatorio se agudiza?”

Pablo Flores: “Yo creo que sí, porque el gobierno, digamos, no define un plan económico serio ni, ni siquiera es un plan económico que se pueda entender y que se pueda analizar como un plan económico. Me parece que son una serie de medidas de ajuste, de regulaciones, de transferencias de plata de un sector a otro, y todo se basa en un ajuste fiscal para sostener, digamos, la baja de la inflación, pero que está fixiando la economía. Y esto se pretende sostener con, primero, con el ajuste fiscal, segundo con un buen aporte que pasó el blanqueo, pero, bueno, la plata que dan estos márgenes se acaba y por eso ahora recurren al endeudamiento. Bueno, los límites que encuentran es que el endeudamiento no es tan fácil. Y bueno, el Fondo pide devaluación, el Fondo pide garantías de repago, con lo cual, digamos, si ellos fixan la economía, el Fondo Monetario es más reticente a que le digan ‘Bueno, no me vas a poder pagar’. Bueno, yo creo que tiene un frente muy complicado el gobierno, porque todo lo que expresó que iba a mejorar la situación de los argentinos la viene empeorando.”

LCV: “Hay un run acerca de que el Fondo Monetario, los acreedores, el mundo financiero, bla, bla, bla, estaría pidiendo en este momento un cambio, que no es que se vaya Caputo. ¿El cambio de collar tendría algún tipo de efecto, o lo que hay que cambiar es el perro?”

Pablo Flores: “Mirá, me parece que los gobiernos suelen, suelen hacer, como, eh, cuando están complicados, suelen hacer como una suerte, digamos, de, de, a ver cómo decirlo, de como darle otra impronta al gobierno, diciendo que viene otra situación mejor. La verdad es que si no cambia la política y cambian la persona, claro, eh, no, como decís vos, no hay que, no hay que dejar de sacarle el collar, hay que dejar de ser perro, pero bueno.”

LCV: “¿Dónde van a concentrarse mañana? ¿Y qué carácter va a tener el paro en tu sector el jueves, no el miércoles?”

Pablo Flores: “Estamos todavía viendo. Nosotros siempre convocamos ahí, a nuestra sede, que es en Alsina 1440, para unirnos después a la columna general de la CGT, porque estamos a dos cuadras del Congreso. Pero, eh, nada, el paro después es un paro de 24 horas, con lo cual, eh, nada, nosotros sencillamente adherimos y esperamos una gran adhesión de los trabajadores.”

LCV: “¿No es paro con concurrencia, o sí?”

Pablo Flores: “No, no, no. Paro, paro total, actividades sin asistencia al trabajo.”

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Caminar es resistir: una propuesta ambulante de David Le Breton y Walter Benjamin

Por: Carolina De La Torre.

En una era donde cada minuto está diseñado para la productividad, caminar sin rumbo es un acto de insumisión; es la grieta en el sistema, la pausa que desafía la velocidad que nos enajena.

Caminar es uno de los últimos actos de resistencia en un mundo que ha convertido el tiempo en una mercancía. Mientras la ciudad nos obliga a medir cada minuto en función de su utilidad, el flâneur –ese caminante sin causa– se desliza entre las grietas del sistema, eligiendo el extravío en lugar del destino. No le interesa la dictadura de los relojes, sino el ritmo impredecible de sus pasos, la textura del suelo, la forma en que la luz tiñe una esquina. Como advirtió Walter Benjamin, para ese paseante ocioso, la multitud es su velo, la trinchera desde la que observa sin ser devorado por la maquinaria del mercado.

El filósofo francés David Le Breton también lo expresa con claridad: “Cada paso es un gesto de apropiación del mundo”. Caminar es un acto de insumisión ante el torbellino moderno, una ruptura con la lógica que impone velocidad, eficiencia y productividad absoluta. En la caminata, el tiempo no es algo que se pierde, sino algo que se recupera, que se reescribe al margen de la vida. Se transita no solo el espacio, sino también la memoria, el alma misma de la vida. Se revelan ciudades que no existen en los mapas, sino en la manera en que el viento sacude un árbol, la sombra de un letrero que nunca antes había estado ahí o la propia escena única e irrepetible que sólo la pausa deja ver. Caminar es ir soltando, con cada paso, el nudo ciego que la sociedad de la prisa nos impone. 

El flâneur es una anomalía en un mundo donde el movimiento debe ser lineal, estrictamente encadenado a una rutina que promete éxito; minuto a minuto, midiendo cuál es el siguiente paso para llenar la lista de actividades por hacer. Pero él desafía esa rigidez con la deriva, con la pausa sin justificación. En la economía del capital, el peatón sin destino es una pérdida, un estorbo en el sistema de la eficiencia. La ciudad ha sido diseñada para el tránsito “veloz” y sin interrupciones, para que la mercancía circule sin fricciones. Pero el caminante es fricción pura, una resistencia viva al ritmo impuesto. 

Le Breton advierte: “El caminar libera el espíritu del peso del mundo”. Y en estos tiempos donde la realidad se desmorona bajo el exceso de información y la velocidad del consumo, caminar es aflojar la venda que nos aprieta los ojos. Es recuperar la calle antes de que se convierta en un decorado, en un flujo incesante de datos, publicidad y entes corriendo a la desgarradora rutina. Es reivindicar la existencia fuera del algoritmo repetitivo, del cálculo meticuloso de lo que debemos hacer cada segundo del día.

Y más aún, caminar es una forma de pensamiento. En una sociedad que ha convertido el tiempo en una cadena de producción ininterrumpida, donde cada instante debe ser optimizado, la prisa se convierte en un mecanismo de control. La velocidad no solo nos desplaza físicamente, sino que nos impide ver. “Caminar es también una forma de pensar”, dice Le Breton. Cuando todo se mueve tan rápido, el pensamiento crítico se evapora, la contemplación se vuelve un lujo. Y sin contemplación, sin ese espacio donde germinan las ideas, ¿qué queda de la humanidad? La enajenación no solo es un efecto de la prisa, es su esencia. Caminar es la última grieta en ese muro, la rendija por la que aún se filtran los susurros de la vida, las preguntas que solo pueden nacer en la pausa, en la soledad con uno mismo. “La lentitud es un derecho fundamental del espíritu”, señala Le Breton, y sin ella, la conciencia se marchita.

En este mundo, donde los autos han conquistado el paisaje y las aceras se reducen a meros fragmentos de lo que fueron, el caminante se ha convertido en un intruso. El automóvil, el tren, el avión: todos vehículos de la prisa, diseñados no para mirar, sino para llegar. “El hombre moderno ya no camina, se desplaza”, dice Le Breton. Y en ese desplazamiento, en esa obsesión por acortar distancias, se pierde la posibilidad de ver, de sentir, de existir y de cuestionar. Se borra el detalle, se anula el encuentro fortuito, se aniquila la posibilidad del asombro y contemplación. La ciudad, que alguna vez fue un espacio de exploración, se convierte en un simple tablero de trayectorias predefinidas, donde cada trayecto es solo un medio para un fin. 

La velocidad lo consume todo, incluso el pensamiento. Ir de un punto a otro sin detenerse es la norma, y en ese vai ven se pierde la capacidad de reflexionar, de descifrar los secretos –o los no tan secretos– de la existencia. La contemplación, ese espacio donde germinan y florecen las ideas que nos hacen avanzar como humanidad, ha sido borrada. Caminar es la única forma de reabrir esa puerta, de recuperar las pistas que la vida deja entre las esquinas. Cada paso es un desafío a la prisa, un acto de resistencia frente al río que nos arrastra. Es enfrentarse a la incomodidad de estar a solas con nuestros pensamientos, pero también la oportunidad de florecer en esa soledad, de reencontrarnos con las preguntas esenciales que el ruido de la modernidad ha silenciado. 

Hoy, más que nunca, la caminata está en peligro. Las aceras se reducen, los espacios públicos desaparecen y el peatón se vuelve un estorbo. Se camina menos y se consume más.  Los vehículos han conquistado el paisaje, devorando la posibilidad del paseo errante. “Caminar es un arte que se desvanece en un mundo donde todo debe ir más rápido”, nos advierte Le Breton. La ciudad se ha vuelto una máquina de tránsito, un engranaje donde lo único que importa es llegar, nunca estar. 

Qué nos queda entonces, sino caminar a contracorriente. Hacer del laberinto nuestro hogar y del paso errante nuestro manifiesto. Salir de casa como quien llega de lejos, redescubriendo el mundo en cada esquina, como si fuera la primera vez. Porque, como bien advierte Benjamin, la ciudad ya no es una patria, sino un escenario. Y en este teatro de lo fugaz, el caminante sigue siendo el último espectador lúcido. 

Así, en la era de la prisa, quien aún camina sin rumbo desafía al tiempo mismo. Quien aún se detiene a observar, a escuchar los ecos que la velocidad silencia, a mirar las sombras es quien mantiene encendida la chispa de la conciencia. 

Nota publicada en Pijamasurf.com

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