Opinión
No hay shock antiinflacionario, hay un shock recesivo, por Claudio Lozano
El ya conocido timbero y endeudador serial de la Argentina Luis Caputo informó ayer el conjunto de políticas de shock que pretenden resolver el cuadro construido por la política de ajuste inflacionario sobre la base de mayor ajuste y más inflación. La decisión de devaluar el dólar comercial más de un 100%, sumado a los incrementos de las tarifas de luz y de gas, más el aumento del boleto de colectivo y de tren, más la desregulación general del sistema de precios producirán un shock inflacionario que duplicará por lo menos la tasa de inflación mensual y consumirá el ya castigado poder adquisitivo de la mayoría de los argentinos y argentinas.
Ese shock inflacionario tiene por objeto deprimir por caída de la demanda la actividad económica y por esta vía lograr la desaceleración de los precios. No se dijo pero es constitutivo de estas políticas retrasar la evolución de salarios y jubilaciones, así como también de los programas sociales respecto al aumento general de precios. Particularmente el ajuste de las jubilaciones pueden lograrlo rápidamente, incluso sin alterar la fórmula de movilidad, eliminando los bonos que la anterior gestión daba para compensar los deficientes resultados que alcanzaba la ecuación. Hay que considerar que actualmente los bonos representan más de la mitad del haber mínimo, con lo cual el recorte inmediato puede llegar a ser del 34%. Seguramente también buscarán modificar los criterios en materia de aumentos en las paritarias de los trabajadores estatales para completar el objetivo.
“Se pretende vender como novedoso un planteo que ya esgrimieron Martínez de Hoz, Cavallo y Macri”
Todas las medidas fueron expuestas luego de argumentar, una vez más, de manera falaz y reñida con los más elementales manuales de economía la centralidad del déficit fiscal en la explicación de todos los problemas y puntualmente de la inflación. Se pretende vender como novedoso un planteo que ya esgrimieron Martínez de Hoz, Cavallo y Macri y que solo sirvió de pantalla y justificación a políticas que devastaron la economía y la sociedad argentina. Olvidó decir Caputo que la mitad de esos 5,5 p.p. del PBI de déficit se explican por los intereses de deuda. Tampoco dijo que los anuncios hechos van a incrementar el peso de los pagos de deuda pública en el presupuesto (en el próximo año 2024 el monto de intereses de deuda en moneda extranjera asciende a USD 8.000 millones) así como también el aumento de los pagos vinculados a los pasivos remunerados del Banco Central. Ambas cosas impulsadas por la devaluación de más del 100%.
En concreto, estos financistas y mentirosos de pacotilla no tienen problema en incrementar la emisión para pagar deuda mientras la restringen en lo relativo a dinamizar la cuestión social y la actividad económica. Resulta relevante puntualizar algunas cuestiones.
1) Habrá que seguir con atención el modo en que se maneja en términos de despido el supuesto recorte del gasto político que se plantea reduciendo ministerios, secretarías y subsecretarías.
2) Es importante puntualizar que la reducción de las transferencias a las provincias involucra en un 44% los pagos del Fondo de Incentivo Docente, el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires y las transferencias a las Cajas Previsionales. Es decir, detrás de esta definición no está en abstracto la relación con las provincias, estamos hablando de los ingresos de trabajadores y jubilados.
3) No se licitará más obra pública. Aun validando el argumento de la corrupción esgrimido, resulta ridículo poner como solución eliminar la obra pública en lugar de plantear un nuevo diseño institucional que elimine la corrupción pero que defienda el interés público a la hora de planificar las prioridades en materia de inversión. Parece poco probable que el interés privado se preocupe por atender el déficit en materia de vivienda, en materia de infraestructura y servicios básicos de educación, salud, agua potable, conectividad etc. Más allá de esta cuestión, la interrupción de la inversión pública afecta de manera directa los niveles de actividad económica y empleo (especialmente, el empleo en las provincias).
4) Otra argumentación discutible es la idea de las tarifas atrasadas y la inflación reprimida. La primera pregunta que cabe hacer es cuál es el atraso del precio de la energía si el costo de extracción del barril de petróleo es de USD 10 y se les paga USD 58 a nivel del mercado interno y USD 90 al exportar. En definitiva, cuál es el criterio para fijar el precio de la energía, del trigo, del maíz, del aceite, de la carne, y demás bienes fundamentales para la economía. Desde nuestro punto de vista es el costo de producción local, para el actual gobierno, es el precio internacional. Esta diferencia hace que las ventajas (rentas que la Argentina tiene por la disponibilidad de materias alimentarias y energéticas baratas) en lugar de transformarse en palancas para nuestro desarrollo se conviertan en garantía de pago para los acreedores y rentas extraordinarias para las principales corporaciones transnacionales y locales que operan en nuestro país.
5) Se argumenta que se incrementarán la AUH y la Tarjeta Alimentar, porque en ellas no hay intermediarios y se congela el Potenciar Trabajo para terminar con el clientelismo. No se les ocurrió una solución mejor frente al desastre social que promueven, para quienes están sumergidos en la pobreza como podría ser la universalización del Potenciar Trabajo para quienes estén en condiciones de informalidad laboral en lugar de congelarlo que además de ampliar la cobertura eliminaría la intermediación. Así, tanto la AUH como la Tarjeta Alimentar van sobre la misma población, es decir, cerca de 2,4 millones de personas, cubriendo apenas el 48% de la población pobre. Ambas prestaciones, para colmo, vienen acumulando fuertes atrasos que sin contabilizar el salto en los precios ocurrido en las últimas semanas, en el caso de la AUH acumula una caída del 36% real respecto a diciembre 2019 (del 47% respecto a diciembre 2015) mientras la Tarjeta Alimentar está un 44% por debajo del valor que tenía al momento de implementarse en enero 2020. En el contexto del derrumbe de la actividad y la escalada inflacionaria limitan a lo mínimo la cobertura social de los más postergados.
6) El planteo de la devaluación acompañado de la extensión y aumento del impuesto País al 17,5% a todas las importaciones que lleva al dólar importador a $940 junto con la generalización de las retenciones a las exportaciones es una evidencia del contenido desindustrializador del programa expuesto. Es indudable que el dólar importador es mayor que el exportador que considerando el 15% de retenciones, pero la posibilidad de liquidar el 20% en el dólar CCL, alcanzaría los $730. Es evidente que esto hace menor la devaluación efectiva de quienes tengan mayor componente importado en su producción que es básicamente el caso del sector industrial y economías regionales que además recibirán un incremento de las retenciones. La reprimarización y el bajo valor agregado siguen siendo el rumbo productivo del modelo que vienen impulsando hace 50 años.
“El fin de la sequía, el ahorro energético más el incremento de otros rubros exportadores, permiten avizorar un abultado saldo comercial de como 22.500 millones en el 2024. Profundizar el sufrimiento de manera inútil e innecesaria es lo que anunció el nuevo gobierno”
7) Por otra parte, se cae la mentira acerca de la preocupación de la “bomba de la Leliq”. Se mantiene la tasa de Leliq en 133% mientras que la de pase pasivo baja del 126% al 100%. El congelamiento de la tasa interés (que es también la de los plazos fijos) en el marco de la escalada inflacionario, está claro que, pondrá a los depositantes en la decisión de dejar licuar sus pesos, o bien, presionar sobre los dólares paralelos considerando que no se levantan -todavía- las restricciones cruzadas MULC/CCL.
En suma, profundizar el ajuste, ahondando la recesión vía depresión de los ingresos de la mayoría de la población, mientras se multiplica la escalada inflacionaria es lo que nos han anunciado. Argentina necesita una terapia de shock antiinflacionario articulado con un shock distributivo y productivo. Acá no hay shock antiinflacionario, hay un shock recesivo que derrumba la producción al tiempo que agrava la injusticia en el reparto de los ingresos.
Un mayor sufrimiento, absolutamente innecesario, para una sociedad fuertemente dañada. Para acordar con el FMI no era necesario hacer en un año lo que el acuerdo con el FMI planteaba en cuatro. Tampoco se necesita derrumbar la actividad para conseguir dólares. El fin de la sequía, el ahorro energético más el incremento de otros rubros exportadores permiten avizorar un abultado saldo comercial de como mínimo USD 22.500 millones en el 2024. Profundizar el sufrimiento de manera inútil e innecesaria es lo que anunció el nuevo gobierno.
Ocio
TEATRO/”El punto de costura”, historias de vida entretejidas, por Marquisse
En la primaria, cada vez que estrenaba un pantalón gris, esos sin mucha personalidad que se usaban para ir al colegio, mi mamá o mi tía Sol me hacían los dobladillos. Esta técnica impedía que ensucie las botas del pantalón mientras caminaba en el propio colegio o en el camino de regreso a casa. Se había hecho costumbre el ver acortarse el pantalón luego de comprarlo. También recuerdo el primer pantalón chupín -o bombilla, como le decían mis papás- que me compré y que tuvo que llevarse mi tía para achupinarlo más. Antes de eso, lo sentía demasiado holgado. Como un chupín no chupín. Mi tía siempre se ocupaba de remendar la ropa para que pase de ser un “no me gusta cómo me queda” a un “¡ahora sí me queda!”. Ella siempre mejoraba las cosas para que sean cómodas y agradables.
En el marco de la última edición del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), en el que se pueden ver año tras año producciones nacionales como internacionales en distintos teatros de la ciudad, me acerqué a ArtHaus para ir a ver El punto de costura, de Cynthia Edul.
Tuve el placer de conocer esta obra en el hermoso taller “Des/archivar la escena”, dictado por Sol Putrino, que recomiendo con entusiasmo. En él hablamos sobre la noción de biodrama y otras obras que trabajan con archivos personales y registros de otras obras.
La obra comienza con Guillermina Etkin ante un micrófono haciendo sonidos con materiales que se despliegan en una mesa a la derecha del escenario. En esa misma descansaba una máquina de coser. El público miraba y escuchaba absorto a la manipulación de las telas y agujas por parte de Etkin. Estiramientos, rasgados, apertura y cierre de una cremallera, cortes de tela. Transcurridos unos minutos, Edul, quien estaba sentada a la izquierda frente a otra mesa larga, comenzó a leer el texto de la obra. En su mesa estaba dispuesto un telar y, frente a Edul, unos cuantos libros. Materiales textiles y palabras.
“Los incas usaban los nudos para escribir, llevar la contabilidad y conservar la memoria (…). El quipu se parece a la escritura porque tiene ocho millones de combinaciones posibles de cuerdas, nudos y colores. Los hilos son unidades semánticas”, Cynthia Edul
En el 2019, Cynthia Edul narró su viaje a Siria en su libro La tierra empezaba a arder: Último regreso a Siria. En esta obra, recuperará la historia familiar de sus abuelos, que vinieron desde Siria a Argentina en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Pero la obra no solo trata de la historia familiar. Tampoco trata solamente de la tradición, la discriminación hacia el inmigrante (Edul leerá fragmentos de notas de la revista Caras y Caretas que ilustran esto), el trabajo, ni de cómo la autora tuvo que hacerse cargo de la empresa textil de su familia durante la pandemia. La trama de la obra aparece entrelazada con la historia del textil, de la escritura, los viajes hacia el origen y las historias de lucha y resistencia de distintos pueblos.
El punto de costura también es un relato que entreteje referencias bibliográficas, que Edul lee de cada libro presente en la mesa, de distintos autores como Roland Barthes, Didier Eribon, Homero, Sylvia Molloy, Juan José Saer, entre otros. Una obra hermosa que emociona. Me encontré en varios momentos sollozando, conmovido con las palabras que Edul leía. Imposible no encontrar algo de la obra que interpele, que resuene en el propio cuerpo, que haga vibrar el textil que cubre el pecho con cada pálpito. Pálpito como el que emula el sonido que realiza Etkin en un momento de la obra y que retumbaba en la sala.
Un momento hilarante de la obra es aquel en el que se enumera las distintas expresiones y frases populares que involucran palabras del vocabulario textil, como “no dan puntada sin hilo”. “Los textiles están por todas partes. Todos los pueblos hilan o tejen”, dice Edul al comienzo de la obra de teatro, así como también al principio del libro. El texto de esta hermosa obra lo editó este año Tenemos las máquinas bajo el nombre La primera materia, en alusión al textil, aquello que está acompañándonos desde el origen de nuestra vida. Lo valioso de que exista el libro es que en la obra se mencionan una serie de datos históricos y de personajes provenientes de leyendas y mitos de distintas culturas. Pero también un gran número de citas sobre lo textil y la escritura que dan ganas de archivar en la memoria. Información que dan ganas de retenerla y de atesorar, porque el modo en el que enhebra e hilvana la narración Edul es digno de admirar.
*Si al terminar de leer esta reseña, te quedaste con ganas de ver esta profunda obra, acá te dejo el link para sacar las entradas. Quedan una función: sábado 23/11 a las 22:30 ¡Yo que ustedes no me la pierdo!
https://publico.alternativateatral.com/entradas84368-el-punto-de-costura?o=14
Opinión
En tren de hacer memoria, cambiemos Roca por Walsh, por Paulo Giacobbe
El 12 de noviembre de este año, la Cámara de Diputados bonaerense aprobó el proyecto de ley para expropiar la casa de San Vicente, para que sea un “Sitio por la Memoria en homenaje a Rodolfo Walsh, por ser el lugar de su última morada antes de ser asesinado por la dictadura cívico militar y será administrado por “un órgano conformado mayoritariamente por familiares, allegados y organismos de Derechos Humanos con actividad en la zona”. El proyecto de ley fue presentado inicialmente por Claudio Dellecarbonara y ahora retomado por Laura Cano Kelly, ambos del Frente de Izquierda y de los Trabajadores. El diputado provincial de Libre, Guillermo Castello, se opuso. No veía la utilidad para la comunidad que tenía la expropiación. Se quejó de la existencia de los Sitios de la Memoria y de la existencia de la Comisión Provincial de la Memoria. Calificó a Walsh como “terrorista asesino”. Su discurso negacionista le valió cánticos, abucheos y una posible sanción. En 2017, Castello se había manifestado a favor de otorgar la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz.
Lilia Ferreyra se despidió de Rodolfo Walsh en Constitución, recordándole que no se olvide de regar las lechugas. Habían viajado en tren desde San Vicente, Provincia de Buenos Aires, lugar donde vivían con identidad falsa. Walsh sería emboscado media hora después en San Juan y Entre Ríos por un grupo de tareas de la ESMA. Aparentemente, Alfredo Astiz tenía la orden de taclear al escritor. Se trata del mismo Alfredo Astiz que luego se infiltraría en las Madres de Plaza de Mayo para secuestrarlas y desaparecerlas, y que, actualmente, cumple condena en el penal de Ezeiza, lugar donde fue visitado el 11 de julio de este año por un grupo de diputados de la Libertad Avanza y, junto a otros represores, se fotografiaron sonrientes con una cruz de madera e imágenes de la Virgen de fondo.
Astiz tuvo algún inconveniente para frenar a Rodolfo Walsh, que se defendió sacando una pistola calibre 22. Los integrantes del grupo de tareas lo acribillaron a balazos y Walsh llegó muerto a la ESMA. Su cuerpo probablemente haya sido incinerado en el campo de deportes del Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio. Se cumplía un año y un día del golpe de estado, 25 de marzo de 1977. El grupo de tareas encontró entre las pertenencias del escritor un boleto de compraventa a nombre de Norberto Freyre, que daba la ubicación exacta de la casa de San Vicente. Rodolfo Walsh era Roberto Freyre. La casa fue destruida en parte y saqueada en su totalidad por los represores durante la madrugada del 26 de marzo. Se robaron todo lo que pudieron, incluso escritos inéditos que luego fueron vistos por sobrevivientes en el centro clandestino.
El año posterior al golpe de estado, Rodolfo Walsh, militante de Montoneros, periodista y escritor; dedicó parte de su tiempo a trabajar en un documento de denuncia sobre el accionar de los genocidas: “Carta abierta de un escritor a la junta militar”. Ahí está todo. Y fue en esa casa de San Vicente, golpeando con los dedos las teclas de una máquina de escribir, donde finalizó ese texto. En cada palabra se siente la potencia de las teclas al marcar el papel. La casa siguió el derrotero que siguieron muchas de las casas de los secuestrados. En este caso se la quedó un policía, Rubén Sala. El robo de bienes inmuebles por parte de los grupos de tareas es algo que se viene diciendo desde el juicio a las juntas. Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, denunció su propio caso en su primera declaración frente a un tribunal en 1985.
El Concejo Deliberante de San Vicente declaró la vivienda como Monumento Histórico del Municipio. Se realizó una señalización y se cambió el nombre de la calle. La última casa de Rodolfo Walsh queda en la calle Rodolfo Walsh. La esquina donde asesinaron al escritor, en el barrio de San Cristóbal, también fue señalizada. Vecinos de San Cristóbal Contra la Impunidad colocó una placa en la pared del banco que está en San Juan y Entre Ríos, el 10 de diciembre de 2002. La estación de subte de la Línea E que está en ese cruce de calles, a raíz de un proyecto presentado en 2012, se llama Entre Ríos – Rodolfo Walsh.
Las dos puntas de la desaparición de Walsh están señalizadas. El lugar donde escribió la carta es recordado, se marcha todos los años a la casa y está a media sanción de ser sitio de memoria. El lugar donde fue asesinado tiene su placa. Ese 25 de marzo que salió de San Vicente y cayó en San Cristóbal, llevaba en su portafolio algo más que un boleto de compraventa y un revolver 22; llevaba también algunas copias de la carta abierta. Pero hay un tramo de la memoria cortado. Walsh y Lilia Ferreyra viajaron en tren, desde San Vicente a Constitución. En una línea que se llama Roca. Para unir la memoria es necesario cambiarle el nombre a esa traza. Roca por Rodolfo Walsh. Para completar así el recorrido de esos pasos con la carta abierta en sus manos. Unir San Vicente con San Cristóbal para combatir el negacionismo. Cambiar “Línea Roca” por “Línea Rodolfo Walsh” sería un acto de justicia.
Destacada
La Era del Odio Desideologizado, por Andrea Zhok *
En la degeneración contemporánea del escenario político, una de las cosas más llamativas es el desencadenamiento de actitudes de ferocidad, desprecio, deshumanización, psiquiatrización, demonización del adversario. Lo podemos comprobar en estos días posteriores a la victoria de Trump, con una proliferación de crisis nerviosas que emergen en Internet y en las publicaciones ante la “victoria del Mal”, pero lo vemos continuamente en mil contextos. Vimos esto en los días de Covid, donde intentábamos justificar las manifestaciones de maldad, crueldad y deseos de muerte con la dinámica psicológica del miedo. Lo vemos en la forma en que se desarrollan (o más bien NO se desarrollan) los discursos sobre cuestiones de “corrección política”, donde cualquier discusión abierta es imposible y donde las sensibilidades histéricas dispuestas a arremeter y destrozar el “Mal” son omnipresentes. Lo vemos en la demonización de la alteridad política a nivel internacional.
Lo sorprendente es cómo esta tendencia hacia el conflicto irreconciliable, hacia la repulsión sin descuentos ni mediaciones, se produce precisamente en la época por excelencia del “fin de las ideologías”, el “fin de los grandes relatos”, de la “secularización”.
Como nos han contado muchos acontecimientos históricos, estamos acostumbrados a asociar el choque sin límites con la fricción entre identidades fuertes, identidades colectivas irreductibles y visiones del mundo radicalmente alternativas.
En cambio, a menudo se nos ha vendido la modernidad (o la posmodernidad) como el lugar donde hemos sacrificado raíces fuertes y visiones ambiciosas y palingenésicas, pero al menos lo hemos hecho en nombre de la paz, la hermandad y la coexistencia pacífica en una “aldea global” exenta de contrastes radicales. Excepto que las cosas parecen bastante diferentes de lo que nos han dicho.
Después de la Segunda Guerra Mundial fuimos testigos de la capacidad de reconocimiento mutuo, e incluso de colaboración pragmática, de individuos que se habían disparado unos años antes, de aquellos que pertenecían a visiones del mundo verdadera y claramente divergentes. Los democristianos y los comunistas eran portadores de ideologías sólidas y profundamente diferentes y, sin embargo, lograron producir ese documento admirable y equilibrado que es la Constitución. Incluso los antiguos fascistas fueron reintegrados, con la única condición de que no pretendieran volver a proponer la propuesta política que había llevado al país al desastre de la guerra (prohibición de reconstitución del PNF).
Hoy, cuando en todo Occidente la “política de la alternancia” es la alternancia entre variantes de una misma ideología liberal, con un 90% de superposición de políticas, precisamente hoy el odio irreconciliable entre los partidos, el desprecio mutuo parecen ser las características dominantes.
¿Cómo es posible todo esto?
Bueno, creo que para entender este estado de cosas primero debemos entender algo fundamental sobre la forma de los contrastes humanos. Un contraste de naturaleza ideal, cualesquiera que sean los ideales que se comparen, es un contraste que todavía se mueve en una esfera humanamente compartible, al menos por derecho: precisamente la esfera de las ideas. Una idea diferente de otra, una razón irreconciliable con otra razón no dejan de ser ideas y razones, y como tales son potencialmente compartibles: es posible cambiar de opinión, es posible comprender las razones de los demás. Esto significa, trivialmente, que dos visiones del mundo articuladas en ideas y razones, por diferentes que sean, son sin embargo parte de un juego humano común.
En cambio, el proceso de deshumanización ocurre en diferentes formas, esencialmente prepolíticas, típicamente arraigadas en variables naturales. El caso típico ideal es, por supuesto, el racismo, donde todo lo que hace o dice el “racialmente diferente e inferior” se vuelve irrelevante, porque nada puede cambiar su “inferioridad natural”. Pero esta esfera natural y prepolítica se ha convertido, de hecho, en la esfera dominante en el discurso público contemporáneo. Así, no importa si Trump y Harris tenían contenidos decentes o indecentes, serios o ridículos, diferentes o iguales; la pregunta seriamente discutida es: “¿Cómo es posible que las mujeres, o los inmigrantes, o los “de color”, etc., no votaran por <>?” La diferencia política en primer plano pertenece ahora a una esfera prepolítica, naturalista, impermeable a la razón.
Haber transformado la política en una competencia entre grupos de interés, lobbies y haber vaciado la esfera ideológica converge en transformar el discurso público en una especie de “racismo universal”. Ya que las diferencias sean de “raza”, “género”, “orientación sexual”, “etnia”, o que se traduzcan en juicios de carácter psiquiátrico, epidérmico o antropológico, en cualquier caso nos encontramos en un terreno donde las razones ya no van a tener ciudadanía: sólo queda la repulsión (o atracción) instintiva.
La destrucción de la esfera política, alimentada y fomentada durante décadas por el “piloto automático de la economía”, ha llegado a su fin, produciendo una nueva forma de tribalismo naturalista, de “racismo polimórfico universal”, que ya no conoce ninguna alternativa a la exclusión del otro, posiblemente hasta su aniquilación. Lejos de ser el viático de formas de coexistencia pacífica, la destrucción de identidades e ideologías políticas trae consigo la semilla de un conflicto ilimitado.
Se han creado las condiciones para un futuro de guerras civiles en el país y actitudes genocidas en el extranjero.
Traducción: Carlos X. Blanco
Publicación original: Revista Adaraga 15/11/24
Tomado por LCV de infoposta.com.ar el 17 de noviembre de 2024.