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Senectus mundi. Demencia senil y nihilismo atómico, por Franco ‘Bifo’ Berardi

Si el fascismo del siglo XX fue la agresión depredadora de jóvenes que albergaban la ambición de conquistar el mundo, de someter a los pueblos, el fascismo del siglo XXI es el fascismo de viejos enfurecidos por su propia impotencia.

Hemos visto a los dos flácidos gladiadores destrozarse como perros de pelea exhaustos para deleite de millones de espectadores, que además tienen que decidir cuál de los dos merece ser el presidente de una nación que lleva mucho tiempo mostrando claros signos de descomposición moral, psíquica y política.

Uno de los dos es un violador en serie, mentiroso compulsivo, empresario fracasado y estafador; el otro es un asesino genocida. No me gustaría estar obligado a elegir, pero por suerte no soy estadounidense. En los últimos tiempos, nos hemos acostumbrado a presenciar en directo tales y tantos espectáculos de horror y crueldad (la matanza de inocentes en Palestina, la tortura de todo un pueblo por las bestias sionistas, la matanza de jóvenes ucranianos y rusos, el ahogamiento de inmigrantes arrojados al mar por las diversas guardias costeras, el asesinato de trabajadores agrícolas empleados sin contrato…), que la consternación que siento ante el último espectáculo de crueldad ofrecido por la mediateca mundial puede parecer estúpida: la exhibición de un duelo entre dos viejos por los que parecería imposible albergar un sentimiento de piedad. Y, sin embargo, al contemplar los tartamudeos de ese viejo de 81 años, confuso y vacilante, y al presenciar las muecas de burla de ese otro viejo de 78 años, prepotente e ignorante, sentí (también) piedad. ¿Se puede sentir piedad por un criminal que suministra armas al genocidio sionista, se puede sentir piedad por un violador en serie que predica el exterminio de los migrantes en la frontera? Los odio a ambos en tanto que máximos representantes de la democracia estadounidense. Sin embargo, sentí piedad por ellos en tanto que viejos.

En la voz exánime de Biden, reconocí el enronquecimiento triste de mi propia voz. Tengo 75 años y veo en mí todos los signos del sufrimiento inconfesable, que experimentan los hombres blancos en el mundo entero: el declive de la fuerza física, el debilitamiento de los sentidos y de la voz, el inexorable desvanecimiento de la mente. No se habla de la vejez salvo con vergüenza e hipocresía. El respeto por los viejos es una muestra del desprecio que todo joven siente por quienes ostentan un poder que ya no dispone de un cuerpo, sino sólo de técnica. No se habla de ello y, sin embargo, el envejecimiento del mundo blanco occidental es el tema político más importante sobre la mesa.

Por razones de corrección política y de comprensible pudor, el envejecimiento es difícil de analizar: el propio Freud prefirió no ocuparse de sus aspectos psíquicos. En cambio, un autoanálisis del envejecimiento es hoy una tarea prioritaria del psicoanálisis, pero también del pensamiento político. No comprenderemos la ola reaccionaria mundial sin reflexionar sobre la senectud. Los movimientos culturales y políticos del siglo XX expresaron la energía juvenil de una población en expansión rapidísima en la que el componente juvenil constituía la gran mayoría. El futurismo de los movimientos culturales y políticos del siglo XX era la expresión de esta composición generacional: la expansión era una condición biopolítica antes que económica. A partir de cierto momento dos fenómenos concomitantes modificaron radicalmente la composición generacional: la prolongación de la duración de la vida y la drástica caída de la natalidad durante las últimas décadas. Si el fascismo del siglo XX fue la agresión depredadora de jóvenes que albergaban la ambición de conquistar el mundo, de someter a los pueblos, el fascismo del siglo XXI es el fascismo de viejos enfurecidos por su propia impotencia y, al mismo tiempo, aterrorizados por el avance implacable de masas jóvenes ávidas de venganza.

La impotencia es el núcleo del fascismo actual y no tiene importancia que los racistas de hoy sean también votados por votantes jóvenes. Son jóvenes viejos, psíquicamente frágiles: la civilización blanca dominante agoniza tanto por razones demográficas (un tercio de los habitantes de Europa tiene más de 60 años) como por razones psicopolíticas: depresión, adicción a los psicofármacos, dependencia de la máquina semiótica que absorbe toda emoción y toda energía. Una senectud rabiosa y, por consiguiente, demente se cierne sobre el horizonte de un siglo que acaba de empezar y que ya agoniza, y esta senectud trae la muerte para todos, porque los viejos odian el mundo que podría sobrevivirles. Por eso lo destruirán, por eso ya lo están destruyendo.

En su libro sobre la obsolescencia del ser humano, Gunther Anders (que cada día se antoja más como el gran pensador de nuestro posfuturo) observa que la técnica es el sustituto del poder humano y que la bomba atómica es el culmen de este subrogado del poder. La raza dominante, blanca y occidental, está furibunda ante su impotencia para gobernar la complejidad ingobernable del mundo global. Si la inteligencia artificial es el sustituto estúpido y emocionalmente paralítico de la pérdida de capacidad de pensamiento por parte de los seres humanos, la bomba nuclear es el sustituto de la potencia viril perdida de la raza dominante. Por ello no escaparemos a la maldición final, porque la raza dominante, como Sansón y como Netanyahu, decidirá exterminar a los jóvenes, cada vez más asustados, cada vez más incapaces de autonomía y de revuelta.

Esta raza de impotentes hiperarmados, la raza infame de Biden, Trump, Netanyahu y Putin, utilizará la única potencia de la que dispone: la potencia de aniquilarlo todo.

Publicada el elsaltodiario.com el 4 de julio de 2024

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Amplia convocatoria para marchar el próximo miércoles contra el veto presidencial.

A pesar de los pronósticos, la CGT, por ahora, se dobla pero no se rompe. Algo parece estar cambiando a pesar de la larga la tradición de rupturas en la principal Central Obrera argentina. Desde los años 60 hubo largos períodos de coexistencia con dos conducciones simultéas de la CGT en distintas sedes. Sin embargo, los gremios más combativos -disidentes de los pesos pesados de la CGT, llamados también ‘gordos’- hoy parecen decididos a no abandonar el espacio mientras sigan haciendo lo que consideran más beneficioso para sus gremios. Con la condescendencia de la misma CGT que prefiere evitar los encontronazos con propios y ajenos.

Por su parte, la CTA, dividida desde hace años en CTA Autónoma y CTA de los Trabajadores, también cayó bajo la seducción de la unidad. Desde hace tiempo que andan recociliándose, y ya no es raro verlos haciendo acciones en común. Días atrás practicamente se selló la unidad en la provincia de Buenos Aires luego de un encuentro entre Oscar de Isasi y Roberto Baradel, dos referentes provinciales históricos de ambas corrientes quienes mostraron la decisión de caminar juntos. Así lo expreso el Colo de Isasi: “Este reencuentro de las dos mesas ejecutivas, nace del esfuerzo de construir unidad en la acción de las dos CTA, para procesar las diferencias de manera constructivas y de una voluntad de construir un camino común. En esta reunión se expresa no solo la voluntad de resistir, sino de protagonizar el proceso político”.

La convocatoria a una movilización para el próximo miércoles 11, en contra del decreto presidencial a la Ley de Movilidad Jubilatoria, puede verse como la representación de una nueva corriente sindical, aún manteniendo la propia identidad. Ya son muchas luchas en las que se los vió juntos. Ellos son: el Frente Sindical de Pablo Moyano, la Corriente Federal de Palazzo, las dos CTA de Cachorro Godoy y Yasky, y la UTEP de los movimientos sociales de la economía popular.

En una conferencia de prensa en la sede de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (Apsee),  habían anunciado una movilización para el jueves de la semana próxima. Sin embargo, ante la sesión prevista en la Cámara de Diputados, adelantaron un día la convocatoria: “Ante el posible tratamiento en la Cámara de Diputados del decreto presidencial que veta la Ley de Movilidad Jubilatoria, la jornada de movilización originalmente pautada para el jueves 12 de septiembre se adelanta al miércoles 11 de septiembre. La concentración se realizará frente al Congreso Nacional a partir de las 13:00″, explicaron.

La presencia de Pablo Moyano en dicha conferencia -mientras los sectores más dialoguistas de la CGT mantienen negociaciones con el gobierno- no pasó inadvertida. Fue el propio líder camionero que explicó que los gremios cegetistas que participarán de la marcha del miércoles lo harán de manera independiente, y que la CGT no convoca de manera oficial:  “Para eso debe haber un debate en el Consejo Directivo”, afirmó. Con curiosa prudencia, a pesar de que muchos están pidiendo un nuevo paro general, Moyano sostuvo que por ahora no es el momento: “Esa decepción y angustia que vive la gente hace que no haya esa efervescencia como para ir a la calle o a un paro general. Creo que se va a ir dando con los aumentos permanentes de los servicios, de las tarifas y de lo que está pasando, pero hay una cierta angustia de la gente de querer proteger su trabajo y no salir, y ver hasta cuánto aguanta”

Por su parte, Hugo «Cachorro» Godoy, secretario general de la CTA Autónoma, afirmó que ante las medidas del gobierno que violentan al Congreso y a los jubilados, las organizaciones convocantes han “ratificado la decisión de unidad del movimiento de trabajadores y trabajadoras en la Argentina.” Para Godoy los decretos ya son una práctica habitual en el gobierno y puso como ejemplo el debate que se “está dando en el Congreso por el financiamiento universitario y que también el presidente de la Nación está amenazando con vetar, en caso que sea aprobado”.

Las declaraciones del resto de los participantes fueron en el mismo sentido. Sergio Palazzo, advirtió que «si los diputados no lo rechazan, tendremos la oportunidad de señalar a los traidores» y Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Trabajadores invitó a movilizarse “a cada uno de los argentinos que quiere vivir en un país donde se respete a los niños, donde se respete a los ancianos, donde se respete a los trabajadores».

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Después de una semana de huelga, los aceiteros volvieron a brillar

El 5 de agosto de este año, el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) y de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) iniciaron un paro por tiempo indeterminado que paralizó las exportaciones en el Gran Rosario. La huelga duró 7 días y fue levantada para acatar una conciliación obligatoria de 15 días dictaminada por la Secretaría de Trabajo. La medida de fuerza era en reclamo de un 25% de aumento que se sumaba al 77% recibido hasta la fecha, para contrarrestar la quita por impuesto a las ganancias. La patronal ofrecía un 12% en agosto y un 5% en setiembre.

Los exportadores levantaron la voz frente a la huelga que mantuvo más de 40 buques a la espera cerca de los puertos de las provincias de Santa Fe y Buenos Aires para poder cargar mercadería y destacaban que eso significaba una pérdida de US$ 25.000 y US$ 35.000 diarios. Hablaron de irresponsabilidad por hacerle perder al país millones de dólares, mientras mantenían su oferta.

Terminada la conciliación obligatoria, la intransigencia de los cerealeros se desmoronó ante la posibilidad de que se volviera a la huelga. Comenzaron las negociaciones que se cerraron ayer con un éxito contundente de los trabajadores. Una vez más, a fuerza de convicción y lucha, los aceiteros del país le torcían el brazo al gobierno firmando un acuerdo paritario aún más beneficioso de los reclamos iniciales.

En el día de ayer se firmó un acuerdo con las cámaras patronales CIARA, CIAVEC y CARBIO por un aumento adicional del 26%, llevando el sueldo inicial a $ 1.562.655, lo que significa un incremento del 122% en lo que va del año. Y reabrirán paritarias en diciembre.

Frente a la embestida del gobierno que aspira a mantener una suerte de congelamiento salarial con paritarias que no excedan el 2% mensual, ya que consideran que han logrado bajar la inflación, esta nueva victoria aceitera vuelve a ser una luz en el camino.

«Esta conquista histórica se obtuvo por la fuerza y la conciencia de las y los trabajadores, por la unidad y solidaridad entre ambas organizaciones gremiales. Y se agiganta por el contexto en que se consiguió: ante la ofensiva total del gobierno nacional sobre todos nuestros derechos laborales, sindicales, salariales y democráticos, de igual manera se logró el objetivo», festejaron en un comunicado.

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Represión a judiciales, quince heridos y varios detenidos

Tal como nos adelantara Julio Piumato entrevistado la semana pasada por La Columna Vertebral, hoy estaba convocado un banderazo pacífico en el Palacio de Tribunales en reclamo de aumento salarial. De forma intespestiva, La Policía Federal, bajo la dirección del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich, comenzó a reprimir a los manifestantes con empujones, golpes, gas pimienta, gases lacrimógenos y balas de goma. La embestida policial tuvo un saldo de 15 heridos, entre ellos el propio Piumato quien relató ante las cámaras de televisión:

Julio Piumato, quien resultó herido durante la represión, relató lo ocurrido a C5N: «Hoy hacíamos una protesta porque todavía no tenemos recomposición de julio y agosto, un banderazo en el interior del Palacio de Justicia para evitar la confrontación en la calle con esta provocación que hace la ministra de Seguridad. Cuando finalizaba la protesta y salíamos a la calle, cosa que no demoró más de 5 o 7 minutos, nos vinieron a empujar. Fue una provocación que precedió a una represión injustificada. Me acerco para decirles que paren, que ya nos estábamos yendo, y ahí me tiran con gas pimienta en la cara. Empezaron a tirar a mansalva. Un verdadero disparate porque era una protesta pacífica», subrayó Piumato, quien señaló que hasta el momento se desconoce el número exacto de detenidos.

De inmediato, la CGT difundió un comunicado repudiando la represión a los trabajadores judiciales, tal como había hecho la semana pasada ante la indignante represión a jubilados:

“Desde la CGT nos solidarizamos con la organización hermana de judiciales (UEJN) por la represión que en el día de hoy desplegó la policía de Bullrich sobre la manifestación que realizaban los compañeros en el Palacio de Justicia en reclamo de la recomposición salarial adeudada. Conocemos la tradición pacífica y sostenida del sindicato en defensa de sus representados, por lo cual resulta indignante la represión desatada, sin haber mediado provocación alguna por parte de los trabajadores. Mientras la policía de Bullrich se dedica a reprimir a trabajadores y jubilados, a los que se les ofrecen aumentos negativos, los verdaderos delincuentes caminan tranquilamente por las calles”.

El comunicado finaliza exigiendo que la Ministra Patricia Bullrich “responda por semejante manejo de las fuerzas a su cargo.

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