Ambiente
Tierra del Fuego: debates y encrucijadas ambientales, por José Piñeiro
Tierra del Fuego es la más joven de las provincias argentinas. Tiene ese estatus desde 1991. En ese corto tiempo, las diferentes gestiones hicieron todo lo posible para repetir y en algunos casos multiplicar los problemas e inconvenientes que tienen las provincias del territorio continental: el extractivismo, los agrotóxicos, el descuido del medioambiente y otros males de estos tiempos no están ausentes en debates, preocupaciones y proyecciones de fueguinos y fueguinas a la hora de pensar en el futuro de la isla.
También crecen en número y organización quienes defienden el ambiente en esta parte del planeta y aparecen intentos por cambiar la lógica de producción de alimentos, comprometiéndose con la soberanía alimentaria y la producción local. Los usos y costumbres del sector productivo también fueron mutando en este tiempo. Luces y sombras de un territorio que parece lejano, pero que está muy cerca.
Una de las primeras imágenes que reciben los viajeros cuando ingresan a la provincia por tierra es la de la planta de Tecnomyl, la firma productora de agrotóxicos que está muy cerca de la ciudad de Río Grande. La imagen que se llevan quienes llegan al extremo sur de la isla es la de Península Mitre, una zona de maravillosos paisajes, con bosques prístinos y que fue declarada área protegida recientemente. Una dicotomía similar parece atravesar el futuro de la isla y sus habitantes.
El gobernador Gustavo Melella impulsa proyectos que son cuestionados por buena parte de la población: el nuevo puerto de Río Grande, la plataforma Fénix (que viene a profundizar y desarrollar la cuestionada explotación petrolera offshore), una planta petroquímica y otra de hidrógeno verde.
La provincia es joven, pero el territorio tiene una historia mucho más larga; donde los pueblos ancestrales de la región —como los Selk’ Nam, Haush y Yaganes— supieron convivir, disfrutar y honrar esta parte del planeta, en la cual la hostilidad del clima y la insularidad no fueron impedimento para ser felices y perdurar en esos fuegos que hoy encienden aquellas y aquellos que se van multiplicando alrededor de la necesidad de defender el ambiente en esta maravillosa isla fueguina. No hace mucho tiempo se le pudo poner un freno a las salmoneras, un buen precedente que incentiva para lo que se viene.
Margarita Maldonado, integrante de la comunidad Selk´Nam, explicó que por estas cuestiones vienen siguiendo “una huella, sin parar un día, porque siempre estamos trabajando por la cultura y la identidad de nuestro pueblo, ya que los derechos se ejercen, no se mendigan”.
Advirtió que “se habla mucho de extinción, de que somos un pueblo extinto” y rechazó ese concepto. “Muchas cosas fuimos recuperando, fuimos reconstruyendo y las seguimos transmitiendo. No somos los dueños de la verdad, pero es nuestra historia. Sabemos que estamos invisibilizados, pero tenemos gente y docentes que nos están acompañando; también hay otros a los que les molesta que queramos ocupar nuestros espacios y apuestan al etnocidio. Sin embargo, acá estamos”, aseveró la integrante del Pueblo Selk’ Nam. En ese camino, el debate acerca de las formas de producción que deben implementarse en la provincia también deben tener un espacio importante en la agenda.
Tal vez sumando organización al optimismo, al compromiso, a la fuerza y la perseverancia esté la clave para comenzar a recuperar saberes ancestrales y construir otras realidades desde abajo, en estos tiempos en los cuales desde arriba llueven complicaciones y perjuicios para los que menos tienen. En esta encrucijada que se presenta en el país, Tierra del Fuego tampoco es una isla.
Para llegar a Tierra del Fuego desde cualquier parte de Argentina hay que atravesar cuatro fronteras
A Tierra del Fuego la separan unos tres mil kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, transitando por la Ruta Nacional 3, pero “la isla” tiene la particularidad de ser la única provincia argentina que no está conectada con el resto del país de manera directa. Para llegar hasta el territorio continental, o para ir desde cualquier otro punto de la Argentina hasta el territorio fueguino, se deben cruzar cuatro fronteras, ingresar y salir de Chile, cruzar el estrecho de Magallanes en barcaza y encomendarse a los buenos vientos para no quedar varados por ráfagas que, muchas veces, superan la intensidad máxima indicada para la navegación.
Esa distancia, el clima particular de la provincia, su condición insular y las políticas decididas desde aquella lejana “capital federal” —tan unitaria las más de las veces— condicionaron siempre la producción, el consumo y la vida misma de fueguinos y fueguinas, quienes fueron poblando el territorio llegando muchas veces desde lejanas latitudes, en búsqueda de un mejor pasar económico.
Décadas atrás, la inmigración se dio gracias a la Ley de Promoción Industrial, que sirvió para multiplicar las plantas fabriles y las posibilidades de conseguir trabajo, sumado esto a los salarios más generosos, que servían para afrontar el costo de vida más alto que se tiene en la zona y alcanzaban para algún ahorro con la perspectiva de, luego de unos años, “volverse al norte”.
El arraigo le fue ganando al desarraigo y las familias encontraron su lugar en el mundo en esta gélida, ventosa pero contenedora isla de cielos grandes
Pero desde hace ya un buen tiempo el arraigo le va ganando al desarraigo y las familias fueron encontrando su “lugar en el mundo” en esta gélida, ventosa, pero contenedora isla de cielos grandes, amplias mareas y enormes desafíos. Así, los niños tienen abuelas y abuelos en la provincia, las casas tienen árboles y la gente identificación, amor y compromiso por este suelo, que ya sienten como muy propio. Tal vez por esa nueva relación entre algunos sectores de la comunidad con su suelo, con el mar, con las montañas, los amaneceres y los atardeceres que tiene esta parte del planeta, fueron surgiendo organizaciones y grupos de personas que se organizan para defender el territorio que eligieron para permanecer y proyectarse. En ese trayecto también hubo transformaciones en el sector agropecuario, atendiendo a veces a las necesidades y otras veces condicionados por las circunstancias.
La provincia tiene una población que ronda los 250 mil habitantes, repartidos casi por mitades entre las ciudades de Ushuaia y Río Grande, ésta última supera a la capital fueguina por algunos miles, y unos 10.000 restantes se encuentran radicados en la localidad mediterránea de Tolhuin.
Sin embargo, a pesar de las grandes extensiones de territorio despoblado y de las tierras pertenecientes a diferentes estancias, cercanas sobre todo a la ciudad de Río Grande y que se encuentran improductivas, el costo de los terrenos arranca en los 10.000 dólares y un alquiler promedio tiene un valor mínimo de 450 mil pesos para una familia tipo, con precios mucho más altos en la ciudad de Ushuaia.
Las estancias que ocupan un gran porcentaje del territorio en la provincia se dedican casi exclusivamente a la cría de ganado, en mayor porcentaje bovino que ovino, sin avanzar en otro tipo de producción como podría ser la frutihortícola a través de la producción en viveros u otras modalidades que sí utilizan los pequeños productores.
La actividad ovina ha perdido presencia tanto en cabezas como en cantidad de explotaciones en las que se encuentran. Al observar los resultados por región, se evidencia que prácticamente desaparecieron de la región de cordillera durante el período 1986-2010, con una reducción del 91 por ciento del stock. De acuerdo a los datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la mayor cantidad de los ovinos (89 por ciento) se encuentra en manos del 21 por ciento de los establecimientos (los más grandes).
La provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur se encuentra situada en el extremo más austral del continente americano y tiene una superficie total de 1.002.445 kilómetros cuadrados. Las temperaturas descienden de norte a sur, con excepción de las áreas cercanas al Mar Argentino y Canal Beagle, con una media anual de 9,4 grados centígrados y 1,9 de mínima.
El libro de la Cátedra Giberti —el capítulo sobre la provincia fue realizado por Enrique Livraghi, Emiliano Spontón, Graciela Preda, Marcelo Pérez Centeno y Mercedes Ejarque— señala que se reconocen tres áreas agroecológicas principales: la Estepa Magallánica Fueguina, el Ecotono y la Cordillera o Complejo Andino Fueguino, cada una de ellas con características y posibilidades de producción particulares.
Aproximadamente la mitad de la superficie total de la isla grande es la que ocupan los establecimientos ganaderos en su conjunto, mientras que el otro porcentaje lo conforman áreas improductivas desde el punto de vista pecuario, es decir montañas, ríos, lagos, lagunas y turbales.
Según el último Censo Agropecuario (2018), la superficie destinada a la producción agropecuaria es de 1.080.729 de hectáreas, con una reducción en 91.018 (ocho por ciento) con respecto al censo de 2002. En parte dicha reducción podría explicarse por la creación del Área Natural Protegida, denominada Reserva Corazón de la Isla, en la zona centro de la provincia que antiguamente incluía varios establecimientos dedicados a la ganadería.
Río Grande y la cuestión alimentaria
Hasta no hace mucho tiempo atrás era impensado conseguir carne vacuna en Tierra del Fuego que no fuera congelada (por la falta de producción en la zona) y mucho menos verduras. La producción bovina se fue desarrollando por la decisión de algunos estancieros de reemplazar ovejas por vacas, a raíz del ataque de perros asilvestrados a ovejas y corderos, un flagelo que se fue desarrollando en los últimos años, y luego algunos esforzados productores locales, mediante la construcción de pequeños viveros, se animaron con las primeras producciones de vegetales.
Los últimos datos registrados señalan que, en el año 2002, según el censo realizado en ese momento, la provincia contaba con 522.276 cabezas de ovinos. En tanto el registro de 2018 arrojó una cifra de 339.877; con una reducción del 35 por ciento. En el caso de los bovinos, en 2002 se contabilizaron 29.038 cabezas, mientras en el año 2018 la suma llegó a 36.060, un crecimiento del 24 por ciento.
El municipio de Río Grande hace cuatro años desarrolla políticas para incentivar a los productores locales y promueve la soberanía alimentaria
Francisco “Pancho” Barría es uno de los 300 productores que cultivan en las numerosas chacras instaladas en la margen sur del río, en un terreno de 5000 metros cuadrados. Contó que inició su tarea con siembra al aire libre “como hacían los que nos precedieron, los pioneros”.
“No soy el primero que estoy trabajando en esto. Los pioneros de acá todo el tiempo manejaron su huerta de una forma espectacular. Si bien, es cierto, las semillas por ahí no las ponían muy en práctica, pero sí trabajaban con la huerta, con los recursos que tenían, porque no había invernadero”, repasó.
Hoy produce 24 variedades de papas, acelgas “de tamaños espectaculares”, ruibarbo para producir dulce, coliflores, distintas aromáticas, albahaca y una gran variedad de flores y frutas; en una tarea que asombra a quienes se acercan hasta su chacra; donde además cría porcinos.
Barría se enorgullece de tener una producción “totalmente ecológica que ayuda a una alimentación saludable para nuestros vecinos y vecinas, algo que cada día se valora más como también se destaca la importancia del compre local”.
Con el tiempo, el Estado fue echando una mirada a los esforzados agricultores. El municipio de Río Grande, desde hace cuatro años, desarrolla políticas que intentan incentivar a los productores locales de alimentos y promueve la “soberanía alimentaria” en la zona. En ese marco, se viene acompañando a los productores con financiamiento, con la instalación de ferias periódicas y con puntos de ventas sostenidos por el Municipio.
Según el subsecretario de Desarrollo Productivo y Planificación de Río Grande, Facundo Armas, en el último tiempo 50.000 pollos fueron faenados y comercializados con el Programa RGA Alimentos. También comentó el funcionario que “la temporada pasada se entregaron miles de plantines de 20 variedades de verduras y frutos, a 230 productores de la zona sur de la ciudad”.
Por otra parte, el Municipio asiste a 300 productores con sus programas de fomento productivo, en los sectores frutihortícola, porcino, avícola y pesca artesanal. Según el funcionario, con la incorporación de tecnología y en un trabajo en conjunto con el INTA, se lograron pariciones de animales en época invernal. Señaló que esta temporada se implementará, junto con el INTA y el Senasa, el “sello avícola” que va a permitir que todos los productores de huevos de Río Grande cumplan con requisitos sanitarios y productivos básicos para la comercialización de este producto en las distintas ferias. Y destacó la decisión de impulsar un mercado dedicado a la venta de productos locales en el centro de la ciudad, denominado “Mercado Municipal de Productores Locales Fénix”.
La pesca es todavía una materia pendiente para la comunidad fueguina, más allá del esfuerzo de algunos pescadores artesanales que ofrecen róbalo o pejerrey en la zona norte de la provincia, como así también capturan centolla en la zona sur. Es una actividad que debería tener un mayor acompañamiento, tanto financiero como de capacitación y asistencia, para aquellos que lo realizan gracias al propio esfuerzo.
Mientras las fotografías de grandes pesqueros de distintas banderas se ven invadiendo y saqueando el Mar Argentino en horarios nocturnos, la provincia no termina de desarrollar una actividad que podría ser rentable para los emprendedores locales y generar puestos de empleo.
Petróleo, agrotóxicos e incendios
Entre los grupos humanos que defienden el ambiente se encuentra la organización socioambiental Manekenk. Su referenta, Nancy Fernández, evaluó que Tierra del Fuego está “bastante mejor” en términos ambientales que otras provincias, dado que tiene “una comunidad bastante movilizada y hay un Poder Ejecutivo, en este momento, que es receptivo a los reclamos”.
Aunque señaló que hay iniciativas con las que no acuerdan: “Por ejemplo, el programa de hidrógeno verde. Es un proyecto tiene que ver con el modelo extractivista”. Por otra parte, refiriéndose al proyecto que tiene el Grupo Mirgor, de construir un puerto al norte de la ciudad de Río Grande, advirtió que se trata de “una zona de área protegida, preocupa”.
Respecto al incremento de las exploraciones offshore y el sostenimiento de la industria petrolera en Tierra del Fuego, afirmó que se trata de “una industria que está bastante arraigada”, pero a la vez dijo que “la comunidad es un tanto indiferente acerca de las consecuencias ambientales que acarrea”. En ese mismo sentido, remarcó que la provincia recibe muchos beneficios de la industria petrolera y “quizás por eso no se ha cuestionado mucho su producción”.
En otro pilar del modelo extractivo, destacó también la planta de agrotóxicos que existe en el ingreso a Río Grande: Tecnomyl, que produce glifosato y atrazina. “Venimos analizando la posibilidad que la provincia prohíba la fabricación de agroquímicos, que son productos altamente dañinos para los pueblos del norte y que se fabrican en Río Grande”, señaló.
De la planta de agroquímicos, poco se sabe en la comunidad fueguina, de los controles sobre ella, menos aún.
Otro aspecto relevante son los incendios forestales. “Son de los problemas más riesgosos que tiene nuestra provincia, por la extensión y la importancia de nuestros bosques”, graficó. Después de casi diez años de no padecer ningún incendio forestal de gran envergadura, Tierra del Fuego sufrió uno de los incendios más grandes en la historia durante el verano pasado (2022-2023), con más de 10.000 hectáreas arrasadas.
Tecnomyl produce glifosato y atrazina en Río Grande. De la planta de agroquímicos poco se sabe en la comunidad fuegruina, de los controles sobre ella, menos aún
Fernández denunció el “escaso apoyo que las causas ambientales reciben del Poder Judicial”. Aseguró que hubo “numerosas acciones judiciales que se han llevado a cabo, denuncias civiles, denuncias penales, amparos por intereses difusos, amparos por protección de los bienes comunes y la justicia nunca ha respondido a la altura de las circunstancias y no ha actuado con la celeridad que debería actuar”.
A modo de ejemplo señala que, sobre el incendio de hace más de un año, ni siquiera hay imputados.
El ‘Proyecto Fenix’ llevado adelante por la petrolera francesa Total, la alemana Wintershall y la local Pan American Energy prevé perforar tres pozos, construir una plataforma y un gasoducto
En pleno crecimiento se encuentra la Asociación Comunidad Costera de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur (AeIAS). La organización es parte de la Red de Comunidades Costeras, nació en Ushuaia y todos los días 4 de cada mes se manifiestan tanto en la capital fueguina como en Río Grande en rechazo a la explotación petrolera offshore que se implementa desde hace más de tres décadas en la provincia y que se profundizará con la concreción del denominado “Proyecto Fénix”, que encarnan la petrolera francesa Total, la alemana Wintershall y la local Pan American Energy.
Se trata de un proyecto de explotación, por la vía de perforar tres pozos, construir una plataforma y tender un gasoducto a otra plataforma. Tiene relación con una ampliación de los permisos que tiene la compañía y el año pasado le extendieron las concesiones de la formación hasta el 2041.
En medios nacionales y prensa especializada la iniciativa siempre aparece relacionada con una inversión de unos 750 millones de dólares. Pero existen grandes dudas respecto de la mano de obra efectiva que pueda generar la puesta en funcionamiento de la plataforma, que por estos días ya llegó a la provincia. Sobre todo mano de obra local, que por lo general se ocupa en un porcentaje mínimo y es uno de los grandes reclamos que tiene el sector.
Carla Wichmann, integrante de la Asociación Comunidad Costera de Tierra del Fuego, indicó que por la adecuación a las nuevas reglamentaciones, hubo una convocatoria a una audiencia pública muy limitada, donde solo se pudo dejar comentarios “y no mucho más”. Pareció solo un paso burocrático para intentar evitar una posterior judicialización.
Señaló que cuando hablan de la lucha contra el extractivismo en la provincia rápidamente acude el recuerdo de lo que fue, hace veinte años, la resistencia y el triunfo contra la empresa norteamericana Trillium Corporation (hoy Lenga Patagónica Sociedad Anónima), que pretendía explotar más de 77.000 hectáreas de bosque subantártico para convertirlo en aserrín. Wichmann recordó que también se trataba de una autopista que atravesaba bosques milenarios, mientras arrasaba con sitios arqueológicos y ecosistemas irrecuperables.
El triunfo más reciente se dio contra las salmoneras durante el 2021. La sociedad salió al cruce del intento de instalar una salmonera en la costa del Canal Beagle y se logró el pronunciamiento de figuras del ámbito internacional, inclusive de muchos reconocidos chefs. “La comunidad dijo sí a estas peleas y el ambientalismo en la provincia no es una novedad, no es una moda, tampoco es ecofascista, como algunos funcionarios quieren hacer creer. El ambientalismo en la provincia es parte de la identidad fueguina”, aseguró la integrante de la Comunidad Costera de Tierra del Fuego (AeIAS). “Esta comunidad tiene identidad y tiene memoria. Esta comunidad no acepta la fragmentación impuesta por este modelo en donde el mar es una cuadrícula y la montaña una conquista”, graficó.
(Fragmento del Informe publicado por nuestro corresponsal en Río Grande, José Piñeiro, en Agencia Tierra Viva)
Ambiente
Progreso y litio ¿el fin de un sueño? Entrevista a Patricia Agosto de Be.Pe
Esta semana se conoció la noticia de que la minera china Zijin-Liex en Fiambalá, Catamarca, enfrenta deudas insostenibles, hubo despidos y paralizó su planta de procesamiento. Además fue acusada de maltrato laboral y de género. “Todo llegó de repente y de repente ahora nos topamos como que fue un mal sueño”, declaró una vecina. Una pesadilla que destruyó las fuentes de trabajo locales, tanto turísticas como agropecuarias que provocó manifestaciones en la puerta de la planta a finales de octubre.
Zijing es uno de los principales gigantes mineros del mundo, también en oro y cobre. En Fiambalá se incorporó a un proyecto de Litio que viene teniendo problemas hace rato.
Ya en noviembre de 2022, a partir de diversas denuncias y notas en medios locales, el fiscal federal de Cámara de Tucumán, Gustavo Gómez (con jurisdicción sobre esa provincia, Catamarca y La Rioja) realizó un estudio a pedido del fiscal federal de primera instancia de Catamarca, Santos Reynoso, en la que destacó la existencia de ‘serias irregularidades en el manejo de residuos químicos y el incumplimiento de normas de seguridad e higiene en la planta de procesamiento’. Hizo también mención a “condiciones de explotación y precariedad” de los trabajadores e “irregularidades en materia de seguridad” y agregó que la Asamblea Fiambalá Despierta había denunciado “contaminación de agua y avasallamientos de los derechos de trabajadores y habitantes de la región”.
Tres meses después de ese relevamiento, en enero de este año, los trabajadores de Liex Zijin SA, subsidiaria local de la minera china Zijing Mining, denunciaron incumplimiento del régimen laboral, exceso de horas de trabajo y malos tratos por parte de la empresa. Por ese motivo fueron despedidos 9 trabajadores. Diez meses después, la historia se repite pero más complicada.
Llegamos a octubre con una deuda de 150 millones de pesos y más despidos y denuncias.
Consultamos a la historiadora y educadora popular de Pañuelos en Rebeldía, Patricia Agosto, quien también es miembro de la ONG Bienaventurados los Pobres, de Catamarca, una organización que tiene 40 años de existencia dedicada a trabajar con la economía social y temas relacionados con el extractivismo.
LCV: ¿Qué relación tiene una empresa minera como Zijin con la población de Fiambalá ?
– Los chinos tienen una manera muy particular de insertarse en los territorios. No son igual que cualquier corporación del extractivismo ni del agronegocio. Tienen una manera particular que nosotras definimos en nuestra investigación como de una ‘invasión cultural’ y de una injerencia política muy clara.
Primero, resuelve todos los problemas que tenga la comunidad, porque hay una delegación de parte del Estado, el municipal, el provincial, a que esas cuestiones, esas problemáticas sociales las resuelva la empresa. Después, hay una injerencia que tiene que ver con lo cultural, porque se enseña chino, porque se festeja el Año Nuevo chino, digo, tiene una manera diferente de insertarse en el territorio. Entonces, todo ese proceso ya lo vivieron, ya están terminandoo construcción de la planta, aunque hay una parálisis. Estuvimos en la puerta de la empresa, porque no te dejan entrar, hace 15 días aproximadamente. La empresa está construida, o sea, la planta de procesamiento que está en las afueras de la ciudad está prácticamente terminada. Hay un parate que tiene que ver con muchas cosas: fundamental, el derrumbe del precio del litio a nivel internacional, que ahora este año dio 80% menos de lo que era hace dos años atrás el precio del litio en el mercado mundial. Porque hay exceso de litio, porque claro, todas las potencias del Norte Global se empezaron a desesperar para obtener litio y entonces lo que hay en realidad es tremenda cantidad. No hay tanta demanda como oferta. Esto claramente hizo derrumbar el precio.
Por otro lado, también muchas empresas contratistas, al hacer un parate, en la terminación de la construcción, muchas empresas contratistas ya no están contratadas por Zijin, razón por la cual esto trae como colación todo esto que decía de la disminución de empleo, la ola de despidos. Pero creo que tiene que ver con esa lógica. La empresa ya está instalada, la empresa prometió incluso salarios mucho más elevados, que de hecho lo son, porque la verdad que la mayor parte de la población catamarqueña depende del empleo público y no son enormes, son bastante pequeños los salarios. Entonces, lo que se gana en una minera es mucho, a lo mejor son 400 o 500 mil pesos que nadie gana en Catamarca.
LCV: Tampoco estamos hablando de tanto.
—No estamos hablando de tanto, pero frente a lo que puede ganar un empleado público, quizás más ahora, quizás estoy diciendo cifras que no son actuales. Pero igual, ponele un millón de pesos, no importa, lo que digo es que nadie gana un millón de pesos en Catamarca. Entonces, hay como una atracción hacia ese tipo de empleos. Ahora, lo que pasa con la minería es esto: hay mucho empleo, relativamente, en la construcción de la planta y después lo que ocurre es que la planta se terminó de construir, se deja de contratar mano de obra local y frena la ocupación. El empleo está en manos de chinos y chinas, porque esto se ve muchísimo en Fiambalá.
LCV- Cuándo llegó Zijing a Catamarca?
—La empresa fue comprada por China no hace tanto. El proyecto original de Tres Quebradas, que es el proyecto este de Fiambalá, en realidad estaba en manos de Neo Lithium, que era una empresa canadiense con una subsidiaria que es Liex S.A, que es la misma que hoy es subsidiaria de Sinomach, de la China. Desde el 2016 están en Fiambalá con el proyecto. Fueron poco a poco, vos sabés cómo son estas cuestiones de la minería, primero la exploración, prefactibilidad, etcétera. Y en diciembre del 2021 se hace la audiencia pública a través de la cual se aprobó la fase de explotación de este proyecto de litio.
Nosotras tuvimos la posibilidad de estar en esa audiencia que fue absolutamente monocorde, solo se escuchaban voces favorables a la empresa. En esta audiencia pública, en la que poco tuvo que ver con que se escuchen todas las voces, fue la que dió su ‘aprobación’ al proyecto. A partir de esa audiencia se aprueba la fase de explotación y en enero del 2022 la compra Sinomach, la empresa china. O sea, la condición que se puso para comprar la empresa era que tuviera aprobada en esa audiencia pública la fase de explotación. Entonces, a partir de ese proceso, un proceso largo, se empieza a construir la planta.
No me sorprende nada de lo que pasa con Sinomach. Vivo en una provincia como Catamarca, que es el laboratorio de la megaminería a cielo abierto con el tema de La Alumbrera desde el ‘97. No sorprenden las cosas que ocurren, porque suele ocurrir esto mismo que está pasando. Es decir, la empresa se muestra relativamente amigable, en territorio, resolviendo problemas de la población local, prometiendo empleo directo e indirecto con los proveedores, etcétera. Y la verdad, con un discurso que tiene que ver con “la minería es igual a desarrollo”. Por supuesto, este discurso no es solo empresarial, sino que también es político. Entonces, nosotras hablamos claramente de una alianza estratégica entre el Estado y las empresas para instalarse.
LCV: ¿Quiénes ostentan el Estado en Catamarca? En todo caso, ¿Esto es transversal, el tema del negocio con las mineras, a todas las fuerzas políticas locales o alguna fuerza se enfrenta?
—Hace muchísimos años que en Catamarca gobierna el Partido Justicialista, es decir, ahora gobierna Raúl Jalil. Él se presentó por el Frente de Todos.
LCV: Pero ahora Jalil no está con el Frente de Todos.
—No está porque se acomoda. Viene acompañando las medidas de Milei. Y sinceramente, si vos me preguntás si hay alguna fuerza política en Catamarca que se oponga, te podría decir que desde la palabra quizás algunas, pero primero, hace muchos años que gobierna el Partido Justicialista. Entonces, es difícil saber qué harían, pero los radicales en su momento, que también estuvieron hace muchos años tampoco han sido, siendo gobierno, una voz muy opositora a la minería. Además, sumale a todo esto todo el discurso de la transición energética.
En el caso del litio, es considerado un “mineral estratégico” para las energías limpias, para la supuesta transición energética, que es absolutamente necesaria para reemplazar, digamos, los combustibles fósiles. Pero bueno, nosotros tenemos un debate enorme con ese concepto de la transición energética, porque lo primero que tenemos que pensar es para quién es esa energía, para qué es esa energía, desde dónde se está proponiendo esa transición.
LCV: No hay una mirada social, obviamente, en esa transición energética social.
—Y es muy colonial, si querés, Nora. Porque la realidad es que el Norte Global, lo que hoy llamamos el Norte Global, el Primer Mundo en otro momento, en realidad es una propuesta de transición para ese mundo. Entonces es como que “recuperamos”, revivimos toda la política de la concepción colonial del vínculo entre los países del Sur Global y el Norte Global, diríamos hoy. Porque, ¿qué rol tiene Catamarca o la Argentina en esta propuesta de transición energética? Bueno, proveer los bienes comunes, diríamos, o sea, el litio o el cobre, con la misma lógica colonial de toda la historia, de toda nuestra historia, ¿no?
LCV: Absolutamente, una lógica colonial, en donde además no nos extraña entonces la violencia de género, que los trabajadores sean rehenes de los problemas económicos de las empresas y demás.
—Total. Yo, mirá, lo que te agregaría es que es una lógica, una estrategia que es muy común de cualquier empresa. Es decir, te lo vamos a decir vulgarmente: prometen el oro y el moro mientras están por instalarse en el lugar.
LCV: Supongo que la situación de la gente respecto de esa desilusión debe ser importante también, ¿no? Deben haber comprado el discurso del progreso total.
—Porque además Catamarca es una de las provincias más pobres de la Argentina. O sea, ejemplo más claro que Catamarca para demostrar que la minería no lleva al supuesto desarrollo, al supuesto progreso, es Catamarca, que desde el 97 tiene la experiencia de La Alumbrera. Entonces, digo, más allá de eso, la situación general de la provincia, del país, lleva por supuesto a mucha gente a ilusionarse, por decirlo de alguna manera, con este discurso muy sostenido desde la empresa y desde el Estado, que tiene que ver con que de la mano de la minería viene el desarrollo, viene el progreso. No es lo que muestra Catamarca, porque basta solo mirar las estadísticas sociales de Catamarca y vos te das cuenta que nada que ver con eso.
Ambiente
Palo y palo. El gobierno manda un ‘Escuadrón Contradisturbios” a Neuquén.
La ministra Patricia Bullrich anunció el envío de un “Escuadrón Contradisturbios” de 130 efectivos de la Gendarmería Nacional a Neuquén. Con la colaboración del Ministro de Defensa, Luis Petri, que colaborará con fuerzas de militares, avanzan en la política de ‘protesta cero’ que no le está yendo tan mal según sus propios criterios. Los funcionarios vocean, aquí y allá, que nunca hubo más tranquilidad en la Ciudad de Buenos Aires. Los medios medio amigos sirven de usina para difundir la idea. Los comunicadores y politólogos afines al gobieno resaltan que es un ‘exito’ que ante el ‘mayor ajuste de la historia de la humanidad’ sea uno de los períodos con menos cortes de calle. Entusiasmados con ese análisis, avanzan en una política represiva ante los disturbios que en Neuquén son varios: Vaca Muerta, con sueldos de mala muerte, y muchas muertes obreras. Además, los demonizados Mapuches que tienen la insolencia de considerar que las tierras no tienen otro dueño que su creador, si es que existe, y los primeros que la habitaron pueden considerarse dueños de ese patrimonio de la humanidad.
El acto de lanzamiento del mencionado Escuadrón, no contó con la presencia del gobernador neuquino, Rolando Figueroa, quien expresó su disconformidad en establecer una base de Gendarmería en su provincia con un cuartel que se instalaría en Río Negro.
El conflicto que parece haber despertado un alerta roja en los ministerios de seguridad y defensa fue la muerte de otro obrero en Vaca Muerta. El 9 de octubre, Miguel Fernández, de 40 años, falleció cuando realizaba tareas de rutina en una perforación en Bajada de Palo Oeste. Al conocer la noticia, el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, anunció la paralización total de actividades en protesta por las reiteradas muertes de trabajadores en Vaca Muerta. Bajo el lema “Basta de muertes en el petróleo”, los empleados del sector aseguraron que se trata de la cuarta muerte en lo que va del 2024. En este sentido Marcelo Rucci, secretario general del sindicato, advirtió que “hay un montón de compañeros accidentados y mutilados”. Miguel Fernández, de 40 años, falleció cuando realizaba tareas de rutina en una perforación en Bajada de Palo Oeste. El gremio de la región advirtió que la medida de fuerza es por tiempo indeterminado.
El ‘accidente’ de Miguel Fernández no fue un hecho aislado El caso más emblemático ocurrió el 28 de diciembre de 2021 en la refinería NAO de Plaza Huincul, donde fallecieron 3 operarios producto de una explosión por las desastrosas condiciones en que operaba la misma. Luego, sobrevinieron otras muertes en pozos y rutas, por las condiciones inhumadas de trabajo.
Al conocer la novedad de un Escuadrón antidisturbios en la provincia, que tiene como fin, de acuerdo a lo anunciado, «proteger los recursos naturales» y reducir los bloqueos en zonas estratégicas de producción de gas y petróleo, el sindicato de Petroleros Privados, encabezado por Marcelo Rucci, sostuvo «A los garrotazos el país no va a salir adelante», y mostró su preocupación ante la posible militarización de los conflictos laborales en la región ya que esta medida limita su capacidad de protesta para visibilizar y garantizar las demandas de seguridad laboral y mejores condiciones en los yacimientos.
Ambiente
Planeta Giussani/El fuego y sus memorias
Esta semana, queridos planetarios, solo fuego hubo en mis ojos. Imágenes oníricas y pensamientos flamígeros. La tierra en llamas, almas desesperadas, sirenas y silencio. La memoria que arde, también, en recuerdo de otros fuegos soplados por otros vientos.
Pocos símbolos más fuertes que el fuego. Elemento casi mágico que hipnotiza las miradas, calienta el corazón, seduce y mata. Señor de la luz, dueño de la vida y la muerte. Considerado como un don divino, el sol en la tierra, venerado en casi todas las mitologías. Elegido por muchos para expiar nuestros pecados, purificar el alma, muerte que precede el renacimiento, mediador entre la naturaleza y la cultura, entre el cielo y la tierra. El fuego como advertencia y castigo. Hogueras de brujas todavía ardiendo por el miedo de una sociedad ciega, sorda y muda.
Leo en un excelente artículo titulado “El fuego y su mágico simbolistmo”, escrito por Sofía Gómez en la revista Vagabunda de México: “El fuego es una ensoñación mágica, escurridizo en su estado original. Ha cautivado al humano desde que lo conoce. Es suficiente con apagar la luz eléctrica y encender una vela para sentir su efecto en cualquier espacio y tiempo. La llama, dice Bachelard, es un fuego húmedo, líquido ardiente. Un reloj de arena que corre hacia lo alto. Más liviana que la arena, que se desmorona, la llama constituye su forma como si el tiempo mismo estuviera siempre ocupado.Esta convoca a los sueños de la memoria.”
Una vez más, Córdoba se erige en representación involuntaria de esa simbología. Córdoba, la docta. La iluminada por la luz de la razón. Pero también Córdoba, la del cordobazo que encendió tantos fuegos como pudo y logró derrotar a uno de los mostruos que gobernaron nuestro país. Decía Agustín Tosco de aquellas históricas jornadas: “En las fogatas callejeras arde el entreguismo, con la luz, el calor y la fuerza del trabajo y de la juventud, de jóvenes y viejos, de hombres y mujeres. Ese fuego que es del espíritu, de los principios, de las grandes aspiraciones populares, ya no se apagará jamás.”
Parece que hay fuegos y fuegos, o fuegos y fueguitos, al decir de Galeano. O quizás simplemente ocurre lo que un físico del siglo dieciocho demostró: por más que lo intentes es imposible reunir las llamas de dos velas. Cada quien brilla por sí mismo.
El ya mencionado Gastón Bachelard, filósofo francés del siglo XX, obsesionado por el fuego, escribió un libro titulado “Psicoanálisis del fuego” y otro llamado “La llama de una vela” en donde dice: “La bujía eléctrica no nos permitirá nunca los sueños de aquella lámpara viviente, que con aceite, hacía luz. Hemos entrado en la era de la luz administrada. Nuestro único papel consiste en dar vuelta a una llave. No somos más que el sujeto mecánico de un gesto mecánico. No podemos aprovechar este acto para constituirnos, con legítimo orgullo, en el sujeto del verbo iluminador”.
“El sueño de la razón produce monstruos” pensaba y pintaba Goya entrando a un nuevo siglo. El siglo de las luces, aquel ochocientos en el que creíamos en la luz como el resplandecer de un nuevo mundo. Y un nuevo mundo nacía pero los monstruos no se espantaban con su luz, simplemente crecían al calor de otros fuegos.
En fin, esta semana, queridos planetarios, también hubo humo en mis ojos. Cómo ver la realidad entre tanta niebla?
Mientras en Córdoba la desesperación de una lucha desigual frente al fuego que ya había arrasado miles y miles de hectáreas y se acercaba a las casas de los vecinos que resistían a pura voluntad con la poca agua que tenían a mano, y gritaban frente a las cámaras de televisión “es intencional, es intencional”, y no culpaban a Dios ni al cambio climático, más bien al saqueo de nuestras materias primas que necesita una carretera para llegar a buen puerto, o a negocios inmobiliarios, y señalaban al gobierno nacional y provincial por tanto abandono reclamando la declaración urgente de una “emergencia nacional”; el gobernador de la provincia, Martín Llaryora, sostenía que quienes lo critican “quedan como unos boludos”; y el ministro de Turismo, Medio Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, no hablaba ni explicaba porqué la Ley Bases eliminó el fideicomiso para la administración del Fondo Nacional de Manejo del Fuego y no sólo éso, su presupuesto se había subejectutado, gastando apenas un 25% de lo asignado; y Mercedes Ninci, quien vio cómo su casa de infancia era devorada por el fuego increpaba a la Ministra de Seguridad por la compra de aviones militares y no hidrantes; mientras todo esto ocurría, Milei se paseaba sonriente por Nueva York, tocaba la campana de la bolsa, y se sentía un héroe del anarcocapitalismo global, su ministra de relaciones exteriores, la Sra. Mondino, anunciaba con orgullo que nuestro país votaría en contra del llamado “Pacto de Futuro” propuesto por la ONU como un manifiesto de buenas intenciones para frenar el desarrollo no sostenible y todos los desafíos ambientales y digitales que se nos vienen encima. No, no, no, Argentina será libre y tendrá “alas para volar” twiteó la ministra sin sonrojarse, y agregó con la pomposidad habitual de su gobierno, que en la primera reunión del presidente Milei en Naciones Unidas, “Argentina será un Faro de Libertad”.
Un Faro. Luz cegadora que no le dejó ver lo que cualquier habitante de Punilla, Traslasierra o Calamuchita tenía en claro: “este es un incendio anunciado”. En realidad, desde el 2020 se suceden año tras año estas catástrofes en la sierras cordobesas. Esta fue la más feroz, y lleva semanas expandiéndose.Roberto Schreiner, vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgos de Córdoba expresó su desconcierto: “Tiene una dinámica extraña todo esto y estamos intentando adaptarnos a los cambios”.
En un testimonio tomado por el diario Clarín, un vecino parece tener las cosas más claras y dijo, simplemente: “Hace tres semanas que vienen prendiendo fuego y sabemos que son intencionales. Se quemaron zonas donde quieren construir autovías y donde quieren instalar negocios inmobiliarios. Necesitamos que sea declarada reserva intangible. El bosque nativo hay que cuidarlo”.
Por ahora, la policía detuvo a dos hombres sospechosos de haber provocado los incendios en la zona de Punilla, ya que fueron encontrados con bidones de combustibles en lugar de agua.
Así enfrentamos una nueva semana. Conmovidos por la resistencia de una población que enfrenta una cordillera de llamas que nada tienen que ver con la purificación. Llamas provocadas por seres demasiado terrenales, de magia aquí no queda nada. Sólo queda saber quién está prendiendo el fuego y sobre quienes caerá el castigo.