En medio de un fuerte operativo de seguridad, con vallas, policías, y esquinas de control, comenzó la marcha desde Liniers a Plaza de Mayo convocada por distintos sectores religiosos, gremiales y sociales. “Para los trabajadores en la Argentina histórica marcha que Ubaldini llamó a realizar a San Cayetano en plena dictadura, marzo de 1982, fue un ícono que ha quedado y ha perdurado y la memoria. Allí nació la consigna de Pan, Paz y Trabajo. Cuando en el 2016, apenas asumido el gobierno Mauricio Macri, rememorando justamente ese ícono no solamente religioso, sino una gran simbología popular, empezamos a generar la bendición de las herramientas en San Cayetano, en Liniers, y luego una peregrinación, una marcha hasta Plaza de Mayo”, recordó Lito Borello, Sec. de DDHH de la UTEP, al ser consultado por La Columna Vertebral. “Hoy volvemos a marchar, en medio de un gobierno que ya podemos llamar tiránico o dictatorial. Frente al deterioro socioeconómico de nuestro pueblo y con un gobierno que claramente no defiende los intereses nacionales, empezó a generarse la idea de un 7 de agosto, sin ninguna duda muy, muy importante, y por eso es la adhesión que ustedes están viendo. Prácticamente no hay sector que no esté convocando a la bendición de las herramientas de la economía popular y luego también a la peregrinación y al acto que culminará con una concentración en Plaza de Mayo”, señaló Borello.
A la convocatoria inicial de los curas con opción por los pobres, movimientos sociales y diversos sectores gremiales, se le sumó el llamamiento oficial de la CGT, y organizaciones de izquierda como el Polo Obrero quienes decidieron por primera vez sumarse a la movilización. “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo” fue la consigna de unidad.
La jornada comenzó con una homilía de monseñor Jorge García Cuerva quien suplicó “no pasar de largo frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos, víctimas de la exclusión”. Hizo mención a la situación del país, con problemas de corrupción, narcotráfico y hambre, “una patria herida, despojada de casi todo, media muerta”, y llamó a la población a no esperar todo del gobierno, la solución estaría en “una acción colectiva de sus ciudadanos”
Luego se realizó la bendición de las herramientas de trabajo de la economía popular y las columnas comenzaron a marchar hacia Plaza de Mayo. A la cabeza de Camioneros estuvo Pablo Moyano, uno de los artífices de la convocatoria de la CGT, también pudimos ver el estandarte sostenido por Gramajo de la UTEP y Taty Almeyda de Madres de Plaza de Mayo. Trabajadores, profesionales , docentes, estudiantes volvieron a llenar las calles del país, confirmando lo que Lito Borello decía en diálogo con LCV: “Hay un pueblo que construye todos los días, que te dice que no vamos a perder ni la alegría, ni los sueños, ni las esperanzas, y que por un montón de lugares que no llegan a hacer TikToks, que no tienen los tiempos de las redes y que mucho menos tienen la atención de los grandes medios hegemónicos, pero se viene reconstruyendo comunidad, se viene reconstruyendo la fraternidad necesaria, indispensable, antagónica 180 grados a un capitalismo salvaje que solamente te ofrece sálvese quien pueda y vaya a saber qué destino de guerra y de muerte. Por lo tanto, creo que hay que confiar más en nuestro pueblo que desde una memoria histórica, y vos seguramente si mirás para atrás lo vas a encontrar rápidamente, nosotros tenemos un pueblo fraterno y misericordioso, solidario, que en los momentos más adversos se pone de pie y saca desde ahí, desde el subsuelo de la patria, los mejores valores que quizás haya que ir esperando a una nueva dirigencia que de verdad esté a la altura de la circunstancia y del desafío que tenemos como pueblo para adelante.“
(noticia en construcción)