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Entrevistas

Julio Piumanto: Martínez De Hoz, Cavallo, Menem, De la Rúa y Macri, hablaron de libertad. Una libertad que provocó solo inequidad”.

Mientras el gobierno abría un compás de espera para continuar el ‘diálogo’ con sindicatos y empresario dentro de 10 días, el boletín oficial publicaba la reglamentación del impuesto a las ganancias de los salarios sin ninguna modificación. La CGT reiteró que cada sector damnificado estaría libre de presentar un recurso ante la justicia mientras estudian la posibilidad de hacer un reclamo general.

Tal como ya lo habían anunciado varios gremios, Camioneros, Portuarios, Aeronáuticos, Bancarios y Aceiteros, entre otros. Ya fueron presentadas a Tribunales las apelaciones de varios sindicatos. Sergio Palazzo de la Bancaria acudió ayer a la justicia, al igual que Carlos Wechsler, de Adimra. Los sucedió el representante de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN)Julio Piumato, “invocando derechos de incidencia colectiva y frente a la violación del principio de legalidad en materia tributaria”.

El pasado lunes, Nora Anchart entrevistó a Julio Piumato, actual Sec. Gral de DDHH de la CGT, en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores que se emite por larz.com.ar los lunes de 18 a 20hs. En medio de este complejo panorama de un gobierno que se declara ‘libertario’ la charla giró en torno al concepto de libertad, libertad que también esgrimía Martínez de Hoz. La cárcel a los genocidas y el terrorismo de Estado fueron parte de la conversación. A pesar de que UEJN participa de las mesas de diálogo propuestas por el gobierno, su líder no parece muy convencido sobre cómo van las cosas.

Julio Piumato 22/7/2024:

LCV: ¿Para vos qué significa en nuestro país hoy la palabra libertad?

—Libertad significa lo mismo siempre. Libertad es poder ejercer todos tus derechos. Nosotros siempre decimos que cuando hay parte de la sociedad que no tiene posibilidad de ejercer su derecho ni vivir con dignidad, no tiene libertad. Tiene libertad de morirse de hambre, como dijo una persona del gobierno. Pero libertad es un valor muy profundo del ser humano y de las comunidades, porque tiene que ver con eso, con el acceso a una vida digna de conjunto, el poder elegir, el poder optar, el tener libertad. Lo que pasa es que el concepto libertad muchas veces se ha asimilado a la fuerza, digamos, al interés del más fuerte. Son los poderosos que quieren libertad para para oprimir a los más débiles. La libertad tiene que tener un valor más universal. Hay libertad cuando todos pueden pueden ejercer sus derechos, y no cuando solo los pueden ejercer los más poderosos.

LCV: La libertad del zorro en el gallinero no es libertad, y la libertad que proclama el actual gobierno nacional me parece que tampoco.

—Obvio, no, pero ellos son libertarios, van más allá de la libertad, digamos, una libertad muy especial. Porque fíjate que por un lado dicen libertad y por el otro lado, es para proteger los derechos de los poderosos, como pasó siempre en todo, o por lo menos si nos ponemos a ver en los periodos similares a estos que estamos viviendo, siempre el concepto de libertad se asoció a los poderosos. Planteaban la libertad y la no regulación en las cuestiones que tenían que ver con los sectores más necesitados de la sociedad, y en cambio regulaban cuando estaban en juego sus propios intereses. Es decir, hay un contra sentido.

LCV: Es muy particular el momento en el que estamos viviendo, porque los libertarios y todas las derivaciones de la palabra libertad, me parece que en este momento tienen un uso y abuso muy impresionante y sobre todo una gran careteada. Me parece que es una gran hipocresía.

—Una distorsión. No es una libertad. La libertad no es que esté todo igual. Jauretche decía algo bien: igualémonos y después corremos, ¿no? Estemos todos en la misma condición.

LCV: Yo me acuerdo haber hecho una nota una vez a un excombatiente de Malvinas, que está registrado en un documental mío, que se llama Regístrese, comuníquese y archívese. El excombatiente decía algo así como sí, todos somos iguales, todos somos iguales, todos tenemos la misma libertad. ¿Ahora, sabes qué? Vos arrancas corriendo las millas de Le Mans y yo estoy con un monopatín.

—Tal cual. Esa es la realidad. Por eso el concepto de libertad es un concepto muy profundo, no como la utiliza muchas veces los liberales y mucho más estos libertarios. Pero vos fíjate que con este tema de la libertad hay muchas similitudes, para no ir mucho más atrás en la historia argentina, pero si vamos al periodo de la dictadura genocida de Martínez De Hoz, si vamos a al periodo de Cavallo con Menem o un poco De la Rúa también, si vamos al periodo de Macri, los cuatro hablaron de libertad. Y lo que generó esa libertad es que la distribución del ingreso fuera mucho menos equitativo.

LCV: Claro, ahí estamos hablando de libertad de mercado, ¿no?

—Mercados son interés, son grupos económicos. Son los grupos económicos poderosos, tanto económicos como financieros, más que nada. Entonces vos con la libertad a esos grupos le estás dando le estás dando navaja a un mono.

LCV: ¿La sociedad nuestra se puede ver amenazada frente al pedido de libertad o de libertad de prisión domiciliaria de los genocidas que tienen totalmente probadas sus causas y demás? ¿Cómo se siente protegida y cuidada su libertad una sociedad cuando los diputados que votó y eligió van a visitar a los violadores de las libertades públicas, individuales, colectivas y toda la lista que se te ocurra para tratar de alivianar su situación procesal?

—Nosotros sacamos un comunicado de derechos humanos de la CGT. Creo que acá el problema dramático que tenemos, que también los sectores del gobierno que reivindican esto y esos diputados que fueron a ver a los genocidas, ellos vuelven al esquema de que acá hubo una guerra entre dos facciones: una que tenía el Estado, que era la fuerza armada o de la dictadura genocida, y otra las organizaciones militares llamadas subversivas. Esto no es verdad. Acá el golpe de la dictadura no se hizo para eliminar la violencia que se venía desarrollando en la Argentina de uno y otro lado, sino vino para imponer un programa económico, un cambio de paradigma de país, salir del Estado de bienestar que había generado el peronismo y que llevó a los niveles más altos de dignidad en todas las variables socioeconómicas que conozcamos en la historia argentina. Entonces, decidido acabar con eso, dan el Golpe de Estado. Y te doy dos elementos que por eso muchas veces también desde los discursos oficiales y todo, no oficiales de este gobierno sino los anteriores, también se desvirtúa esto. Te voy a plantear algo concretamente. Yo siempre dije y vengo diciendo que es más importante para la dictadura que el comunicado número uno del 24 de marzo, es el discurso de Martínez De Hoz, el 2 de abril. Ahí queda claro que los militares no vinieron a acabar con la violencia o el enfrentamiento armado que cuestionaba y etc, todo lo que es el discurso de los que pretenden reivindicar esa época, sino que vino a cambiar la historia, la raíz de la historia argentina. Él lo dice bien cuando empieza: venimos a dar una vuelta de página de la historia argentina estatista, ta, ta, ta. Es una declaración de principio brutal de Martínez de Hoz. Y ahí vino lo que vino. Cuando hizo eso, y acá hubo una resistencia heroica del movimiento obrero, heroica, por eso desaparecieron secretarios generales como Smith, como Salamanca en Tucumán, como Di Pasquale en el sindicato de farmacia, es decir, fueron todos golpe y de ahí para abajo, impresionante. Si sumamos a los encarcelados, a los torturados, a los perseguidos, a los despedidos, son centenares de miles de argentinos, la mayoría proveniente del movimiento obrero que sufrieron las consecuencias directas de la represión. Son los dos elementos fundamentales. El discurso de Martínez de Hoz y después la orden de batalla. Yo no sé por qué no se habla de eso. Porque la orden de batalla de abril del 77 del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, que firma el jefe del Estado Mayor, que era en ese momento el general Viola, que fue encontrada en el año 84 en un cuartel de Villa Martelli, desgrana claramente que el objetivo de la represión, dice que acá no es problema la subvención armada, que acá el problema es garantizar el éxito del plan Martínez de Hoz. Entonces el centro de la represión tenía que estar dirigido al movimiento, a frenar o a bloquear, a neutralizar, es una palabra que usa mucho en ese documento, la resistencia obrera y la resistencia de las organizaciones sindicales. Y ahí hace con esa propiedad que tienen los militares de ser bien específicos, bien detallistas, pone toda la forma de neutralizar, todas las maneras de neutralizar que plantea esa orden de batalla, que es la vía para actuar.

LCV: A mí me parece hoy que tu mirada es muy importante para que venga al 2024 y le digamos a la gente lo que significa que los diputados que han sido votados para legislar y lo que fuera, vayan a buscar la libertad o un abonamiento de la prisión de personas que cometieron no solamente lo que vos acabas de contar en tanto herramientas del terrorismo de Estado, sino además físicamente habían sido responsables de torturas y demás. Necesito que tu lectura se ponga acá y le hable a un pibe de 19, 20 años que no entiende por qué nosotros estamos tan en contra de que representantes, no me importa si son de La Libertad Avanza o de donde sea, por qué el espectro gremial, por qué el espectro político, por qué los diputados de otras expresiones políticas y demás están en contra de ese acercamiento a lo más oscuro y aberrante de nuestra historia.

—Pero tenemos que empezar de ese análisis, porque ¿cuál es la lógica de los que pretenden reivindicar? Esos que están presos no son no son genocidas, herramientas de terrorismo de Estado para reprimir al pueblo, sino son gente que se jugó por la Argentina y enfrentó al otro bando que la subversión armada, como la llaman ellos, ¿me entendés? En esa lógica muchos se pueden confundir ¿por qué hay una doble vara? como dicen ellos, pero esto no fue así. Acá el terrorismo de Estado fue una dictadura que reprimió masivamente al pueblo para aplicar un sistema económico que cambió de raíz la historia de la Argentina para mal. Entonces, eso es lo que tienen que tener los jóvenes. Por eso tenemos que decir que no, porque ahí hay también responsabilidad. Porque yo lo dije, siempre está bueno juzgar y condenar a los militares genocidas, porque los militares genocida pero yo no pienso que eran una manga de locos. Ellos lo hicieron dentro de un plan estratégico para cambiar las bases de justicia social de la Argentina.

LCV: Pero ahora lo lograron a través de los votos y lo quieren consolidar en este hermanamiento. A mí me parece muy terrible. Y me parece que además hace falta ser más contundente con la opinión de las consecuencias en una democracia tan endeble como la que tenemos de este tipo de cosas.

—Nosotros llegamos a esto por errores de los que nos gobernaron antes. Una de las cosas que yo siempre critiqué en estos años fue la visión sesgada de los derechos humanos. Porque vuelvo a decir, no fueron unos locos genocidas, unos locos asesinos que salieron a matar, a perseguir gente y matarlos, sino que fue un plan para cambiar las bases de la Argentina. Entonces, yo lo que siempre crítico y nunca pude entender es por qué juzgamos a los genocidas, que es un tema imprescindible para la convivencia democrática en la Argentina, pero siguen vigentes las leyes para aplicar las cuales esos genocidas hicieron lo que hicieron. Yo digo, ¿Cómo puede estar después de 41 años de democracia vigente la ley de entidades financieras de Martínez de Hoz? Que los jóvenes sepan que hasta ese momento el ahorro de los argentinos tenía dos objetivos, que era el sistema del peronismo de Perón, el sistema que rigió hasta el 76, que era financiar el consumo popular que genera mayor dignidad para la gente para que pueda vivir dignamente. Pero además mueve la economía, es el círculo virtuoso de la economía, que es mayor salario, mayor consumo, mayor consumo, mayor producción, mayor producción, más empleo, que estaba para eso. La otra parte para la inversión pública, que era la herramienta del desarrollo productivo del país. Por eso estaban los planes quinquenales, después fue el plan trienal del 73, tenía todo un sentido.

LCV: Hay que construir un mensaje para la enorme cantidad de gente joven que votó a los libertarios sin tener idea de lo que está votando.

—Mucha gente lo votó en contra de lo que estaba pasando. Uno de los errores de los que nos gobernaron en estos últimos años con la bandera de los derechos humanos, es haber sesgado en una realidad que no era la principal. Digamos, haber abonado el tema que los buenos eran los que levantaban las armas contra los malos, y los malos eran los que reprimían a los que levantaron las armas. Acá el problema no fue eso, acá el problema fue que hubo una dictadura genocida donde usaron las herramientas del Estado para reprimir al conjunto del pueblo y cambiar las bases de una legislación justa. Hay que abonar la historia para entender, porque si no quedamos en un Boca River constante.

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Alcides Araya y ‘la cruzada para mantener vivo el cine nacional’.

A pesar de los pesares, la cultura resiste, crece, se difunde. Este es el caso de Alcides Araya, director del documental histórico “El Último Guerrero”. Una producción que rescata el testimonio de Eufrasio Videla, el último soldado que participó de la gesta del General San Martín.

El último guerrero fue realizada con subsidio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) en 2019 y se estrenó este año en Mendoza y ahora llega al Gaumont. Una mirada fresca y contemporánea sobre hechos históricos a través de un meticuloso trabajo de investigación y producción. “Eufrasio Videla fue uno de los primeros registros cinematográficos en la provincia de Mendoza. Entonces la primera tarea que se nos ocurrió fue buscar ese material de cine. Estuvimos mucho tiempo tras él, investigando. Incluso aprendimos de que desde el 1890 al 1920 aproximadamente, la mayoría del material estaba firmado con cloruro de plata y que se incendiaban muchos estudios a causa de eso. Muchas películas se perdieron en Argentina en esa época.” Una búsqueda que parecía imposible pero que finalmente se convirtió en un documental gracias a la pasión y el profesionalismo de sus autores.

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AEFIP: Hablemos de Justicia Fiscal. Debate abierto.

En ocasión de llevarse a cabo el primer Congreso Tributario Internacional, La Columna Vertebral dialogó con Federico Ledesma, Secretario de Asuntos Sindicales de AEFIP, quien participará del mismo para ofrecer una mirada sindical. Lejos de considerarse un tema exclusivamente técnico, la política impositiva tiene distintas vertientes y miradas contrastantes. Y es justamente allí en donde se juega una pulseada sobre el rol del Estado ¿Cuál es el modelo de Milei? ¿A quién favorece? ¿Existen alternativas? Son los trabajadores de la AFIP organizados gremialmente quienes están llevando adelante un debate que merece ser escuchado. Un sindicato abierto a discutir el modelo y buscar una tercera posición entre liberalismo y keynesianismo: ” Nosotros vamos a desarrollar el concepto de justicia fiscal. Estamos tomando cosas que maneja hoy en día la iglesia, cosas del peronismo, históricas, que hay que recuperar, siempre pensando que el pacto fiscal es el corazón del pacto social como dice su Santidad.” Una agenda de debate que va desde el achicamiento del Estado a los paraísos fiscales o los impuestos por daño ambiental.

LCV: Esta semana se va a llevar a cabo el Congreso Tributario Internacional. Contame de qué se trata.

—El congreso está organizado por el CEDEAM, que es el Centro de Estudios del Ambito Metropolitano del AMBA, que se desarrolla en la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas. Ahí lo conducen un par de compañeros, Raúl Sánchez y Patricia Aragón Reyes, y ellos están haciendo este primer Congreso Internacional donde hay una serie de paneles para discutir coparticipación federal, rol de la administración tributaria, agenda 2030 y algunos temas más. La idea es hacerlo en un par de días, con paneles de cuatro o cinco personas, intervenciones cortas y participación de los asistentes. Hemos sido invitados a participar en uno de ellos específicamente el rol de las administraciones tributarias.

LCV: ¿No es el rol del sindicalismo en este caso?

—No. Es el rol de las administraciones tributarias y nosotros de algún modo vamos a tratar de llevar nuestra perspectiva sindical.

LCV: ¿Cómo?

—Un poco lo que nosotros estamos queriendo plantear es justamente empezar desde el principio la discusión. Lo que decimos es que en principio hay que definir desde donde uno piensa el rol de una administración tributaria. Ahí lo que estamos planteando es que no existe, contradiciendo lo que habitualmente se dice, una verdad técnica sobre la funcionalidad que tiene que tener una administración tributaria, sino que ese rol siempre se define en un marco conceptual e ideológico. Entonces, nosotros ahí lo que pensamos es que hay muchos detalles, hay muchas variantes, pero básicamente en occidente hay dos grandes marcos conceptuales en los cuales se definen las administraciones tributarias, que son el liberalismo y el keynesianismo. Establecemos ahí algunas características, algunas sugerencias que suelen hacer los organismos internacionales que son principales voceros del liberalismo, pero también encontramos otras sugerencias, otras ideas y otros planteos que hacen otros organismos también con una perspectiva un poco más keynesiana. Estamos tratando de resumir estos dos aspectos, encontrar una tercera mirada, tomar lo mejor de cada una de estas perspectivas y pensarlo desde una mirada nacional argentina.

LCV: ¿El liberalismo y el keynesianismo están hablando de hacia quién beneficia la recaudación tributaria? ¿Un poco es ese tema de cómo se utilizan los fondos recogidos?

—A nosotros siempre nos hacen una discusión basada en una supuesta verdad técnica. La técnica no se discute. Lo que pasa es que lo que nosotros decimos que ¿El liberalismo siempre de qué te habla? Te habla de eficiencia en el gasto, profesionalización, simplificación, etc. ¿Ellos qué están hablando? Están hablando de que quieren un Estado chico, simple y barato, por decirlo de alguna manera. Pocos impuestos, poca intromisión del Estado en la economía, porque el concepto básico es que el Estado disfuncionaliza la economía, molesta en el desarrollo económico del santo mercado. Entonces el Estado tiene que ser lo menos presente posible. En ese sentido, obviamente eso se despliega en políticas concretas, el achicamiento del Estado, el despido de personal, el cobro de impuestos más que nada al consumo, a los trabajadores, y la reducción de los impuestos a las grandes empresas, a las rentas. Ese es el modelo de Milei.

LCV: ¿Qué dicen los keynesianos qué dicen?

—Tienen una mirada del Estado que tiene que ser activo en la economía, sustentador del desarrollo. Ahí tenemos la CEPAL, incluso a veces algún que otro documento del Banco Mundial, la ONU, etc. Obviamente ahí se habla del combate a la ilusión, a los paraísos fiscales, la capacidad fiscalizadora y participar activamente como actor económico. El concepto es que el Estado es un actor fundamental de la economía, y por ende, de ahí para abajo, obviamente la administración tributaria también tiene que ser activa, fiscalizadora, reguladora.

LCV: Presente y con trabajadores calificados y muy bien pagos.

—Desde nuestra perspectiva, consideramos que algunas cosas son interesantes, pero nosotros pensamos más que nada en que los trabajadores tienen que tener un rol activo en políticas que sustenten el desarrollo. Acá hay que discutir el desarrollo.

LCV: Esa sería la postura que lleva la AEFIP, una tercera posición que se parece bastante al peronismo, pero que tiene componentes de industria nacional y desarrollo.

—Sin duda. Nosotros vamos a desarrollar el concepto de justicia fiscal. Estamos tomando cosas del neudato, cosas que maneja hoy en día la iglesia, cosas del peronismo, históricas, que hay que recuperar, siempre pensando que el pacto fiscal es el corazón del pacto social como dice su santidad.

LCV: Van a discutir la Agenda 2030, una agenda denostada por el Gobierno del presidente Milei como una agenda la 2030, plagada de vicios marxistas y de izquierdistas parásitos. ¿Cómo se da esta discusión en este marco? Porque a mí me llamó la atención por alguno de los participantes que evidentemente puede ser que estén enrolados en la línea anti 2030.

—Sí, puede ser, pero nosotros siempre decimos que no tenemos este problema en discutir con nadie.

LCV: Está perfecto discutirlo.

—Siempre estamos dispuestos a discutirlo todo y hacerlo lo más intelectualmente honesto posible, porque eso es lo que nos caracteriza como laburantes. Nosotros amamos el organismo. No consideramos el organismo como un lugar de disputa o de negocios, o de disputa ideológica. Lo consideramos como un elemento esencial del Estado y una política orientada con cierto sentido, con una mirada que es la que tenemos nosotros. En ese sentido no somos neutrales. Tenemos un posicionamiento ideológico y un posicionamiento político y lo discutimos con cualquiera.

LCV: Haceme un resumen muy cortito de la Agenda 2030.

—En el marco tributario, sin duda tenemos que hablar de la cuestión de los paraísos fiscales. Es fundamental poner en discusión este esquema de ilusión impositiva internacional que se ha dado el capital financiero en los últimos años. Esto es esencial. Tenemos que hablar también de la fiscalidad verde. Es muy importante hablar de la fiscalidad verde.

LCV: ¿Qué es eso?

—Son una serie de nuevos impuestos que consideren el impacto ecológico, el impacto climático que las actividades económicas tienen. Esto hay que ponerlo en discusión también porque de algún modo el capitalismo usa la naturaleza, la casa propia, como algo dado, como algo que se puede usar, romper, desgastar. No ha habido nunca una responsabilidad social empresaria, ni siquiera una conciencia del maltrato de la casa común. Incluso hasta desde el punto de vista económico, nosotros creemos que esta conversación hay que darla, hay que discutir el glifosato, el carbono, la minería, los azufres, hay que discutir el desgaste de nuestra casa común.

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Pablo Touzón: “Milei parece encerrado en ese triángulo de hierro que él mismo armó”

Luego del acto de La Libertad Avanza en Parque Lezama para lanzar el partido a nivel nacional, en el que miles de personas llegaron encolumnados a festejar la novedad, conversamos con Pablo Touzon, periodista, politólogo, analista, fundador de la revista digital Panamá y colaborador permanente de La Columna Vertebral. Autor, junto a Martín Rodríguez, de dos libros que dieron que hablar: “La Grieta desnuda: el macrismo y su época”, y también del libro “¿Qué hacemos con Menem? Los 90 veinte años después”. Hoy responde: ¿en Parque Lezama nació Karina como figura política? Las internas de LLA, en qué anda Victoria Villarruel. Milei y la democracia. ¿Partido nuevo, punteros nuevos? Entre el público muchos futuros candidatos a intendencias del conurbano. Primera aparición pública como oradora de Karina Milei, la armadora del entramado nacional para lograr convertirse en un partido que puede ir solo a las próximas elecciones.

LCV: De ahora en más, ¿Karina Milei va a ser protagonista de las encuestas?

—Va a estar. En algunas encuestas está, pero la verdad que no está bien ella. Hay una parte que pasa en muchos políticos, pero no solamente en los menos experimentados como en este caso, pero que es no entender el rol en el cual uno se ubicó. Yo creo que, en el caso de ella, cuando uno trabaja de monje negro, o trabaja como si fuese el decodificador del hermano frente al mundo, y tiene ese rol como si fuese más opaco o más íntimo, es difícil que pueda cumplir los dos ¿No? A veces pasa, pero me refiero al rol público. Creo que la política hoy está tan rota que da la ilusión de que los roles son todos intercambiables. Entonces un consultor piensa que puede ser un jefe de la SIDE, la secretaria general de la presidencia siempre es un puesto opaco para afuera. Va por otro lado. Entonces la idea autodidacta que presupone el hecho de haber ganado las elecciones sin partido y sin nada, uno de repente piensa bueno, entonces se puede hacer cualquier cosa.

LCV: Lo que está empezando a correr por distintos lugares es que la fórmula podría ser un Milei-Milei, sin saber muy bien todavía cuál sería el primero ¿Esto es porque la devaluación es tan impresionante que podemos considerar que ella es una política o porque el rol político la lleva a que la tengamos que definir así?

—El apuro es constitutivo, la ansiedad es constitutiva de este proceso, de esta época. Entonces, es como si fuese que se están desayunando la cena. Por un lado, eso. Por el otro, también es verdad que Milei-Milei, como Perón-Perón, en el fondo, cada vez que uno apuesta a una especie de multiplicación de su mismo apellido, en general tiende a ser un síntoma más de debilidad que de fuerza. O sea. lo que desnuda es algo más raquítico, como que yo tengo que replegar sobre mi propia familia es porque para afuera no puedo conducir lo demás. Lo mismo que le pasa a Cristina con Máximo Kirchner.

LCV: O no quieren porque es abrir un juego que no quieren abrir también, ¿No?

—Sí, pero uno conduce al reto. La idea de que conducir a gente que no sea de tu mismo clan es una debilidad, es una idea que no nace con Milei. De hecho, lo vemos con la interna de Kicillof y Máximo Kirchner. Hay como una especie de idea de poder patrimonializado en un clan, como si fuese un personaje de las casas de Game of Thrones, cuando en verdad, la política implicaba conducir gente que no se apellida como uno. Es muy loco como se ha cristalizado un principio de consanguinidad en otras fuerzas políticas. Tanto que critican a los radicales, los radicales eran los que eran más así, los que eran hijo y nieto de radicales. En general en el peronismo, digamos, no tenía tanta relevancia de dónde venía la sangre azul.

LCV: Al contrario.

—En este caso, a mí me parece que lo que estuvo pasando en los últimos días con relación a Milei es como si estuviera encerrado en ese triángulo de hierro que él mismo se armó. O sea, es impenetrable y al mismo tiempo tampoco puede salir tanto de ahí. En general, cuando un gobierno está en expansión es cuando suma gente, no cuando la echa. Obviamente, como esta política es tan singular y tan nueva en un punto, por ahí no siguen las reglas más o menos de la política, pero en general tienen hacer eso con un movimiento expansivo. El momento de mayor apogeo, por más que después haya salido como salió, pero el momento mayor apogeo del kirchnerismo fue cuando puso a Cobos de vice, cuando sumaba hasta gobernadores radicales. Esta idea de un círculo cada vez más rico.

LCV: La época de Néstor, decís.

—Claro, la transversalidad o la concertación plural con los radicales cuando se expandía. De hecho, si me apuras, me parecía, por más que puede ser un error mediático, pero es mejor la foto con los radicales libertarios que sumó. Digo, para él implica por lo menos otra gente que no son las familias.

LCV: Ell sábado hizo todo lo contrario, como para dar un acto de fe a la gente de que no se había olvidado de dónde venía.

—Parece empezar por donde el kirchnerismo terminó, que es en la minoría intensa, ultrafanática. O sea, pareciera ser que lo que más le interesa es cuidar esa gente. Una cosa que lamentablemente es cierta, es que hoy la política se hace con fragmentos chicos. Uno diría, bueno, cuando uno gana por el 56%, uno quiere ampliar la base, pero él quiere fidelizar la base, no ampliarla. Quiere que haya como si fuese 10, 15% de libertarios a lo largo y a lo ancho del país, que sostengan acríticamente, no importa las circunstancias, el “modelo” de él.

LCV: ¿No hay ninguna posibilidad enfrente de que exista, que se arme algo como para hacerle hacerle un poco la parada a Milei? Por lo que decían algunos encuestadores en el día de hoy estaban haciendo un poquito de pie con Villaruel en el conurbano.

—Sí, pero el tema es que Villaruel está peleada con él. Villaruel es la política más popular del país hoy, en casi todos los distritos. O sea, mientras que ella se sostiene, Milei baja y en parte la interna es por eso. También por la idea de que de que hay una especie de competencia en donde él se lleva puesto el desgaste de la gestión y ella no. Hasta ahora viene siendo así.

LCV: ¿Qué es lo que ve la gente en ella?

—A ver, es complejo decir, porque tampoco es que toda la gente que le parece bien ella está de acuerdo con lo que piensa. No es así exactamente. Lo que sí igual expresa, para mí es mucho más que Milei, es como si fuese la némesis perfecta. Es como una especie de Cristina anticristina. O sea, tiene las características que para mí tenía un poco Patricia Bullrich, de una mujer fuerte, fría, convencida y más estable y más ordenada que Milei. Ahora, sí claramente hay una especie de fracaso de la batalla cultural del kirchnerismo en que la política más popular del país sea alguien que en los 80 es de Famus. O sea, hay algo en eso que hace una reversión completa que te vuelca el bote. Creo que había que pensar es qué pasó en los últimos 10 años para que sea tan opuesto, tan crudo.

LCV: Es como que nos hubieran reseteado y tenemos que empezar otra vez a subir la cuesta.

—Creo que hay un fin de ciclo del periodo 83, no solamente el periodo 2003, lo que no implica que no hay más democracia. Yo lo veía mucho cuando era la campaña electoral contra Milei, donde los avisos decían la democracia somos nosotros. Esa idea para mí fue tan usada en vano, fue tan sobrenarrada la democracia, pero sin que eso tenga un contralor en efectividad de conducentes a nivel material, tanto social como económica y al final ya parece como una estafa, no la democracia, pero sí mentar eso. Lo mismo pasó un poco, lamentablemente, con la política de derechos humanos.

LCV: Igual ellos están como mentando lo contrario. También como en un acto de fe. Todo lo que se hizo antes está mal, todo lo que yo hago está bien.

—No adhiero eso. Lo que quiero es explicar por qué, porque no fue por la plata. O sea, nadie invirtió en una especie de discurso alternativo. Es más, si vos me apurás, tampoco es una agenda de los sectores económicos en Argentina. Te diría que, tal vez, terminó siendo como la fe o el Corán sobre el cual juraba el kirchnerismo. Entonces es como si fuese solo ir contra lo más profundo simbólicamente.

LCV: Sos egresado de la universidad pública, sos un hombre que defiende la educación pública universitaria. Quiero usar este minuto para que vos también convoques a la marcha de este miércoles.

—Efectivamente. La universidad pública es algo que siempre hay que defender y sostener, no importa cualquier gobierno que esté. Más en un contexto de un tremendo ajuste como el que está habiendo. Me parece que si queda alguna esperanza para lo que pueda ser la movilidad social ascendente en Argentina, es la universidad. Hoy la justicia social es la educación mucho más que la economía.

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