Luego del inesperado cierre de los servicios de guardia e internación del hospital de Salud Mental “Laura Bonaparte”, el pasado 4 de octubre, crece el repudio a una decisión que afecta a decenas de personas internadas y a más de 900 pacientes externos que acuden regularmente a sus consultorios. El anuncio se convirtió en un cierre compulsivo de los distintos servicios hospitalarios ya que la institución está funcionando sin autoridades responsables dejando a los trabajadores como únicos encargados de la atención, según denuncia hoy el CELS, al presentar un recurso de amparo. De acuerdo al Centro de Estudios Legales y Sociales “esta situación vulnera derechos humanos” y exige el rápido resatablecimiento de las funciones hospitalarias además de solicitar que no se trasladen pacientes sin consentimiento ni evaluaciones interdisciplinarias.
En solo dos días, los trabajadores del ‘Laura Bonaparte’ han tendido redes con los gremios de salud y organizaciones sociales para que apoyen su lucha a través de un instagram @enluchaelbonaparte que en apenas unas horas tuvo más de seis mil seguidores y sus publicaciones llegaron a decenas de miles de persona. A través de redes, encuentros y reuniones, se gestó una movida multitudinaria en la mañana de hoy.
Mientras UPCN participaba de una asamblea de trabajadores en el interior del edificio de Parque Patricios, ATE y distintas organizaciones realizaban un abrazo a la institución puertas afuera. Unos y otros con un objetivo común: no al cierre de uno de los institutos de salud mental más prestigiosos del país.
La Columna Vertebral estuvo presente en las protestas que este lunes se sucedieron en el Hospital Laura Bonaparte, en donde también estuvieron los trabajadores de otro centro de salud icónico de la ciudad de Buenos Aires, el Hospital Pediátrico de Alta Complejidad Garraham, que en estos días está sufriendo idéntica presión por parte del gobierno al descabezar a su directorio por haber otorgado un bono a sus empleados frente a la demora de las paritarias. Día tras día, toda una comunidad vive momentos de angustia -abrazos, llantos, puteadas- al ver que lo sectores más vulnerables: niños, jóvenes estudiantes, docentes, jubilados y enfermos se convirtieron en el mayor blanco de la motosierra mileinista. De casta, nada.
Hernan Catalano, trabajador de la guardia del Hospital Laura Bonaparte, presente en el abrazo a la institución, explicó a LCV, las razones de la protesta:
“Soy trabajador social de la guardia interdisciplinaria, hace ocho años que trabajo acá. El viernes nos encontramos con el director que nos dice que van a cerrar la guardia el lunes y tenemos que derivar a los pacientes, y que el martes cierran el hospital. Hay como 600 pacientes de atención ambulatoria y 40 internados, además de otros pacientes que vienen acá derivados por otras instituciones de toda la Argentina porque es un hospital especializado. Absorvemos a los pacientes que no pueden hacer adherencia en otros lugares, la ley de Salud Mental establece que todos los hospitales deben tener un sector de salud mental pero hay pacientes que no pueden ser contenidos, que son pacientes complejos, nosotros atendemos a esos pacientes que vienen rebotados de otros lados. Si se cierra este hospital, esos pacientes quedan en la calle. Acá hay 40 pacientes internados, pero es la ‘bala de plata’ la internación, no es la primera opción, hacemos un laburo muy armonioso y minucioso de acompañamientos ambulatorios diarios con la red familiar y vecinal, es un trabajo invaluable. Nosotros intentamos, incluso con pacientes complejos, lo ambulatorio con apoyo de la familia, si no tendríamos 400 pacientes internados, como el Borda. Para nosotros es el último recurso la internación y es corta. Porque siempre es traumática la internación, rompe redes laborales, familiares. Nuestros pacientes quedarían en la calle si se cierra. Vamos a ver lo que pasa, se generó una red interesante con muchas organizaciones sociales y políticas, incluso pacientes. Veremos. Desde que asumió este gobierno echaron a 29 trabajadores de la salud, a cuenta gotas. No sé cómo se dió eso. Yo te cuento lo que conozco, ahora están echando a compañeros que venimos siempre.”
Cuando le preguntamos cuánto ganan los trabajadores allí responde que alrededor de 1 millón, estima que no está tan mal, pero ese no es su problema, lo que lo desespera es pensar que sin ellos los pacientes con los que están trabajando hace años, muchos en situación de calle, con problemas de adicción, rechazados en otros centros, quedarán a la deriva, abandonados de todo.
Alejandro Sapere, Licenciado en Psicología y trabajador del Hospital no tiene dudas: “El hospital no puede cerrar, porque al cerrar un hospital se paga un costo en salud. Estamos dispuestos al diálogo, podemos solucionar un montón de cosas, pero somos trabajadores del Estados, somos orgullosos trabajadores del Estado. Yo has 30 años que soy profesional de base, es decir, no tengo gente a cargo, me ocupo de hacer las acciones que tengo que hacer. Ayer teníamos mucho miedo sobre qué podría pasar si cierran las puertas. Hoy, le agradecemos a toda la comunidad, nosotros vamos a seguir trabajando, yo tengo como único uniforme mi guardapolvo blanco, y lo voy a seguir usando. El hospital es de la gente.“
Mientras UPCN terminaba la asamblea interna con el delegado de salud de la organización, miembro del Consejo Directivo Nacional anunciando que las autoridades sanitarias los había citado para mañana, martes, para abrir ‘una instancia de diálogo’ con el fin de solucionar el conflicto creado por el “inició del plan de reestructuración del Hospital Laura Bonaparte”, ATE advertía que se mantendría su plan de lucha que prevé una movilización para este jueves 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental y no descarta un paro nacional de trabajadores de la salud. “La sociedad tiene plena conciencia acerca de la importancia vital de que el Hospital Bonaparte siga funcionando y además que detrás de este ataque del Gobierno lo que está en juego es la Salud Pública”, indicó el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar
Casi en simultáneo, se conocían novedades del conflicto suscitado en el Hospital Garraham. UPCN había firmado un acuerdo con fecha 30 de septiembre en el que el gobierno aceptaba el pago extraordinario del bono de 500.000 pesos abonado a los trabajadores el 2 de octubre y por el cual hicieron renunciar a la comisión directiva de la institución. Una renuncia que no tiene miras a volver atrás, y un bono que no volverá a repetirse.