Hubo un tiempo en que los peronistas eran ‘feos, sucios y malvados’, hoy quieren servir el peronismo sobre un fino colchon de hierbas en algún restaurante Perón Perón. Lo llaman ‘progresismo’. Así arrancó Nora Anchart su editorial del lunes para analizar qué se desprende del discurso de Cristina en Quilmes. Una opinión sobre lo que dijo, pero sobre todo sobre lo que no dijo. “Eligió no meterse en la actualidad más caliente y dolorosa. Una clase abierta para los suyos dejando al resto de la sociedad afuera. Segundos de autocritica muy ligth”. “
“Un acto público donde no se habla de los despidos masivos, ni de Ley Base. Semana de decisiones bisagra ausentes en el discurso de Quilmes. No hubo una línea para el brutal retroceso en el campo de los DDHH o la discriminación. Nada.Una memoria sesgada es olvido”
Mejor escuchala, porque se presta al debate abierto, sin ambigüedades. Tal como debe ser una opinión editorial. Es hora de hablar claro y Nora lo hizo éste lunes.
Recibir con liviandad el aluvión de agravios y la estigmatización del gobierno a todo aquel que piense diferente o realice acciones de protestas amparadas por la Constitución es una irresponsabilidad ¿Puede el lenguaje presagiar acciones a futuro? El silencio de la dirigencia política y los grandes medios de comunicación linda con la complicidad. Nora Anchart reflexiona sobre el peso de las palabras y su uso artero.
16 de septiembre y el aniquilamiento de la Justicia Social.
Fue un 16, y fue en septiembre, cuando los militares argentinos decidieron derrocar a un gobierno democrático. Ocurrió en 1955, tiempos de Perón, quien había inaugurado un concepto político llamado ‘Justicia Social’. Curiosamente, los que asumieron con el fin de aniquilar esa idea absurda de ‘justicia social’ se dieron en llamar Revolución Libertadora. La grieta no es de hoy aunque cambien los modos. Los ‘libertarios’ de hoy, son los ‘libertadores’ de entonces.
Fue un 16, y fue en septiembre, cuando la dictadura militar puso en práctica una operación destinada a aniquilar a un montón de pibes que luchaban por la Justicia Social, la llamaron: “La noche de los lápices”. Estudiantes secundarios, militantes de 16 o 17 años, secuestrados, torturados, asesinados.
Y este 16 de septiembre de 2024 se conocerá como el día en el que entró al Congreso Nacional un presupuesto que tiene como objetivo acabar con esa ‘violenta idea de la Justicia Social’. Así lo señaló el presidente Milei al presentar sus no números para el año próximo. Una idea nefasta para el anarcocapitalismo, ‘justicia social’, tildada por Milei en más de una ocasión como absurda, ignorante, estúpida. Justicia Social! Cuánto atrevimiento de esos nadies que nada saben de economía. Salvajes. Esta vez no fueron necesarios secuestros ni asesinatos en masa. Mucho menos bombas ni militares. Bastaron unos cuantos diputados obscenos que dieron vuelta su voto sin pestañear y medio país que todavía espera que caiga maná del cielo. Los legisladores recibieron el agradecimiento del gobierno: un asadito en Olivos. Parece un precio bajo. Acá hay gato encerrado.
¿De qué se trata esa justicia social por la que tantos lucharon y dieron la vida? Algo tan simple como saldar las desventajas de quien no nació en cuna de oro. En un mundo tan desigual había que levantar la vara de los que no habían logrado subirse al banquito, y mucho menos al Banco.
De esto se trata el editorial de Nora Anchart emitido el 16 de septiembre de 2024, por larz.com.ar
Ups! Lástima, tenía sólo una cortina de fondo. Oído atento el de LatinAutor. Parece que ya no se puede ver en nuestro canal de youtube LCV Historias de Trabajadores. Si te lo perdiste, alpiste. Escuchanos en vivo los lunes de 18 a 20 por larz.com.ar .